Ella estaba feliz, estábamos junto al lago, estábamos alimentando a los patos.
Debo irme. Me mira una Olivia que irradia luz y felicidad.
Te ves feliz. Me costaba respirar, mis ganas de llorar eran inmensas.
Soy feliz, aunque no me gusta cuando estas triste, quiero que tú también lo seas, busca tu camino, vive, se libre. Su mano rozo mi mejilla, cerré los ojos por unos instantes, quería sentir su tacto una vez más.
Me está costando mucho, me siento atascado, no quiero…
La salida que tome fue mala, pero no me arrepiento, me siento libre, me siento feliz, eres fuerte muy fuerte, no dejes que mi ausencia te hunda.
Antes de despertar ella me dio un abrazo, me desperté sobresaltado, mire por unos instantes el techo del coche, aun me faltaba mucho por recorrer, Salí del coche en busca de aire, me puse de cuclillas y mire el rio que tenía el puente debajo.
Sentí las mejillas calientes, pronto descubrí que lagrimas rodaban de ellas, un nudo se formó en mi garganta dolía, me permití llorar, lloré como un niño pequeño, necesitaba un abrazo, necesitaba respirar de ese hoyo en el que me había metido, me costaba respirar cada día, mis días eran pesados cuando en realidad no hacía nada.
cuatro años en los que una nube negra me cubrió, he intentado salir, pero es inútil, me paro decidido a seguir mi camino que se haya interrumpido por mi falta de comida, veo todo negro.
—Abuelo, creo que se murió — escucho voces lejanas — en mis tiempos los jóvenes se suicidaban saltando.
—Ivana por dios apenas tienes 19 años recién cumplidos.
—Deberíamos dejarlo aquí o vamos a llegar tarde — escucho que se queja la tal Ivana.
Quiero abrir los ojos, los siento muy pesados, mi cabeza duele demasiado y ni se diga del cuerpo, parece que me avente del puente.
—Dije que vamos a ayudarlo y no me desobedezcas o te vuelvo a dejar tirada — escucho como se queja la chica.
Abro con lentitud mis ojos, el anciano se acerca y me revisa, la chica me mira molesta.
—Pero chico se nota que no has comido en días, estas pálido, pareces muerto en vida.
Intento pararme, pero el señor me lo impide.
—Ivana saca un poco de la comida que traemos.
—Pero abuelo…
—¡Ivana!
A regañadientes la chica va por lo que le pidió el abuelo, me ayuda a sentarme en las barandas del puente, él se sienta a mi lado.
—Te ves joven, los jóvenes deben alimentarse — me regaña.
Llega la chica me dan una torta con un jugo y fruta, empiezan a discutir a decir verdad presto mi atención en el lonche, no tengo apetito, pero si quiero llegar a donde había planeado debo cuidarme, intento comer la torta, cuando por fin me la acabo, me dispongo a pararme.
—Odio que me observen cuando como — murmuro.
—Ves te dije es un malagradecido, vámonos.
—Ivana…hijo, te puedo llevar al hospital o quieres que te deje a dónde vas — se ofrece el anciano.
—Voy a ver las auroras boreales en wald tied.
Veo como la chica pone los ojos en blanco, el anciano me sonríe apenado.
—A decir verdad, prefiero ir solo.
El anciano parece pensarlo, asiente.
—Cuídate joven, te ves muy mal, no te puedo obligar a nada, solo vive, no busques razones, solo hazlo, si no te gusta cómo va, crea tu propia historia, dirige el camino que te guste, si alguien te intenta hacer avanzar por un camino que no te gusta no lo escuches, al final tu eres el protagonista de tu propia historia.
Asiento, me despido del anciano y su grosera nieta, sus palabras hacen eco en mi mente, crear mi propia historia, Olivia ya no está, ya no me gusta cómo va mi vida así que tengo dos opciones, elegir el camino de la destrucción o el camino del cambio, me meto al coche y me dirijo a mi destino.
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Editado: 11.12.2025