Mire para todas partes para asegurarme de que nadie me vea y me acerqué-Hola-susurre. -Ven-dijo jalándome de la mano hacia un enorme árbol. -¿Qué…qué haces? -Esto-sin más apretó sus labios contra la mía-te extrañe mucho-murmuró y me volvió a besar, sentí un hormigueo en mi estómago y mi piernas me temblaban, malditos nervios. -Ya para-dije nerviosa. -¿Qué no te gustó? ¿Te lastime? -su rostro se notaba un poco preocupado. -Noo... si fuera por mi te comería a besos-sonrió-pero alguien nos puede ver!. -Escapémonos. Dale vamos, conozco un lugar...-estiró de mi y me asusté, soltándome rápidamente de su mano-¿Qué? Estás loco? Mi hermano me va a matar... -se detuvo y soltó una carcajada.-Es broma bonita-trató de calmarse-tendrías que ver tu cara-puse los ojos en blanco y cruce los brazos-Muy gracioso señor Pimentel... muy gracioso-dije fingiendo enojarme, pero me gusta verlo así es tan diferente cuando está con los demás y esto me encanta puedo disfrutarlo yo solita. -Pero no es mala idea fugarnos-levantó la ceja divertida. -Sería mejor si te callas y vámonos que ya es hora de entrar. -Tan rápido? Aún falta... diez minutos. -Diez que para mi hermano son 100, anda vamos. -Está bien-se acercó y me quedo mirando. -¿Qué tanto me vez? ¿Tengo algo?. -Belleza-sonrió-eres hermosa Emi. -Y tú muy guapo-sé mordió el labio inferior y luego se acercó a mí- No pienso renunciar a ti nunca- susurro-y me dio un ligero beso-Nos vemos luego, te escribiré-dijo y sé fue, espere un momentos para luego entrar...