—¡No, no, no y no! —Gritaba una y otra vez mientras me aferraba a mi cama con todas mis fuerzas.
Ellas trataban de arrastrarme fuera de esta, donde ellas reían y yo sufría, no quería, no quería y no quería, ellas siempre iban sin mi y no me molestaba, porque no me importaba y a ellas tampoco les importaba si iba o no.
—¡Alison! —Alexandra grito enojada, o eso trataba de aparentar su grito.
—¡No quiero! —Trataba de patear para poder contra ellas, pero era claro que no podía, eran tres contra una—. Yo no sirvo para esto, y aparte tengo mucha ropa.
En eso la puerta se abre.
—¿Está todo bien... ? —Es la voz de mi mamá y volteo a verla—. Escuche muchos gritos.
—Hola señora McNath —Esa es la voz de Angi en una manera dulce y cínica—. La verdad es que... Nosotras tratamos de que Alison salga de la cama para que vaya de compras con nosotras.
En eso siento que no hay tanta presión sobre mi cuerpo y puedo deducir que una de ellas me ha soltado, pero aún así siguen siendo dos contra una.
—Hemos notado —Aranza suena diplomática y odio cuando hace eso—. Que su hija suele usar ropa muy vieja, por el mismo motivo de que ella no ha querido salir con nosotras de compras. Así que nos dimos a la tarea de sacarla de su cama y hacer un cambio total de su armario. Y esa es la razón por la cual Alison se está rehusando y haciendo un escándalo de niña de diez años.
—Mmm... —El típico murmuró de mi mamá.
—Prueba número uno de que esto es verdad y que realmente necesita nueva ropa —Oh no, no, no y no. Si Aranza le enseña sus supuestas pruebas y convence a mi mamá no será bueno—. No tiene calzado más que un par de tenis converse de color negro que ya parecen gris, y eso lo puede notar.
—¡No la escuches mamá! —Vuelvo a tratar de zafarme del agarre de Angi y Alexa pero es inútil—. ¡No necesito nada! ¡Estoy perfecta!
—Número dos, su ropa está siendo desgastada y pasada de moda, por lo que no llama la atención de los chicos en el instituto —Ella ríe cínicamente.
—¡No me interesa eso!
—Prueba número tres, ya que su ropa parece vieja, tiene un aspecto de niño, cosa que no es muy femenino —No, no y no, si sigue así estoy mas que segura que hasta mi madre podrá ser capaz de prestarnos su camioneta—. Y creo que no le gustaría que su hija fuera poco femenina solo porque es una floja y no quiere ir de compras con nosotras.
Observo a mi mamá con detalle.
Y la veo esculcar entre sus cosas.
Cierro mis ojos, no quiero ver esto.
—Tienes mucha razón Aranza —¡La odio!, ¡Odio a todos! —. Mi hija necesita nueva ropa, tiene demasiado tiempo que no me pide, y si te soy sincera ya estaba empezando a pensar lo mismo que tu... Por lo que tomen y tomen.
Abro mis ojos. ¿Que les dio?
—¿La tarjeta de crédito? —No me sorprenden las llaves—. ¿Para que quiero la tarjeta de crédito?
—Es obvio Alison —Suspira mi madre—. Para comprar ropa que no has comprado en los últimos años, solía ahorrar un poco para tus gastos pero jamás me pedías por lo que se ha acumulado bastante. O por otra parte me podría quedar yo con ese dinero y gastarlo en mi —Voltea hacia la tarjeta y Suspira de nuevo—, tómala, antes de que me arrepienta.
La sonrisa de satisfacción de Aranza me mata, la veo con una cara de muerte y diciéndole telepáticamente "La pagarás muy caro", ahora si que no podré librarme de esta.
—Ahora váyanse y disfruten el día chicas —Veo salir a mi madre alegremente, entonces regresa por unos momentos—. Y también compren ropa interior, créanme le hace falta nueva.
Me pongo roja como todo un tomate, Angi y Alex me sueltan. Me tumbo por completo en mi cama, ¿Por que a mi? ¿Por que yo?
Momento de que te cambies, me auto digo, no hay salida a esto, y lo tengo muy en claro. Entre más rápido lo hagas más rápido terminaremos con todo esto.
—Está bien —Suspiro mas enojada que nada—. Denme uno a cinco minutos y bajo.
Las chicas gritaron emocionadas, ni si quiera sabía cómo pertenecía a este grupo, todas muy alegres y yo torpe y sin importarme nada.
Escuche como las chicas salían de mi cuarto y sus tacones resonaban por las escaleras, ellas eran muy femeninas y yo... una chica que le gustaba usar sudaderas, probablemente tuviera de todos los colores.
—Es ahora a nunca —Susurro para mi y me levanto de mi cama para cambiarme y cepillarme tanto mis dientes como mi cabello.
Busco una de las blusas más descentres que tengo para salir, es de color verde limon media pegada de manga larga, unos pantalones negros y mis únicos par de tenis.
Medio sonrió por eso, es la única ropa decente que tengo en mi armario y por más que odie decirlo me gusta, pero me da flojera ir a comprar ropa similar a esta, y algo me dice que hoy sobrará mucho en el closet.
Bajo las escaleras, y veo a las chicas, son guapas a su manera, todas usan tacones no muy altos ya que solo vamos al centro comercial, pero todas usan maquillaje y labial, y yo solo estoy usando bálsamo transparente para solo hidratar mis labios. Somos tan diferentes, pero se que no podría vivir sin ellas y tal vez eso me complemente de ellas, que a veces los opuestos se atraen.
—Estoy lista —Sacudo las llaves de la camioneta—. ¿Nos vamos?
Hago el esfuerzo por sonreír. Y las chicas empiezan a gritar.
Nos dirigimos a la puerta, empiezan a hablar de los detalles de la semana.
—Dicen que Matías es un tanto reservado —Habla Angi. El chico nuevo, con el que cruce.
—Yo escuche que es muy amable —Ahora Aranza.
—¿Tu que piensas Alison? —Me preguntan mientras subo a la camioneta.
—Lo único que se es que me salvo a una ida de la enfermería y que Adam lo odia porque no tomo su lugar —Río ante eso, y enciendo la camioneta—, y no se lo dio.
Las chicas ríen ante eso, les conté lo qué pasó después de que trate de escuchar música el día de antier con Adam estaba a punto de pelearse con Matías "El chico nuevo", fue muy cómico como al final Adam no logro nada y tuve que sentarse hasta a tras donde más odia. Empiezo a conducir por la calle.