-Un padre a quien agradecerás cuando tengas tú título, un trabajo, esa mujer a quien amas y estés a lado de tú familia-sonríe y se levanta para despedirse de mí, no le extendí la mano sino que lo abrase, si esto no era ser un padre, que puede ser entonces-Gracias Boston-dije antes de sepárame de él.
-No agradezcas nada por ahora hijo, ve y haz todo lo que no pudiste hacer en estos tres años-salí de allí, y después de tanto tiempo al subir en mi auto reí tan fuerte que hasta me salieron las lágrimas, el peso que venía cargando desapareció y sentí un extraño sentimiento que podría nombrarlo como la felicidad.
⛅El regreso✈
-Estaremos siempre en contacto-dije acomodando mi camisa, Erika seguía acostada en la cama.
-¿Pero cuando piensas volver amor?-pregunto con esa vocecita de niña mimada. -No sé, no tengo fecha de retorno.
-¿Y como piensas hacer para que nos veamos?-se levanta y se acerca hasta donde yo estoy, solo tenía puesto el sostén y una braguita negra-Por qué yo no quiero pasar mucho tiempo sin verte bebé.
-Erika espera-le quite la mano que ya lo tenia de nuevo en los botones de mi camisa-Hablaremos de eso después, ahora debo irme, y debes irte tú porque perderé el avión y eso es lo que menos quiero. -¡Que borde eres! Cuando te pones en ese plan es cuando menos te soporto-va toma su vestido negro y se viste de malas-Que tengas buen viaje. -Erika perdona, no puedes irte así-me acerque y la besé tratando de ablandarla-Te prometo que pronto nos volveremos a ver.
-¿Lo prometes? -Sí-conteste un poco cortante, se acerca de nuevo para besarme pero justo aparece Meri la mucama de la casa-Joven el señor Boston ya está aquí. Dice que está un poco apurado.
-Que manía tuya esa de interrumpir siempre-escupe Erika siempre enojándose por todo, vi que la pequeña mucama agacho la cabeza un poco avergonzada, Meri es hija de la señora Sara que siempre trabajo para mi abuela y ahora que ella no está, su hija lo estaba remplazando-Perdón Señorita-se disculpó. Le mire a Erika un poco molesto.
-No tienes porque tratarla así, estas en mi casa, no en la tuya, y aquí a todos le tratamos por igual.
-Ya saltando como defensor de pobres, amor solo es una mucama.