Mi pícaro Mate.

Capítulo 14.

Capítulo 14.

Abro los ojos acostumbrándome al sol que me llega directo y me nubla la vista. Bostezo y trato de estirar me pero mis manos chocan con algo duro que me lastima. 

Miro a mi alrededor asustada y me doy cuenta que estoy en un auto junto a Derek, estoy en un auto junto a Derek y este me lleva a mi casa. 

—Veo que ya despertaste. 

Me acomodo en el asiento y observó la carretera, sin lugar a dudas estoy cerca de mi casa, de mi hogar y eso me pone muy feliz. Sonrió al ver el gran árbol de roble donde mi abuela me traía de pequeña junto a mi hermano y mi madre. 

—Detente por favor. 

Derek me mira y estaciona el coche a un par de metros del roble. 

—¿Sucede algo? ¿Estas bien? ¿Quieres regresar? —lo miro y niego, abro la puerta del auto y salgo rumbo al roble—. ¿Entonces qué pasa? 

Llegó al roble y sin duda alguna lo toco con mis manos, siento una energía increíble en mi cuerpo, me siento renovada y lista para volver a casa con mis padres, listas para dejar a Jared de lado sin importarme la marca que llevo, me siento lista para lo que se viene. 

—¿Qué significa esto? —pregunta Derek llegando a mi lado—. ¿Porque tocas el roble? 

—Cuando era pequeña, mi abuela junto a mi madre me traía a mi hermano y a mi a este árbol, mi madre le enseña a magia a Jake mientras yo veía como mi abuela recuperaba energía y meditaba. 

—¿Tu hermano era mestizo, verdad? —asiento con la cabeza—. ¿Porque te traían si no tienes poderes? 

—Porque no me gustaba quedarme sola, con Jake éramos demasiado cercanos, solo nos alejabamos para ir al baño y dormir, todo lo demás lo hacíamos juntos. 

—¿Lo extrañas? 

—Cómo no tienes idea —sonrió al recordar todas las locuras que hicimos, las veces que incluso nos escapaba mis y veníamos los dos solos hasta el roble y me enseñaba a usar poderes, poderes que no tenía pero Jake me hacía creer que sí, y yo era feliz creyendo esa mentira—. Fue horrible cuando murió y creo que fue por mi culpa. 

Murmuró cerrando los ojos para evitar llorar.

—Pues —Derek se sienta en suelo y apoya su espalda en el viejo roble—. Aún tenemos tiempo para llegar. 

Sonrió y lo imitó. 

—Jake es un año mayor que yo, era dulce, atento, gracioso… era una persona increíble, quizás demacrado buena para este mundo —muerdo mi labio—. Desde pequeña note que el se escapaba para ver a los hombres de la manada entrenar, a veces lo seguía y los veíamos juntos, cuando crecí me di cuenta que era gay, no fue un problema para nadie de la familia, mi hermano menor lo aceptó y lo molestaba de vez en cuando, a mis padres no les importo y a mi mucho menos, creo que era la más feliz con eso, veíamos películas juntos, veíamos a chicos juntos, era la hermana que siempre desee.

Alzó la vista y veo las hojas del viejo roble cayendo producto del otoño. 

—A veces creo que fue mi culpa su muerte, digo… Yo sabía que a Jake le gustaba alguien, no sabía quién era, nunca me lo dije —miró los ojos de Derek y sonrió a notar la atención que me estaba dando—. Perdí mi virginidad con el chico del cual mi hermano estaba enamorado, cuando se lo conté me dio un beso en la mejilla, me dijo que ese era el hombre de sus sueños y se fue. 

Derek abre mucho la boca y me abraza. 

—No fue tu culpa. 

—Si lo fue, Jake no volvió en un mes hasta que apareció su cuerpo calcinado en la cabaña de mi abuela. 

—No controló sus emociones —murmura Derek. 

—Lo mismo me dijo mi madre cuando se lo conté, todo cambió desde que Jake murió hace 6 meses, mi madre se volvió un perra, ella sabía que tenía citas y uno que otro desliz con algunos futuros alfas y comenzó a tratarme como tal, comenzó a ser ambiciosa, a decirme que debo pagar por matar a su hijo, que no debí nacer, que soy una abominación. Mi madre es capaz de todo con tal de que me case con un alfa y ella obtenga más poder. 

—Jared es un alfa… 

Fulmino a Derek con la mirada, me había olvidado de la existencia de mi mate y estaba feliz, pero por lo visto la felicidad me duró poco.

—Lo has arruinado. 

Me levanto del suelo y caminó hacia el coche, Derek me pide perdón pero no lo tomo en cuenta, abrocho el cinturón de seguridad y veo por el espejo como Derek observa el árbol con admiración. Quizás esos árboles son importantes para los brujos, quizás por eso mi madre, abuela y Jake venían a tan seguido.

El móvil de Derek comienza a sonar, bajo el vidrio para llamarlo pero lo veo tan concentrado que prefiero contestar, quizás le está rezando a algún dios o algo por el estilo. 

Tomó su celular y veo el nombre de Ian. 

—¿Bueno? —contestó, pero nadie me responde—. ¿Ian, estás ahí?

—Jade, qué sorpresa, la verdad no esperaba hablar contigo. 




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