Mi preciada flor

Capitulo 9

No hay nada más lindo que ver el cielo azul, con la nubes que tiene forma, es algo irreal, realmente parece como si tan solo fuera una pintura, levanto mi mano, el cielo es demasiado alto como para que mi mano lo toque, pongo la mano en mi abdomen giro la cabeza a la izquierda, mi mirada se topa con la mirada verde de Olivia quien me sonríe, hoy note a Olivia muy apagada, normalmente suele ser una chica alegre, pero cuando llegue al colegio y la vi dormida en su butaca no pude evitar preocuparme.

Inmediatamente le pregunte a Arthur y solo se encogió de hombros, cuando sonó el timbre de salida, la detuve y le propuse salir a tomar un helado, aunque fue algo raro el que me rechazara, ya que nunca rechaza comida, así que solo la tome de la mano y la traje al parque donde nos acostamos sobre el pasto y miramos el cielo.

Después de un rato ella se sentó y suspiro, solo me limite a verla, quería preguntarle que le sucedía, sin embargo, solo me limite a verla y darle su espacio.

—Deja de mirarme con preocupación, ya te dije que estoy bien.

—Pues tu cara demuestra lo contrario — me limite a decir.

—Ayer que fui a la casa hogar…volví a ver a Lalo.

Según tengo entendido Lalo es un niño de unos 10 años, es el más unido a Olivia, cuando ella se mudó con Arthur, Lalo lloro por tres días, ahora oliva lo va a visitar cada dos días y así mantiene su promesa de “Siempre juntos”, su historia es un tanto divertida, ya que cuando llego Lalo era un niño rebelde de tres años y Olivia una niña de diez años mandona y golpeadora de todo aquel que no haga caso.

—¿Le paso algo a Lalo?

Olivia bajo la mirada a sus manos que estaban jugando con sus uñas, luego suspiro miro al cielo.

—Le han detectado cáncer, ya está muy avanzada la enfermedad.

Al escuchar cómo se le corta la voz, me parte el corazón, nunca la había visto así, ella suspira, se pone de pie, hago lo mismo, empezamos a caminar.

—Estoy bien — murmura, se para y me mira — mientras tu estés a mi lado estaré bien.

La envuelvo en un abrazo, ella acorruco su cara entre mi cuello, la escuche llorar, sin embargo, no la aparte simplemente le acaricie la espalda, así nos quedamos por un rato, después de que se tranquilizó le compre su helado favorito y caminamos juntos a la casa de Arthur. Por alguna razón esto sentía como una despedida.

—Juguemos y al primero que maten se invita la pizza — nos reta Arthur apenas pusimos un pie en la casa.

Olivia acepto gustosa, tomo un control, yo otro y así se nos fue la noche jugando, me quedé en su casa, al día siguiente desayunamos, salimos al parque donde nos encontramos ardillas, Olivia las alimento, sabía que no estaba bien y solo se hacia la fuerte, solo no le dije nada, estuve con ella.

Al día siguiente después de la escuela la llevé al lago que está cerca del parque, puse una manta en el pasto y nos sentamos a comer los sándwiches que ella trajo, estudiamos un poco y así fue como se nos pasó la tarde.

Siempre trate de mantenerla distraída, Arthur me decía que a veces se levantaba con los ojos hinchados, supongo que lloraba por las noches, eso hacia doler mi corazón, pero no quería presionarla ni alejarla así que lo único que hacia la abraza por un rato y después la llevaba algún lado. Todo fue tan rápido que no me di cuenta que ya habían pasado tres meses.

Ya casi era Halloween, quería decirle que nos disfrazáramos y fuéramos a pedir dulces, aunque sabía que ya éramos grandes solo quería que se distrajera, últimamente no la veo mucho, pues se la pasa acompañando a la madre abril al hospital, lo último que supe fue que Lalo se puso peor, aunque todas las noches pido por él, sé que se necesita más que un milagro para que él se recupere.

Cuando llegue a la escuela la vi sentada, por un momento me sentí como si no estuviera pasando nada, ella me miro y sonrió, me acerque, en su mesa le puse una paleta de fresa, ella me miro sorprendida, le guiñe el ojo y me fui a mi lugar.

—Falta mi paleta — escucho que Arthur susurra.

—Que te la de tu abuela — me limito a contestar.

Después de que pasan las clases y toca receso, me levanto de mi lugar y me dirijo hacia Olivia, la tomo de la mano y la saco del salón, me dirijo a la parte trasera del salón, ella me mira confundida, tomo suficiente aire para poder hablar.

—Olivia y-yo…te quería…pedir si…te gustaría que nos disfrazáramos — cierro los ojos, escucho que ella ríe.

—¿Disfrazarnos? Uhm bueno hace años que no lo hago, será un placer — abro los ojos aliviado.

Me quedo fascinado con Olivia quien me mira con calidez.

—Y a mí porque nadie me pregunta si me quiero disfrazar — comenta Arthur.

Ambos volteamos a su dirección, quien nos está espiando en la esquina del salón.

—Arthur quieres disfrazarte con nosotros — le pregunto y este asiente entusiasmado.

No me puedo quejar, este año me ha regalado a dos personas maravillosas, sé que este Halloween será genial, sonrío al ver a mis dos personas favoritas peleando por el disfraz que usaremos.




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