Mi primer amor

Capítulo 5. ¡Lo tengo!

—Si Adam —Suspiro, Algo cansada de escuchar lo mismo una y otra vez—. Lo sé, lo sé, necesito hacer otras cosas que no sea dormir por la tarde.

Algo me dice que no le entiendo del todo, creo qué pasó por un túnel y la señal se cortó por un momento.

Finjo que le entiendo algo.

—Buscaré un trabajado —Escucho su risa nerviosa, no me lo cree—. Y así me mantengo "ocupada" haciendo algo más que no sea dormir.

Más risas por parte de él.

—Y a todo esto —Continuó yo, ya que mi mejor amigo se sigue burlando de mi idea que no es tan absurda y entre más me lo repito más me convenzo—. ¿Ya vas a llegar?, ya estoy a una cuadra y no veo tu carro estacionado.

—Si, si —Suena un tanto nervioso desde que contestó la llamada—. Tal vez me demore un poco más de la hora, pero si llego.

—Está bien.... Bueno voy a entrar y te espero para ordenar. Chau.

Y le cuelgo, me enojo de hombros, personas van saliendo de la cafetería. Así que espero, por mientras me dedico a ver el cristal de esta, hay un anuncio colorido, como la cafetería.

Por alguna extraña razón lo observo por varios minutos, pero no lo leo, al inicio creo que es por los colores tan llamativos, pero después me doy cuenta que lo que observo son las tres primeras palabras que aparecen en grande "Se busca personal" y por alguna extraña razón sonrío.

Y en cuanto veo qué hay dos turnos disponibles no lo pienso dos veces.

Así que tomo la puerta y la empujo con cuidado, y me encamino a la barra de bebidas a pedir informes al único chico que está atendiendo y preparando las bebidas.

Espero en la fila, por mientras veo que ordenare cuando llegue Adam, pero vamos a quien quiero engañar siempre pido lo mismo. Un frapuccino de oreo.

Cuando la fila empieza a terminar, bueno para mi, ya qué hay tres personas después de mi. Me empiezo a poner nerviosa, ¿Que es lo que dire? Jamás he pedido informes para trabajar en una cafetería. De hecho jamás he pedido informes en vida para trabajar en algún lugar.

Me dan ganas de correr, y ocultarme en un sillón hasta que llegue Adam. Pero suspiro fuerte y me digo a mi misma que debo de hacerlo, que debo de continuar y no parar.

Solo falta una persona adelante de mi que todavía no se decide entre sí comprar el frapuccino de matcha o el de kiwi, siento que son diferentes y lo único que tienen en común es el color verde. Yo no ordenaría ninguno de esos, no me grada mucho el color verde.

Cuando por fin se decide por un frapuccino de Kiwi, espero unos minutos ya que como dije el chico está tomando pedido, cobrando y preparando las bebidas, por lo que se entretiene entre pedir la orden o preparando.

—Hola, buenos días ¿En que te puedo ayudar? —Me agrada ese chico, sonríe mucho.

Carraspeo un poco antes de continuar hablando.

—Bueno, pues la verdad es que yo venía a pedir informes sobre la vacante de trabajo que tiene el local —Estoy Tan nerviosa que ni si quiera puedo ver al chico a los ojos, me dedico a observar el gafete que tiene debajo del hombro izquierdo, "Alexander".

—¡Genial! —Se nota muy entusiasmado—. En seguida vuelvo, voy el formulario.

Me quedo viendo al menú de bebidas y postres con cara de póker face, ¿Y si me preguntan algo de mi habilidades? ¿Que dire? Solo se que soy torpe, y no coordino bien. 
Me rio en mi mente, buena idea en trabajar en este tipo de lugar.

El chico llamado "Alexander" regresa y me da un pedazo de papel con una pluma.

—Si quieres puedes llenarlo junto a la barra por si te surge alguna duda puedes preguntarme —Sonríe mucho, me muevo para que la persona de atrás pida lo que sea que vaya a ordenar.

Camino unos cuantos pasó, y me siento en las sillas largas que están junto a la barra, la máquina de café está cerca y definitivamente puedo oler el café recién hecho.

Me dedico un par de minutos a ver esa máquina, a veces me quedo viendo a la nada o a las cosas y ahí es cuando entro a WonderAlison me gusta ese lugar, hasta que las personas me empiezan a hablar y me regresan a la realidad y piensan que las ignoro o no quiero hablar con ellas, lo cierto es que, no se como es que me llego a perder tan fácil.

Bajo mi mirada a la hoja, le doy una vista rápido, y las preguntas más comunes son sobre mi edad, horario en el que puedo trabajar, disponibilidad, si soy estudiante, si puedo trabajar los sábados y domingos (Definitivamente quiero mis sábados y domingos libres –Claro si entro a trabajar–), si he trabajado antes (Risa mental), y otras cosas más ya profundas relacionadas con cosas sobre la cafetería.

—¿Todo bien? —Salto un poco en la silla, me asuste por un momento, es Alexander.

Me le quedo viendo por un par de segundos, sus ojos son de color azul, y su corte es un estilo Justin Bieber 2012, pero le queda bien. Aunque debo de aceptar que Justin de esa edad se veía mejor al de este año.

Me observa el también, ¡Cierto! Me hizo una pregunta, y de hecho si tenía alguna duda.

—Estoy apuntó de terminar, solo que me falta un detalle —Suspiro—. ¿Tendré que llevar los cafés a las mesas? No es que tenga alguna fama de ser algo torpe —Ruedo los ojos—. Ni mucho menos, pero no me arriesgaría a poner a alguien como yo a entrar café a las mesas. Se podría decir que soy buena para los números por lo que recibir dinero no se me daría mal, y aprendo rápido a usar todo tipo de aparatos —Haciendo referencia a las máquinas de café o frapuccino—. La otra vez...

Pero me detuve. Creo que no he hecho ninguna pregunta y Alexander parece un poco divertido ante la situación.

—Bueno a lo que voy —Continuo—. Es... si llegaran a contratarme, ¿Que es lo que haría exactamente?

—Bueno, viendo tu historial —Me muerdo el labio, que pena—, yo digo que podría enseñarte a usar la máquina, y podrías cobrar y hacer algo de limpieza.

Todo iba bien hasta que llego a la frase relacionada con la limpieza.




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