El fin de semana se hizo largo y triste cuando me di cuenta que casi terminaba mi estyadia y no había podido verlo. Domingo 3:30 pm areglaba mis cosas y mi celular avisaba que tenía un mensaje nuevo, al ver que era de el una sonrisa se dibujo en mi rostro.
Me invitaba a un encuentro antes de irme a casa. Sentía tanta emoción, el lugar de la cita era en el mismo lugar de nuestro primer beso, si allí en el malecón, con una vista hermosa al mar. Al verlo llegar no sabía reír o llorar. O si más bien correr y huir de ahí.
Estuvimos un rato hablando y compartiendo ideas, como dos amigos que se conocían perfectamente, creo que el sentía miedo de dar el primer paso y para ser sincera yo también sentía muchísimo miedo.
El tiempo se acobo y al decirle que debía irme solo pudo abrazarme, yo estaba realmente confundida, ese no era el mismo chico, estaba diferente o realmente me había extrañado.