-No es eso... Me alaga muchísimo saber que el afortunado sea yo, pero no se si estoy preparado para volver, ya sabes.
-Mire muchacho, yo te daré un consejo, una más de los tantos que te he dado, si dejas que tú pasado influya en tus decisiones del presente, estarás estancado siempre allí, no avanzarás y créame que el tiempo no se quedara sentado como yo en un sillón a esperarte, no, el tiempo pasa, la edad avanza, y dígame que harás cuando seas un viejo arrugado como yo y te pongas a pensar en lo estúpido que has sido haber desperdiciado tanto tiempo pensando siempre en el pasado, viviendo siempre de él, pensarás ¿Qué habrá pasado si hubiese intentado? ¿Qué resultado hubiese tenido si hubiese aceptado? ¿Hubiese cambiado mi vida? Pero ya será tarde porque en su tiempo no lo intentaste, no lo hiciste, no te levantaste y enfrentaste la vida, te quedaste como un cobarde sentado esperando olvidar, superar y te digo una cosa nunca lograras olvidar, pero si puedes dejar a un costado y probar nuevas cosas, intentar cambiar tú futuro, y no seguir siendo un cobarde amargado, por que eso es lo que eres, con el perdón de la palabra-
Me quede sin poder decir nada, la verdad tiene razón, él sabia de mi pasado y en estos tres años me ha ayudado muchísimo, lo conocí una tarde en una plaza cuando pensaba dejar todo, irme a lo más alto de la ciudad y tirarme de allí para que de una vez por toda pueda olvidar lo mierda que ha sido mi vida, pero el destino fue generoso conmigo, haciendo que me cruzara a este hombre en mi camino. Esa tarde me pidió que le leyera un libro, "Orgullo y Perjuicio" de Jane Austen, sólo dejo que le leyera dos páginas para luego confesarme que ha sido una excusa para acercarse a mi, que me ha visto muy triste y que al instante pensó en su hijo, uno que a mi edad se quitó la vida, su historia fue tan triste que me hiso pensar dos veces en mi decisión... Decidí no hacerlo por mi madre, ya ha sufrido bastante y le causaría otro dolor que no lo superaría jamás... Desde aquel momento el Señor Boston no se apartó de mi, me pedía que lo visitara, que lo acompañara en fiestas elegantes en donde lo invitaban, su mujer.