Mi pícaro Mate.

capitulo 7.


Capítulo 7.

•JADE•

Mis ojos están cerrados y por alguna razón es como si no los pudiera abrir, pero siento todo lo que sucede a mí alrededor, la voz de Jared y un hombre proveniente de la planta baja me llama la atención.

- Me iré papá.

- ¿Donde iras?

-Ella me odia papá, no me quiere. Tienes razón.

¿Razón? ¿Razón de que?

- Bien pensado hijo, si te vas ella te odiara más.

- No...- escucho el susurro de Jared, su susurro fue tan bajo que solo alcanzó escuchar la primera palabra - Pero lo que si se... lo que si se es que voy a alejarme un poco de ella, volveré a ser el mismo Jared de antes, el Jared sin mate y sin esperanzas de tener una.

- Eso me gusta, aun que...

- Ya tome la decisión papá, me alejare y volveré a ser yo.

En momentos como estos son en los que me gusta la idea de ser un licántropo y tener un oído sobre natural, o bueno ser casi un licantropo.

La intriga de las palabras de Jared con su padre llaman mi atención, a que se refiere con volver a ser como antes. ¿Cómo era antes? ¿Más gruñón? ¿Más idiota? Si bien recuerdo que cuando llegue Tania dijo que Jared era malo, pero no creo que pueda ser peor de lo que ya es, digo es un estúpido que no tiene control sobre si mismo.

Abro mis ojos de par en par, al fin los pude abrir, me remuevo en la cama pero siento un gran ardor en mi cuello que hace que mi mentalidad anterior se vaya y de paso al ardor, con mi mano derecha toco mi cuello y el dolor se intensifica, como puedo me levanto y veo que esta no es mi habitación.

Mierda, es la habitación de Jared y ¡es de dia!, podría jurar que hace unos minutos era de noche, ¿o no? No, era de día.

Me levanto y camino hacia el baño, baño que solo tenía Jared en su habitación, no había ninguna otra que yo conociera que tuviese baño.

Camino a paso lento y prendo la luz una vez que estuve en el baño, me miro al espejo y no puedo evitar horrorizarme, estaba hecha un desastre, me acerco al espejo y reviso el cuello, específicamente la zona de dónde provenía el ardor.

- ¡JARED! -grito horrorizada al ver la marca en mi cuello.

Mis ojos comienzan a aguarse al momento en que veo la profundidad de la marca, joder yo no lo quiero a mi mate, no quiero a mi compañero de toda la vida.

Los pasos de alguien acercándose y de otro entrando a la habitación me confirman que uno es de Jared por el aroma que hora con la marca se hace más fuerte y exquisito, mientras que los otros pasos ni idea de quién son.

- ¿Qué?, ¿¡que paso!? -pregunta el maldito de Jared detrás de mí.

- ¿¡Que, que paso!? -me doy media vuelta mirándolo con los ojos llorosos, tengo rabia- ¡Eso me lo podrías decir tú! ¿Por qué lo has hecho?

Rápido me lanzó sobre él y comienzo a golpearle el pecho, las lágrimas cada vez salían más de mis ojos junto con la rabia al ver que mis golpes ni le afectaban.

- Te Odio, te odio, te odio - susurre- yo no quería, ¡Yo no quería! ¿Por qué lo hiciste?

- Jade...

- ¿Porque? -lo interrumpí- ¿por que lo has hecho sin mi consentimiento?

Con mucha furia me seco las lágrimas que ruedan por mis mejillas y lo observo a los ojos, me siento hipnotizada con la belleza de ellos, las lágrimas dejaron de salir, Jared suspira y como si estuviese en la misma hipnosis que yo tomo mi mejilla con su mano, cierro los ojos ante su tacto, mi cuello arde, me duele y no puedo hacer nada para evitarlo.

Suelto un sollozo y Jared aleja su mano, un frío me invade al no sentir su tacto sobre mi piel.

Abro los ojos.

- Permiso.

Jared da media vuelta y se va, siento un vacío en mi pecho al ver su espalda Tenza y el como camina firme y sale de la habitación.

Como puedo me limpio las lágrimas que nuevamente comienzan a salir, ¿como pude pasar de la rabia a la pena tan rápido?

Me abrazo a mi misma y me apoyo en la pared del baño, cierro los ojos y dejo que el frío me invada. La marca sigue doliendo y arde.

- Creo que deberías ir a calentar te a la sala de estar.

Abro los ojos y Observo a un hombre de pie en el marco de la puerta de la habitación, este me observa con divercion.

Asiento con la cabeza y camino pasando a su lado. Es muy alto, le llego desde el cuello, podría decir que es de la misma estatura que Jared, incluso más alto, pero los años demás ya se le notan.

Bajo las escaleras y dejo de sentir frío, al igual que siento la fragancia de Jared aún presente, pero también comienza a desvanecerse, es como si hace poco todavía haya estado acá.

Me siento en un sofá de la sala de estar y admiro el fuego de la chimenea, no quiero sentirme vulnerable, lo más probable es que se daba a la maldita marca, una mar a que me hace dependiente de Jared.

- ¿Jade, verdad? -asiento la cabeza-. Soy Jackson Williams, padre de Jared, o bueno, más bien abuelo.

- ¿Abuelo?

Jackson asiente con la cabeza.

- Es un historia muy larga - me sonríe con malicia - verás hace mucho años yo tenía una manada y una mate...

Comienza su relato y debo admitir que tengo ganas de decirle que no me interesa su historia.

- unos Lobos atacaron la manada, yo tenía un hijo de tres años, el padre de Jared y además era el beta, los Lobos atacaron a mi mujer, deje de luchar para ayudar a los demás y la fui a proteger, pero llegué tarde. Llegué cuando estaba muerta y el alfa me castigo, dijo que deje a la manada de lado para cuidar a mi mujer - Jackson sonríe con malicia - de ese destierro surgió mi propia manada, la manada de los picaros.

- ¿Por qué me cuenta todo esto?

- Por qué las mujeres sólo nos traen debilidad, Jade. Yo fui fuerte hasta que perdí a mi Mate, el padre de Jared fue fuerte hasta que perdió a su mate y murió de pena. No quiero ese futuro para mi nieto - susurra lo último y se acerca a mi, con temor me pongo de pie y comienzo a retroceder - solo puedo rescatar de esto que Jared se fue.




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