Mi pícaro Mate.

capitulo 6.

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Capítulo 6.
 


•JARED•

Siento un gran corriente eléctrica recorrer mi cuerpo al momento en que mis colmillos se entierran en la suave y delicada piel del cuello de Jade, una gran oleada de éxtasis me invade junto con una pequeña ereccion, pero yo ya estoy informado de esto, mi padre me ha explicado que es habitual al momento en que marcas a tu mate.

Los delgados dedos de Jade tratan de empujarme para que la suelte, pero eso solo empeora las cosas, mis colmillos se clavan más en su cuello, escucho un quejido de su parte en el momento en que su respiración va descendiendo poco a poco.

Con suma delicadeza me voy separando al momento en que mi cuerpo me lo permite, mi mandíbula vuelve a su forma que corresponde y veo la cabeza de Jade quedar recostada en su hombro con los ojos cerrados, la observo detalladamente con los ojos bastante abiertos.

— Jade - la llamo pero no se mueve - no es grandioso - la sacudo y me asusto más al ver su cuerpo moverse como un títere - no, no, no.

Como puedo la cargo y se me hace un trabajo fácil, Jade es tan liviana como una pluma. Camino hacia la puerta de la habitación de Tania y la abro con mucha dificultada, mientras asimilo lo que acaba de pasar y agradeciendo que la puerta de mi habitación este abierta me dirijo a esta y depósito a Jade sobre mi cama.

Su respiración poco a poco volvía a la normalidad y siento mi corazón acelerar, busco una manta en mi clóset y la tapo con esta, tomo una silla y me siento la lado de ella para poder verla.

La observo detalladamente su cabellera castaña que tiene algunas mechas color caramelo, su piel morena... ¡Esperen! ¿Tiene mechas color caramelo? ... No puedo evitar reír, sus mechas pasan tan desapercibidas, su cabellera castaña es de un tono un poco más oscuro que el caramelo de las mechas, sus mejillas un poco sonrojadas que me hacen saber que pronto despertara, ahora no me asusta mucho la idea que se desmaye, aunque el susto de igual manera estuvo en un principio, aun así vi a Summer desmallarse dos veces, tanto con Harry como con Colón, pero nunca me asusto como ahora.

—Jamás creí tenerte -susurre agachándome quedando al lado de su oído- sé que ya te lo dije una vez, pero siento que no fue el mejor ambiente para decírtelo y sé que este tampoco lo es, pero, no te dejare ir Jade... Te he tenido muy poco tiempo conmigo y ya te amo como a mi vida.

Me alejo de apoco de su oído y presiono mis labios en sus rosados y rellenos labios sintiendo el calor de ellos, con mucha dificultad me separo, me levanto de la silla donde me encontraba y camino hacia la puerta sin antes darle una última mirada esa gran chica que tengo como pareja, no solo es grande de estura sino también de carácter, una de las tantas razones por las cuales me gusta y mucho.

Cierro la puerta con mucho cuidado y camino hacías las escaleras, en cuanto llego a la planta baja siento algo distinto en esta, había un extraño aroma y el ambiente estaba temperado, camino a paso firme a ver quién estaba en la sala de estar y había prendido la chimenea, lose porque es una casa antigua y no posee calefacción si no una chimenea, la cual da calor para toda la casa.

—¿Papá? - preguntó extrañado al verlo- no te esperaba hasta la próxima semana.

Camino hacia él y este me sonríe.

—hola hijo - me saludo - sé para cuándo me esperabas, pero hemos terminado el trabajo antes y las hormonas las hemos conseguido, también tuvimos tiempo de dominar el territorio de los Creciente.

—Me alegro - susurro.

— ¿Quién es la chica? - pregunta de la nada y enarco una ceja - me he encontrado con Ian y una muy linda chica llamada Tania, me dijo que era su mate... les he preguntado por ti y me han dicho que estas en casa con una tal Jade... ¿Quién es la chiquilla?, Porque si no es tu mate déjame decirte que...

—es mi mate papá, no tienes por qué preocuparte - lo interrumpí.

La sonrisa de su rostro se intensificó más junto con sus ojos, mi abuelo, al cual lo trato y llamo como un padre, Jackson Williams, había perdido a su mate, mi abuela, cuando mi padre legítimo tenia 3 años, fue matara por unos lobos que quisieron dominar nuestro territorio, mi padre al tratar de salvarla y como beta de la manada fue expulsado al día siguiente, de ahí proviene una larga historia sobre el surgimiento de nuestra manada. Desde entonces nos inculca a cada lobo a cuidar a su mate no importa lo que pase y el contexto.

— ¿Cuándo la encontraste? - pregunta.

— El día que atacamos su manada.

— ¿Es una Moon? - pregunta nuevamente con los ojos bien abiertos y yo asiento - vaya, y... ¿cómo reacciono?

— Me odia - suspiro - me odia por alejarla de su familia, de sus amigos, de su mejor amigo y ahora de seguro me odiara más por marcarla, pero aun así yo la amo...

— Hijo tienes que darle tiempo.

— Lo se papá, pero aun así no quiero darle tiempo, quiero que ella me quiera como yo a ella – niego con la cabeza y rio – perdón por no hablar contigo sobre el tema del viaje pero tengo mucho sueño, si me disculpas buenas noches.

— Jared, tenemos que hablar sobre tu puesto de alfa.

— No es el momento.

— Nunca es el momento para ti -sonríe - tu mejor que nadie sabe que ya estoy muy viejo y si por mi hubiese sido, yo ya no sería el alfa de esta manada desde hace muchos años...

Gruñó con furia.

— wow, eres increíble, vas a sacar ese tema tan delicado justo ahora cuando estoy más vulnerable -sonrió con tristeza- tu nunca cambias, siempre vas a ser el perro faldero qué gusta de lastimar a las personas heridas.

Me pongo de pie y camino hacia las escaleras.

— ¡Jared Williams! - grita mi padre antes de poder pisar el primer escalón - mucho cuidado con lo que dices, tu padre no estaría...

— El no estaría muerto si no hubieses sido un egoísta - gruñó.

— Derek y Liam vendrán en unos días, se bueno con ellos - mi padre sonríe - por el bien de tu mate, digo yo.




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