Mi Perfecto Caos

CAPITULO 37: El Final de un Camino.

Soy una chica de instintos. Una rebelde sin causa.  Una imbécil que se ha vuelto experta en cagarla una y otra vez. Incapaz de conservar algo cuando merece la pena. Puede que lo lleve en los genes, mi madre siempre ha sido una solterona independiente y recelosa de su espacio. Desde que mi padre nos abandonó, dejándonos tan solo una buena suma en el banco, hemos estado solas. Soy un alma libre y he sido muy feliz siéndolo. Pero solo son maneras de justificar mis pajas mentales.  La realidad es que cuando la cosa se pone sería me asusto y huyo. Me escapo de las formalidades porque soy una cobarde sin remedio. Y lo estoy haciendo otra vez. 

Nunca me había fijado en Lena, al menos no hasta ahora. Para mí era una niña bien, una tía demasiado seria y un poco estirada que cumplía con todos los estereotipos de abogada respetable.  Pero entonces , cuando más lo necesitaba, allí estaba ella. Con su cara angelical y su olor a vainilla. Con sus enormes ojos claros y sus labios carnosos. Con sus delicadas manos y su tranquilidad infinita. Y no sé si fue la necesidad pero mi corazón, que estaba hecho una auténtica mierda, se aferró a ella como si fuera lo único que había en este mundo de mierda.

Creí que poco a poco se me pasaría. Que tan solo sería un fase. Me dejé llevar. Confiaba en que estaría mejor, repuesta de mi corazón partido, y que podría seguir sin ella. Una relación con Lena era como una locura. La mejor amiga de Laura… ¿Cómo se lo iba a explicar?  

¿Y si solo era eso? ¿Y si Elena era par mí lo más parecido a Laura que podría encontrar? Mi cabeza estaba tan confundida que necesitaba un respiro. Una noche de no pensar. Eso era lo que quería conseguir. He venido a trabajar, pero una vez que todo está más que organizado nada me impide desmelenarme un poquito. Los invitados estarán tan ocupados intentando ascender, en sus imaginables escaleras hacía la cima, que no repararan en nosotras. Ahogados en alcohol y en otras banalidades. Pero la cosa a empezado mal. No solo he espantado a Elena si no que además está ese tío. ¿Ha dicho Arturo? Juraría que es el tío por el que Lena rompió su compromiso. El hermano de Laura. No consigo entender cómo nos ha encontrado pero no me hace ni puta gracia. Me he dedicado toda la noche a ignorarla y ahora su amor platónico está aquí. Ni si quiera sé si puede llamarse amor platónico a alguien con quien ya te has acostado. Yo qué sé. Lo que si sé es que si yo tuviera un amor platónico seria Elena. Sin duda. Bueno, a no ser que fuera un amor platónico chico. En tal caso sería Brad Pitt. 

  • ¿Ginebra?

Una voz conocida me devolvió a la tierra. Fue un regreso brusco y precipitado que me dejó un tanto desubicada. ¿Acaso todo podía ir peor? ¿Hay alguien que regule el grado de putadas que pueda sufrir una persona en una sola noche? Si existe ese alguien, conmigo se está cebando de lo lindo 

  • Mariam… 
  • ¿Qué haces aquí Ebra?- Así es como solo ella me llamaba.
  • Lo mismo podría preguntarte. Mi amiga, mi socia, ha organizado este evento.
  • No lo sabía. De haberlo sabido…
  • No habrías venido. Ya.- le interrumpí- Te tomaste demasiadas molestias en ignorarme como para estar aquí a sabiendas de que me verías.

Robo una copa de una de las bandejas que pasan por mi lado. Habíamos prometido no beber. No hemos venido por placer si no por trabajo. Eso es lo que Laura nos había repetido una y otra vez. Estaba dispuesta a cumplirlo pero las circunstancias me han sobrepasado y necesito una copa. Quizás dos. No quiero dar un número y después no cumplir con mi palabra.

  • ¿Ignorarte Ebra? Cómo puedes tener tanto morro… ¿A recuperarme de que me partieras el corazón lo llamas ignorarte?

Me he bebido la copa de un trago. Siento como se me calienta el cuerpo y también la lengua.

  • Recuperarte de qué- la increpé- ¿Qué me equivoqué? Si, lo reconozco. ¿Qué soy una cobarde incapaz de abrir su corazón? No te voy a decir que no. Tuve la culpa de todo. Pero te busqué Mariam. Te busqué, te supliqué, te perseguí. ¡Joder si casi te acosé! Y te dio igual. ¿Qué hiciste tú? Hiciste tu vida. Y, permíteme que te lo diga, pero no te costó demasiado.

Me escabullo en busca de aire fresco, la sensación de ahogo me invade rápidamente, y me hago con otra copa que encuentro por el camino. Puede que tenga un serio problema con la bebida. Bueno, tampoco es nada alarmante. Más bien es un problema de autocontrol que a lo mejor debería mirarme. Pero hoy no. Hoy no hay nada que pueda ayudarme excepto la bebida. Cada vez me parezco más a mi madre, eso también debo hacérmelo mirar. 

  • Ginebra tienes un serio problema con el compromiso. Te di muchas oportunidades- Mariem me ha seguido y observa con desaprobación como me bebo de un trago mi segunda copa y me hago con la tercera- Fiestas, alcohol…No sé si te drogas, pero lo que si sé es que en tu vida no había un hecho para mí.
  • ¿Drogarme?¿Estás loca? – protesto más molesta de lo que en realidad estaba. La medicina va haciendo sus efectos.
  • Te di muchas oportunidades. Me hiciste pasarlo muy mal.me sentía estúpida llorando por ti sin que te lo merecieras.

Sonreí como una pirada. 

  • ¿Estúpida Mariam? Estúpida yo, que estuve cuatro meses recluidla en el salón de mi amiga durmiendo en un sofá y alimentándome de ganchitos. ¡No me duchaba! Olía como una cerda revolcada en fango. Y me sentía igual. ¿Qué te hubiera costado contestarme a un solo mensaje?
  • ¿A los que me dejabas , borracha, a las cinco de la mañana en mi contestador?
  • A los que te mandaba al móvil. A los que te imploraba que hablaras conmigo.

Recuerdo con vergüenza los episodios a los que se refiere Mariam. Si, la situación se me fue de las manos. Es el peligro de la falta de costumbre. Y de las fiestas que me pegaba. Reconozco que no fue la mejor decisión esa de ahogar las penas en fiesta y en alcohol. Al menos lo entendí a tiempo y ahora me siento una mujer totalmente reformada. Reformada a medias, para ser mas justa. Pero en el buen camino, eso sí.

  • Tú si que me rompiste el corazón. Eres una persona horrible.- el alcohol se va sintiendo en mi estómago. Esa sensación de quemazón, calor y vértigo que domina tu cuerpo.



#34033 en Novela romántica
#5597 en Chick lit

En el texto hay: rencor, celos, amor

Editado: 11.10.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.