El año había comenzado y el ser capaz de volver hablar con Nohemí fue toda una hazaña para Nebu, sin embargo, él aún no podía dejar de lado estos sentimientos tan desconocidos que empezaban a ser cada vez más fuertes y lo llegaban a controlar y sentir inseguro.
Nebu, tratando de seguir siendo como era antes de que todos estos sentimientos empezaran aparecer, se podía notar que nuevamente podían platicar, bromear y jugar juntos los dos, además de que mantenía la convivencia con sus amigos, así como el haber mejorado un poco en los estudios.
De esta forma el tiempo empezaba avanzar sin ni una novedad y Nohemí sentía que ahora ya todo estaba bien, al parecer esto significaba que ya no debía de preocuparse para nada por lo que en aquel momento Nebu le había dicho y esto había quedado en el pasado como un simple juego.
Ya siendo febrero, justamente el día en que se celebraba el carnaval, se podía notar como es que había varios puestos vendiendo picapica y cascarones, todos en la escuela, al ser que eses día no hubo clases, más bien lo que se apreciaba actividades en las que se mostraban algunas de las manualidades que habían hecho varios alumnos de diferentes grados y destacaron en sus aulas, estas debían de haber sido realizadas con cascaras de huevos, papel china y podrían usar picapica como principales materiales, ya que eran las que distinguían la festividad de la época del carnaval.
Por otra parte, se podía notar como todos los niños se encontraban corriendo por toda la escuela rompiendo los cascarones con sus amigos y amigas, al igual que llevando bolsas desde transparentes hasta de colores que contenían en su interior la picapica que terminarían echando en la cabeza de los mismos. Entre el esquivar y evitar terminar con picapica o que le quebraran un cascaron en la cabeza con el ser capaz de hacerle los mismo a sus amigos, todo era un alboroto en ese momento.
Había quienes estaban comprando algo para comer, mientras otras jugaban futbol con la pelota, saltando la cuerda o persiguiéndose entre sí, todo se podía ver lleno de vida y con gran diversión. Nebu estaba en ese instante jugando con sus amigos a las chamuscas, y conforme iba perdiendo un equipo el siguiente entraba así de forma indefinida.
Nohemí, que estaba con unas de sus amigas, platicaba de cosas del estudio como las clases que había tenido y que no les gustaba algunas de ellas, así como el de estar atrasadas con alguna tarea entre otras cosas. Pero por un instante se detuvieron cerca de la cancha, en sí era el patio, pero colocando sus suéteres como limites hacían lo que sería la portería. Una de sus amigas dijo, mientras dirigía su mirada hacía sus compañeros que estaban jugando – oye, ¿No te parece que Henry es muy lindo? – de pronto el tema empezaba a cambiar a cuestiones de despertar las miradas e interés por el sexo opuesto. Esto si que fue un tema un poco fuerte para Nohemí que no tenía ni idea de que decir en ese preciso momento. Su otra amiga, respondió – ehhh… así que te gusta Henry, pero para ser sincera, no le veo de donde lo has visto lindo, a mí me parece que sigue siendo un enano – Nohemí, dirigiendo su mirada hacía Henry, quien se encontraba como portero, pensó – ¿De verdad? Yo no lo veo para nada lindo, sino al contrario – recordando lo revoltoso que es en la clase – me parece un poco tonto – de pronto una de sus amigas la sacó de sus pensamientos al colocar las manos en sus hombros y decir con una forma un poco burlona – holaaaa… ¿Nohemí estas con nosotras? – Nohemí, rápidamente dio un paso atrás para luego decir – este… ¿Qué pasa? – riendo, su amiga dijo – jajaja, no puedo creer que de verdad no nos estabas prestando atención. Quien diría que estaría muy distraída en esta ocasión – su otra amiga, teniendo una idea, dijo con un tono un poco juguetón – alto. No me… ¿Acaso te gusta Henry? – Nohemí, siendo impulsada por la atmosfera, respondió – ¿Cómo crees? – luego las dos se empezaron a reír de la reacción de Nohemí.
Nebu, por su parte, que había logrado escuchar un poco de aquella conversación, esto le hizo sentirse mal. Apretando sus puños, al ser que no podía decir nada como “Nohemí, ¿De verdad te gusta Henry?” o “Eso es imposible, ya que yo soy el único para ella” pero todo esto era reprimido al tener que jugar como un amigo nada más, alguien que no tiene ni un sólo sentimiento por ella, al igual que tampoco podía estar seguro de sí Nohemí realmente siente algo por él o no.
Nebu, corriendo con todas sus fuerzas, logró quitarle la pelota a Pedro, quien era del equipo contrario, y después se dirigió hacia la portería donde estaba Henry. Henry, por su parte, se preparaba para detener la pelota y así evitar que metiera gol mientras decía – vamos mucha, deténgalo –. Nebu, sintiendo esta tristeza ante unas pocas palabras, sólo pudo detenerse por un momento para poder patear la pelota de plástico con todas sus fuerzas.
La pelota que iba hacia la portería terminó por desviarse, en sí Nebu no contaba con una buena puntería como para poder meter gol en primer lugar. Sus amigos que conformaban su equipo dijeron “AAahhh… no” “¿Cómo es que pudiste fallar?” “Estuvo cerca” mientras los del equipo contrario decían “No fue gol” “Fallo” “Apúrate, vamos a meter nuestro gol”.
Nebu, viendo que Henry tomaba la pelota y luego lo lanzaba para continuar con la chamusca, sólo pudo apretar su puño para luego correr para poder recuperar la pelota. Esto fue un poco más impactante para él, ya que empezaba a ver que no era nada en comparación con Henry y que esa podría ser una de las razones por la cual podría estar perdiendo a Nohemí, pero no puede mostrar para nada el como se siente en lo más mínimo.
Un frío llego a sentir que recorría por su pecho, pero no podía darse por vencido, puesto que si lo hacía significaría el romper la promesa que le hizo a Nohemí y demostrar que lo que siente es real y no algo fugaz. Sin embargo, esto parecía más un castigo que una oportunidad para que lograra estar con ella.