Mi Primer Amor

Amor de Infancia.

Todos alguna vez llegamos a enamorarnos de alguien de la niñez, a veces es pasajero y otras veces te obsesionas con el sentimiento que se convierte en tu primera ilusión, tu primer todo, es ahí cuando dejas de pensar solo en tí, para creer y pensar en alguien más, así es, cuando tenía seis años de edad lo conocí, Edward Johnson.
De niña solía visitar a mi abuela todos los fines de semana en Minnesota, se me ocurrió salir de día de campo con unas amigas y hacer una pijamada en la cabaña de mi tía Elizabeth en Wisconsin, ahí vivía mi prima Esther, sin embargo llegaron tres niños nuevos a los alrededores, los cuales atención no les presté, jugué con ellas a las escondidas, cuando dos de ellos se integraron y le preguntaron a Esther.


—¡Hola Esther! ¿Podemos jugar? 
—Claro ¡Tú la cuentas!-Corre a esconderse-.

Llevo rato escondida a lado del río, creo que ha sido el mejor escondite que he encontrado en mi vida. piensa hany.

Edward Johnson no suele convivir con las personas, así que se fue a lado del río a jugar videojuegos, de pronto ve a una niña que ya había visto antes.

—Hola-Hany se asusta y se tira hacia la orilla del río sin entrar en él, sorprendida de ver qué el niño que le habló, era el que no se integró a jugar-.
—Hola.
—¿Cómo te llamas?
—Hany Wilson ¿Y tú?
—Edward Johnson.
—¿Qué haces aquí?,¿También te escondes?
—No-Se ríe-Prefiero jugar videojuegos aquí a lado del río.
—Vaya...

Pasé un largo rato incómoda en silencio escondida, pues al estar escuchando los gritos de "Te encontré" y Edward emocionado jugando, decidí correr y salir de allí pero me encontraron.
Se hizo de tarde y fuimos a los árboles todos, nos sentamos en el zesped pero Edward se fue atrás de un árbol sin nosotros, entonces conocí a estos dos niños, ellos a nosotros, y viceversa.

—Hay que conocernos más, mi mamá me dijo que ustedes dormirian en mi casa ésta semana.
—Si-Responde Patrick-Mi madre se fue a Minnesota y me dejó con tu mamá que es amiga de la mía.
—¿Y tú, Jorge?.
—A la mía le da igual donde esté.
—¿Tu como te llamas?-Pregunta Patrick-.
—Hany Wilson, mi madre es de los Ángeles y mi padre de un pueblo cerca de aquí, pero vivimos en Kansas..
—¡Que padre!-Repiten los dos al mismo tiempo asombrados-.

Siendo honesta no me gusta contar mucho de mi vida personal ya que solo se basa en estar en casa sin salir y cambiarme mucho de escuelas, mi hogar esta retirado de la ciudad y normalmente mis padres tienden a preocuparse por lo que hay fuera del exterior, es como si escondieran algo... No suelo pensar mucho en eso, solo tengo seis años.
Patrick y Jorge siempre están juntos, y les prestaron atención a mis dos amigas.

—Hola ¿Cómo te llamas?
—Me llamo Milly.
—Yo me llamo Liesel.
—Que aburrido, digan algo más-Esther con expresión de desagrado-
—Yo tengo nueve años.
—¡Wao!-Decimos todas asombrosas-.
—¿Quién eres?-Pregunté por que no había hablado nunca con alguien de nueve años-.
—Soy Superman, no lo entenderías-Pone su pie derecho sobre una pierna en posición de superhéroe y nos giña a todas.
—¿Y tú?
—Un chico de ocho años que le gusta vivir la vida loca. (a esto se referia a un mocoso desobediente que tendia a ocasionar problemas).
—¡Genial!
—Oye, ¿Por qué Edward no está con nosotros?.
—Es buena onda, le cuesta integrarse, tiene siete años-Contesta Patrick qué conoció a Edward cuando tenía 3 años-. los dos fuimos al jardin de niños y estamos en la misma escuela.
—Es presumido-Dijeron mis dos amigas-.


Después de minutos conversando me percaté de que alguien estaba atrás de los árboles.


Qué extraño niño, aunque es lindo, su piel es blanca, me gustan sus ojos, son oscuros y su cabello, tiene el cabello ondulado,me gustaría tenerlo así, es bonito pero es muy callado... Hmm... Pensó hany.

Me acerqué a él, ya que no me gusta ver a las personas solas, siento que están tristes y no tienen amigos.

—¡Holis!-Me siento a lado de él-.

Me mira de reojo, sin sonreír ni nada en lo absoluto.

—Hola Hany.
—¿Por qué no estás con nosotros, no son tus amigos?.
—Si lo son, pero no soy bueno hablando.

Apaga el GameBoy y se sienta frente a mí, sonriendo.

—Pero contigo es diferente ¿Sabes?-Ladea su cabeza a la derecha-

No supe que dicer ante su respuesta, a veces cometemos el error de estar en nuestro propio planeta sin darse cuenta de las maravillas que hay en el exterior, así que le propuse jugar a saltar las piedras del río, era la primera vez que lo escuchaba reir, fue lindo, después de todo, no era el niño callado y presumido que todos deciamos.

Al pasar las horas inició el atardecer, mi tía Elizabeth empezó a hacer la fogata en la parte de en frente de la cabaña, alrededor del verde pasto, al anochecer, el calor de las llamas empezó a subir, mi tía Elizabeth se metió a la cocina a preparar la cena y varios malvaviscos.

—Niños.... La fogata está lista.
—¡Gracias mamá!

Elizabeth está divorciada con una hija, llamada Esther, siempre la visitaba Hany Wilson, sus padres no estaban todo el tiempo con ella, así que la dejaban a su merced, su casa siempre está llena de niños y niñas. Todo ser humano necesita la compañía de un ser amado que te pertenezca y se quede a tu lado toda la vida, creemos tener todo pero en realidad no tenemos nada.

Hany no tenía muchos amigos, normalmente le envidiaban, siempre vestía normal, aún teniendo dinero, es amable pero es algo dramática, a veces sentimos poco y reprimimos tanto que nuestras emociones, reaccionan de manera impulsiva sin pensar en las concsecuencias. 

Llegó la hora de ir a la fogata, mis amigas, prima y estos tres niños, nos reunimos alrededor de ella, las estrellas encenderion en cielo, creamos varias historias sobre ellas mientras cenamos malvaviscos, entre risas y juegos empezamos a cansarnos, la neblina bajó y el calor se terminó, llegó la hora de dormir.
 




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