Al final decidí hacerle caso a jay e Ivana, volví una semana antes de navidad, decidí entregar mis proyectos con tiempo, nada ha cambiado, mi casa, mis padres, toco el timbre tembloroso, no sé a qué se debe. Mamá es quien abre, cuando se da cuenta que soy yo abre los ojos sorprendida. Le grita a mi padre, quien no tarda en aparecer. Ambos me miran sorprendidos.
—Hola — lucho con el nudo que se formó en mi garganta.
—Volviste — susurra mi madre.
Sus ojos se han llenado de lágrimas.
—Ivana dijo que no logro convencerte e incluso perdieron contacto durante semanas —Habla papá.
—Hay algo que debo hacer aquí para poder vivir con paz — me explico.
Mamá asiente y me envuelve en un abrazo, papá se une, extrañaba la calidez que me proporcionan los brazos de mis padres, con ellos me siento seguro.
—Pasa y cuéntame cómo es Valle verde.
Se pasa el día entre platicas, risas, después de cenar subo a mi habitación, la abro y nada se ha movido de su lugar, veo la foto que hay en mi cajón, es una donde estamos Arthur, yo y… ese nudo se vuelve a formar, pongo la foto boca abajo, intento distraerme con otra cosa, veo mis muñecos de acción, eso de alguna forma me distrae.
…
El día es tranquilo, he ido con mi madre de compras, le he ayudado a mi padre a azar la carne, hemos jugado videojuegos con Arthur, ya casi es tarde, hablo un poco por teléfono con Ivana, me ha dicho que pasaran navidad con una tía abuela que tiene, navidad…me debo felicitar por el simple hecho de venir a casa en navidad.
…
La semana ha pasado demasiado rápida, debo admitir que ha sido divertido volver a donde crecí, en unas horas es la cena de navidad y como estos cinco años que he pasado navidad, tengo la sensación de que recibiré una llamada.
—Cariño, ya es hora.
No sabía que ya había oscurecido, estaba tan concentrado en mirar el techo que no me di cuenta, me levanto, miro la ventana, esta sensación que tengo se vuelve más fuerte, tomo mi chaqueta, bajo a cenar, hoy se reunieron todos nuestros parientes, la cena pasa tranquila, todo es risa, llega la hora en la que todos empiezan abrir sus regalos.
No tengo muchas ganas de abrir regalo, salgo de la casa y empiezo a caminar, miro el cielo, ya no luce lindo, tiene un aspecto sombrío, sin estrellas, es como si se hubiera apagado, cuando caigo en cuenta de donde estoy me detengo, estoy frente la casa de Arthur, sus luces están apagadas, por lo que me conto iban a ir a casa de unos parientes, sigo mi camino sin muchos ánimos.
Llego al lugar que soñé, puede sonar loco, pero soñé que venía al cementerio y me quedaba horas viendo su tumba, es de madrugada lo cual hace al lugar escalofriante, llegó a donde está su nombre, enseguida un nudo en mi garganta se forma, mis ojos se cristalizan.
—Feliz Navidad — susurro.
Una lagrima recorre mi mejilla, mi pecho se comprime.
—Yo…lamento no darte la despedida que merecías, me cerré en mi mundo para que no doliera, pero cada vez me estoy ahogando más — un sollozo escapa de mi boca — te odio…te odio por no vivir por mi…te amo por ser una gran chica, un ángel en mi vida…te admiro por ser fuerte durante mucho tiempo.
Me arrodillo, toco la tumba, mi mano tiembla, me acomodo a forma que mi cabeza queda sobre mis brazos.
—Eres mi flor más preciada, la flor que no supe cuidar y se marchito —lagrimas siguen desbordándose por mis mejillas — Ya se cuidar las flores, pero es muy tarde para cuidar de ti.
Gotas empiezan a caer del cielo, gotas que erizan mi piel, pero no importa estoy a lado de la persona que amo, no me importaría morir en este instante, cierro los ojos dejando que las lágrimas sigan saliendo, dejando que las gotas me empapen, simplemente no quiero existir por unas horas, después seguiré siendo fuerte, seguiré luchando por ser feliz, solo por esta madrugada quiero sentirme cerca de ella.
#5816 en Novela romántica
#2413 en Otros
#639 en Humor
romanceadolescente, primer amor romance amor incondicional, dolor del pasado y un nuevo comienzo
Editado: 11.12.2025