Si bien suelo contarle casi todo a mi mejor amigo, esto era algo que realmente no quería que supiera, porque, por un lado sentía que esto no era más que una tontería y por otro lado sentía que aun si realmente me importaba un poco todo esto, su perspectiva de las cosas probablemente me haría llegar a la misma conclusión (lo cual siento que de algún modo m habría dolido un poco...), por lo que cuando vi en su rostro esa expresión de curiosidad, me resultó muy embarazoso pensar en tener que contárselo.
Si, a veces también podía ser muy vergonzosa frente a él.
Siempre pensé que si algún día decidía contárselo sería por whathsapp, más como una anécdota graciosa que otra cosa.
Supongo que por eso estaba un tanto shokeada al darme cuenta que tendría que contarle.
- ¿Preciosa? - dijo con una ceja levantada.
Rápidamente tomé mi celular y lo guardé en uno de mis bolsillos, sentí mis mejillas ruborizadas y mi mente trabajando a full en como explicarle a Alex lo que sucedía.
- Amm... pues... - no sabía que decir y para colmo me sentía muy nerviosa.
Alex cambió de expresión entonces y en su rostro se formó una sonrisa maliciosa.
Yo sólo aparte la mirada aun sin saber como comenzar a explicarle ese extraño suceso.
- ¿Es que a caso tienes un admirador secreto y no me lo habías dicho? - dijo sonriendo y moviendo las cejas.
¡NO!
- No... ¡No es eso! ¡Nada de eso! - exclame apresuradamente - Es sólo que... - Volví la vista hacia la ventana pensando en ello.
¿Cómo le expreso a mi amigo que algún idiota por ahí estaba tratando de burlarse de mi? ¿Como le explico lo absurdo que es todo eso de la conversación y la propuesta?
Aun más... ¿Cómo de absurdo era todo ello que por un instante incluso me dejé llevar por ello?
Me preocupa contarle todo esto, porque en el fondo, habrá un punto en el que tendré que contarle también sobre el jugo y el diario y eso significa que tambien tendré que contarle como me sentí con eso, lo que implica aceptar lo vulnerable, triste y miserable que me sentí...
Y que aún me siento...
No quiero tener que decirselo, no por orgullo, si no porque no quiero sentir que una persona importante para mi siente lastima de mi, porque me doleria en el alma ver una mirada de compasión en su rostro.
Porque soy patética.
Alex pareció entender que era un tema complicado para mi, por lo que se dispuso a salir del cuarto diciendo que ya era la hora de irse.
Alex tomaba el bus en un paradero que se encontraba junto a la plaza más cercana a mi casa, por lo que decidí acompañarlo mientras esperaba.
Me senté en la banca con la vista en dirección al parque, mientras que Alex se sentó junto a mi en dirección contraria, mirando hacia la calle por si venía el bus.
Suspiré.
- La mañana antes de año nuevo un chico me escribió... - dije apenas, con la vista fija en los niños que jugaban en el parque, por el rabillo del ojo pude ver a Alex volver la vista hacia mi - No conozco su verdadero nombre, ni de donde es, tampoco quiso decirme para qué o por qué me escribía, pero por alguna razón continué la conversacion que a ratos me resultaba divertida, hasta que... - Podia sentir el nudo formandose en mi garganta.
- ¿Ese chico te hizo daño? - Preguntó preocupado.
- No... No lo sé... tal vez no, tal vez fue sincero pero...
Volví a tomar aire y le conté a Alex sobre "El Chico de la voz hermosa", le conté sobre mis primeras impresiones de él y también como todo cambió mi perspectiva cuando me presentó "La Propuesta".
Finalmente le conté sobre el jugo y omiti el diario junto con mis emociones de aquel momento, realmente no me sentía preparada para hablar de eso.
Luego que con un poco menos de dificultades hubiera logrado acabar de contarle todo lo que pude, se hizo silencio un instante, hasta que Alex, que se encontraba sentado junto a mi, acercó su rostro al mío, tanto que podía casi sentir su respiración, tenía una expresión sería en el rostro y sus ojos estaban fijos en los míos.
Creí que había dejado hace un instante la dificultad, pero al tenerlo tan cerca y con mi corazón tan acelerado, realmente sólo podía pensar en porque estaba tan cerca, sinceramente no lo entendía.
Nuestras miradas estaban sostenidas la una en la otra, me sentía como en un lugar desconocido pero agradable a la vez, como si tan sólo su mirada me transportara.
Ahí estaba yo embobada en su mirada cuando él sonrió, dijo algo que no entendí y luego e alejó, volviendo a reacomodarse en su asiento.
Antes que pudiese decir nada un bus pasó y la expresión de sorpresa de Alex me pareció tan divertida que no pude evitar reirme, así que me puse de pie y para consternación de mi amigo, reí aun más fuerte, tan fuerte que sentía que casi no podía respirar.
Una expresión de ternura se formó en el rostro de mi amigo y sin previo aviso me abrazó.
Alex siempre fue más alto que yo, sin embargo no solía ser tan notorio como hasta hace un par de años, tanto como que mi rostro había quedado en su pecho, mientras yo aun reía pero ahora de los nervios.
Fue entonces cuando sentí las lágrimas caer por mi rostro y mis brazos aferrarse a él.
Lloré en silencio un momento, el no dijo nada, tan solo me sostuvo y m acarició el pelo mientras yo dejaba caer cada amarga lágrima sin saber porque.
Al cabo de un rato logré tranquilizarme y secarme un poco el rostro con las manos, tomé asiento nuevamente.
Alex se sentó con los codos recargadas en las rodillas y la vista perdida en una expresión pensativa.
- Este chico... ¿Realmente crees que sea una broma? - Preguntó suavemente.
¿Y por que no?
Realmente mi amigo siempre encontraba una manera de sorprenderme; había pensado que seria él quien me dijera que tuviera cuidado, que podría ser alguien con las intenciones equivocadas...