Aún recuerdo que fue un 23 de diciembre del 2010, había planeado invitar a Olivia a comer con mi familia y así el 24 no presionarnos tanto, Arthur estaba conmigo, él estaba ayudando a mi madre a preparar la cena, también recuerdo que recibí una llamada de Olivia.
Tal vez ya le ganaron los nervios…Pensé.
—Creí que ya te había calmado ayer después de las veinte llamadas que me hiciste — me burle.
—Yo…estaba tranquila e incluso emocionada — hizo una pausa que me preocupo — no sé qué me paso…yo solo quiero…quiero que deje de doler.
—¿Qué pasa? — escuche un fuerte sollozo del otro lado que hizo que mi corazón latiera con fuerza.
—No se…creí que lo había superado, había días en los que…yo…perdóname…tal vez simplemente nunca estuve consiente y traté de evadir la realidad, quise llamarte en cuanto me di cuenta de mi error — volví a escuchar un sollozo — no me odies, pero tampoco me llores.
Y colgó…no entendí lo que paso, trate de asimilar lo que me había dicho, baje a la cocina y mire a Arthur, pareciera que solo me llamo a mí.
—Arthur…
Las palabras quedaron suspendidas en el aire, mi madre y Arthur se giraron a mí con una sonrisa, no sé qué cara traía pues se les borro la sonrisa y se acercaron a mi sigilosamente como si tuvieran miedo que en cualquier miedo desapareciera.
—Cielo, que ha pasado — mamá me puso una mano en mi mejilla.
Mi pecho se sentía pesado, sentía la necesidad de salir corriendo como si algo se me hubiera perdido, las palabras estaban en la punta de mi lengua, pero sabía que si abría la boca el nudo de mi garganta me traicionaría.
—Amigo que pasa — Arthur puso una mano en mi hombro — ¿Olivia cancelo?
Al escuchar su nombre salí del trance, abrí los ojos y después salí corriendo, escuche a mamá gritando a mi espalda y Arthur siguiéndome, sabía que algo andaba mal, no quería pensar nada malo, tarde más o menos 5 minutos en llegar a casa de Arthur, al querer agarrar el pomo Arthur me empujo y metió la llave a la cerradura.
Cuando se abrió el me miro y asintió, ambos entramos, ya había venido a esta casa muchas veces, pero el día de hoy se sentía una vibra tan pesada que costaba respirar, subimos las escaleras, cuando estuve frente la puerta de olivia respire profundo y toque, no escuche nada, volví a tocar, sin obtener respuesta, sentía que mi corazón se quería salir, sentí una mano en el hombro.
Tal vez Arthur ya sabía que pasaba, porque me jalo hacia atrás y el entro a la habitación, su cara había perdido color, también vi cómo le temblaban las manos al agarrar el pomo, tarde unos segundos en seguirlo, en la habitación no había nada, entre al baño donde estaba Arthur parado, me pare detrás de él.
Me tome unos minutos mentalizándome que ella ya está en mi casa, cuando quite a Arthur de la puerta me paralice, mire a Arthur quien estaba llorando, mi mente quedo en blanco, me avente contra Olivia quien estaba en el suelo llena de sangre, la agarre e intente despertarla, mi mente me estaba jugando sucio.
—¡Despierta, Carajo! — por más que le gritaba ella no despertaba.
Me aferre a ella como si eso la hiciera despertar, escuche a Arthur acercarse y ponerle los dedos sobre el cuello, me miro y negó. No. No. No. Me niego a que ella este…empecé a negar, el intento agarrarme del brazo y lo único que pude hacer fue aferrarme a ella.
—Me dijo que estaba cansada…tal vez el cansancio la desmayo — odie como mi voz se cortó.
Arthur salió de la habitación, mire a Olivia quien tenía los ojos cerrados, le acaricie el pelo, el nudo que se formó en mi garganta dolía, mi corazón dolía.
—Despierta, aun no vemos las auroras boreales — susurre, ella no respondió.
Esto era un sueño de mal gusto, un maldito sueño de muy mal gusto.
—Al despertar, prometo comprarte todo el helado de choco menta — mire la pequeña ventana del baño y trague saliva — solo despierta de esta maldita pesadilla.
Me pellizque y nada, no era un sueño, de verdad estaba pasando.
—Yo…Te amo…me gustas Olivia…pensaba decírtelo hoy… me enamoré desde la vez que te vi correr como naruto — una risa amarga salió de mi boca — ni siquiera hemos andado y ya me terminaste y hasta me rompiste el corazón, eres malvada.
Apoye mi frente contra la suya, cerré los ojos y me aferre tanto a ella como pude, no sé cuánto tiempo paso, solo sentí muchos pasos, alguien me tomo de los hombros y me separo de Olivia, alguien más la tomo y la dejo en el suelo, no escuchaba nada, solo podía ver a Olivia inerte en el suelo.
Alguien me saco del baño y me abrazo, vi a mi alrededor, vi a Arthur llorando en los brazos de sus padres quien se veían tristes, la madre abril quería entrar mas no se lo permitieron, me sacaron de la casa y me llevaron a la mía, antes de irme miré atrás y por última vez vi a Olivia. Cuando llegue a mi casa subí a mi cuarto y me tire a la cama, ya era de noche, cerré los ojos y caí en un profundo sueño.
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Editado: 11.12.2025