💡Maratón 4/7💡
Me sentí culpable por como le trate a Yeyo, él no sabe nada de mi pasado y no quisiera tampoco que se entere, debo aprender a controlar más mis arrebatos de miedo.
Mire la caja, la esquela y decidí probarme los zapatos y que creen? me quedaba como anillo al dedo, Yeyo tenia razón, efectivamente sabe mucho más de ropa que yo, lo que ha escogido para mi me queda perfecto. Salí del vestidor y cuando fui para pagar la cajera me informó que ya estaba pago, le miré confundida.
-Tú novio lo ha hecho-contesto amable.
-No es mi...
-Eres una chica muy afortunada-me interrumpe, quede sin aclararle que no era mi novio al fin de cuenta a quien le importa, salí del lugar y afuera Yeyo me esperaba recostado en su coche.
-Emily yo...lo siento-dice al acercarme-No quería hacerte sentir...
-No es tú culpa-le interrumpí-Ese zapato me trae feo recuerdos, sólo fue eso.
-Segura?
-Si... Vamos? Ah y gracias todo me quedo perfecto.
-Te lo dije-dice orgulloso subiendo al coche.
-Oye quien te enseñó a comprar ropa de chicas?-pregunté curiosa al abrocharme el cinturón, me mira por unos segundo y podía ver que su expresión cambio, en su mirada reflejaba tristeza-Larga historia-susurra poniendo en marcha su auto.
-Puedes contarme.
-Prefiero no hablar de ello-contesta al momento que salimos en la carretera, en el camino casi no habló, solo contestaba con monosílabos y me sentí incomoda, quizás detrás de ese chico alegre, divertido existe otro con una triste y larga historia-Paso por ti a las nueve-murmura cuando llegamos.
-ok. Gracias-conteste y baje del coche.