Mi pícaro Mate.

capitulo 4.

Tania en multimedia 🌟 
 


•JADE•

—¿A qué te refieres con por ahora? - preguntó mirando fijamente a Jared ante la pregunta de Tania.

La tensión rápido se siente en el ambiente pero nadie habla, me sentía extraña en este lugar frío y lluvioso, el carraspeo de la garganta de Ian nos hizo a todos mirarlo.

—oh perdón - se disculpa al ver nuestras miradas sobre él.

—bueno -suspira- lo digo porque Jar...

—Tania... ¿porque no llevas a Jade a una de las habitaciones sobrantes? -interrumpe Jared.

Tania solo opta por rodar los ojos y tomar mi mano mientras me guía a la planta de arriba, pero antes de que salgamos de la sala por completo desvío mis ojos hacia los de Jared, cuya mirada marrón llego a mí y sonrie, tenía una hermosa mirada para tener un color no tan extravagante.

Una vez el la plata de arriba observó a mi prima, si es verdad que nunca tuvimos una buena relación, es más, hasta me arriesgó a decir que nos odiamos por tonterías tan estúpidas como los hombres, no puedo evitar abrazarla con fuerza.

—¿Jared no te ha hecho daño verdad?
Niego con la cabeza.

—¿Por que el tendría que hacerme daño?

—Es malo -susurra.

(...)


¡Mierda! no puedo dormir, por alguna razón tengo en mi cabeza la imagen de la penetrante mirada marrón de Jared.

Miro el reloj de mi celular, el cual por suerte lo guarde en mis botas negras, ya que Jared se encargó de revisar que no tenga nada con lo que me pueda comunicar con mi manada.

Escucho las gotas de la lluvia chocar con el techo, si este fuera cualquier otro momento estaría durmiendo como un bebe producto de la lluvia, pero no claro, estoy sentada en la que ahora es mi cama y habitación, pensado si volverme a acostar y pensar en la intimidante mirada de mi compañero, o levantarme e ir por algo de agua.

Así que sin pensarlo más me levanto de la cama y camino despacio hacia la puerta, la abro cuidadosamente tratando de hacer el menor ruido posible, ya que si hago un poco demás que escuchaban todos por su oído de licántropo. Bajo las escaleras y me adentro a la cocina, busco con la mirada donde cresta pueden estar los vasos y veo uno en la rejilla de la loza limpia, me acerco y lo tomo, ahora se venía la parte difícil... ¿Cómo abro el grifo sin que suene el agua corriendo?

Estaba tan metida en mi dura batalla si abrir o no el grifo, que no me percate que mi maldito celular estaba sonando y no le quite el volumen, así que sin pensarlo dos veces abro el grifo a lo máximo y salgo corriendo hacia afuera por la puerta de la cocina, puesto que así el sonido del agua corriendo camuflaría el de la puerta abrirse y cerrarse.

—¿Bueno? - contesto.

—Mierda dime que estas bien - pide Brad por la línea y sonrió al escuchar su voz.

Suelto un gran suspiro y me limito a responder, si le mentía lo más probable es que venga a buscarme ahora mismo a como dé lugar, así que voy a decirle la verdad que era lo que quería.

—Estoy bien, ¿dónde estás?

—En Olfman. - suspira y yo tomo aire para hablar pero Brad habla primero - sé que debería estar ahora mismo en New Jersey como los demás pero... mierda, no puedo estar allá a miles de kilómetros de ti y pensar en miles de formas en como esos asquerosos picaros te podrían torturar, así que preferí volver a Olfman y estar a unos cuantos kilómetros más cerca de ti, y seguro que si algo te pasa no demoraría en irte a buscar - sonrío - te extraño...

—Yo igual te extraño - susurro y el sonido de la lluvia se intensificó - eres mi mejor amiga ¿sabes?... Pensándolo bien me tratan pésimo, me humillan y me golpean - miento - ven rap...

¡Oh, oh!, Me han quitado el celular por la espalda... ¡Santa cachucha! Estoy muerta, Jared me va a matarme ahora mismo, lo sé porque  siento su olor a menta mezclada ahora con lluvia y también siento la furia en él.

—¿De dónde lo sacaste? - pregunta a mi espalda con voz un poco dormilona pero gruesa y dominante.

—De una tienda - digo obvia y río pero al parecer a él no le causo gracia - siempre lo he tenido conmigo - me doy media vuelta para quedar frente a él y casi me da un paro cardiaco, su sexi cabello esta muy desordenado y le da un aire tan rudo que literalmente mojo mis bragas.

—¿qué tanto me miras? - me pregunta con una ceja alzada y una sonrisa burlona.

—¿Te importa? - le pregunto y Jared gruñe - no te enojes bebe - lo tomo de las mejillas y se las apretó - te salen arrugas - dejo de gruñir y rió - buen chico.

Palmeo su espalda y me alejo un poco, el frío se hacía notar en el sureste de Canadá, lejos de mi familia y mi hogar, suspiro un poco cansada, definitivamente si antes tenía poco sueño ahora ya no tengo, pero aun así la pereza sigue.

Miro la hermosa vista que da al bosque, han sido pocas las veces que he dejado salir a Mi loba y sin duda han sido las mejores de mi vida, pero ya no puedo, he provocado mucho daño.

Escucho el ruido de la puerta de la cocina cerrarse y ruedo los ojos al pensar en que Jared de seguro lo hizo para ver si me escapaba, pero no soy tan estúpida sé que tiene todo el recinto y la cuadra de su casa vigilada.

Muerto mi labio al hacerme la idea de lo que sucedería si me escapara, volvería a ver a mi padre, a Edward y a toda mi familia, mierda. aun no pasa un día y ya los extraño como el demonio, las peleas con mi madre por el hecho de tener el mismo carácter feo, los enojos con mi hermano por el control remoto o por la play station aunque yo no sabía jugar y sobre todo los regaños de mi padre que me hacían enojar y no duraban ni dos segundos por su sentido del humor.

Levanto la cabeza al sentir mi cuerpo totalmente empapado por la lluvia que cae fuertemente —gracias a esta se camuflan mis lágrimas que ya salían sin control— cierro los ojos fuertemente tratando que el llanto cese y que no me salga ningún sollozo, pero fue inútil. el recuerdo de mi familia lo tengo presente, y el hecho de sentirme una jodida sentimental que no alcanza lograr un día sin verlos me tiene el orgullo por el piso.




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