Y la vida continuaba su curso, después de haber sido atrapada por mi vecino Frederic, Aranza no nosotros señales de vida hasta esta mañana; y esto se debió nada mas y nada menos a que nos estaba contando en el almuerzo sobre una nueva película que había salido en el cine, donde tenía buenas recomendaciones por lo que si se llegaba a animar invitaría a Matías.
—Pero estoy planeando en vestir el vestido blanco —En ese momento finge estársela pensando por algo más—. O la blusa rosa que use para el cumpleaños de Angi.
Oh aquella blusa que la hizo lucir más que la propia festejada, estoy por segura que Angi no se lo tomo del todo bien hace dos meses cuando celebrábamos si cumpleaños en una reunión en su casa, donde varios chicos le prestaban más atención al escote de Aranza que a la propia invitada y cabe decir que Angi se veía guapa ese noche.
Sin duda queda esto como "Bubis mata carita".
Pero al parecer creo que todas recordamos esa situación, ya que Alexa, Angi y yo la vemos con cara de ¿En serio?
—Primero invítalo a salir —Hable por fin, ya estaba cansada, yo simplemente quería escuchar el chisme sobre el escándalo de Amber que había ocurrido en clases de Matematicas de Alexa en lugar de esto—, y lo que te responda, siempre y cuando sea un si, ves tu vestimenta.
Pero como si no hubiera entendido al indirecta de "Duh, bájate de esa nube" sus ojos brillaron en todo momento.
—Tienes razón, de hecho creo que es el momento perfecto para preguntarle.
No, no, no. Realmente no podía con ella. Ilumínala Dios, no se mándale una señal.
Y mientras pensaba esto levante las manos en forma de súplica, lo que no me percaté fue de que alguien iba pasando con su bandeja de comida, y termine provocando que esta se cayera.
Pero encima de mi.
Un bote pequeño me golpeó la cabeza por lo que exclamé. Pero eso no fue lo peor, un loquito empezó a bajar por toda mi cabeza. Lleve a toda prisa mi mano a esta, y pude comprobar que lo que estaba escurriendo por todos los ángulos posibles de mi cabeza, era nada más y nada menos que un chocomilk.
Diosito está no era el tipo de señal que quería.
Pero sin más otra cosa que no me había dado cuenta era de que... toda la cafetería había quedado en silencio, por lo que levante la cabeza para ver a todos lados. Y en efecto, todo mundo se me había quedado viendo, suspire.
Sin tardar más de dos segundos toda la cafetería había estallado en carcajadas.
Como había dicho estoy marcada de por vida.
—Yo... —Aquella voz, tenía que haber sido su batido claro estaba—. Alison, lo lamento mucho no fue mi intención... Simplemente.
No escuche lo que tenía que decir, no era su culpa había sido mia por tratar de suplicar a Diosito a un caso perdido, en todo caso todo el peso recaía en mi, o este caso todo el chocomilk recaía en mi.
Y no lo escuche porque en ese momento me levanto de la silla y empiezo a caminar despacio por todo el pasillo de la cafetería, estoy tan acostumbrada a este tipo de cosas que ya no me da tanta vergüenza pasar por el pasillo de la pena.
Simplemente mi vista estaba fija en donde se encontraba la salida, y eso fue lo que hice, no sin antes toparme con la mesa de los populares donde Amber parecía más que contenta con aquella acción y Frederic me observaba con grandes ojos divertidos de la situación. No me importaron los demás chicos de aquella mesa, simplemente salí para entrar al pasillo de casilleros.
Solo quería llegar al baño de niñas para meter mi cabeza en el lavado y dejarla un buen rato ahí hasta que desapareciera por lo menos un poco de la escasa dignidad que me quedaba.
—Siempre a mi —Mientras digo aquello abro la puerta y por fortuna no hay nadie—. Otra Alisonada, ¿Que raro no?
Escucho el timbre que indica que la hora del almuerzo ha terminado, que indica que si no me apresuro llegaré tarde a química.
Pero en cuanto me veo al espejo, suspiro.
—Siempre a mi —Pero ahora sonrió de lado—, eres un caso perdido.
Me agacho al lavabo y abro la llave, este no tiene un controlador de temperatura, pero por lo menos siempre está tibia.
Agacho mi cabeza y la dejo ahí, mientras mi cabello queda mojado por completo.
Me quedo bastantes minutos ahí. Riéndome para mi desgracia. Creo que ante mis alisonadas simplemente me queda reír de mi misma.
Empiezo a tallar con mi manos, y después por mi cara para que ya no esté pegajosa. Creo que ya ha salido la mayor parte del chocomilk. Mi cabello está totalmente mojado, por lo que las gotas de este ya están escurriendo. Trato de estrujarlo para que salga todo el líquido posible de mi cabello, me gusta más mi cabello cuando está mojado porque este se ve oscuro. Es cierto aquello de que a veces las rubias son un tanto torpe, Alison es un claro ejemplo de aquel estereotipo de rubias. Excepto Kate, mi prima, que era más rubia que yo y bastante inteligente, ahora que no pienso creo que la había visto sentada junto a la mesa de los populares y fruncí el ceño.
Pero que demonios, ¿Que no estaba de intercambio? Ni si quiera estaba sola, estaba junto con Samm e Ian, si que el mundo se estaba volviendo loco. ¿Por que no me había avisado de su regreso? Suspiro, así era la vida hoy en día.
Simplemente era un estereotipo que yo seguía a la perfección del ser rubia un tanto torpe.
Volteo al espejo, sonrió.
—Y aquí vamos de nuevo Alison —Y sin duda aquí íbamos de nuevo a la acción.
Me arme de valor para salir del baño de las niñas, sabía a la perfección que el pasillo estaría más que muerto, y viendo la hora en mi celular sabía que mi maestra de química no me iba a dejar estar presente en su clase.
Abro la puerta del baño hacia adentro y doy un paso, y me sorprende a la persona que se encuentra recargado en los casilleros enfrente del baño de niñas. Como me detuve la puerta regreso a su estado normal, por lo que me empujó y tambalee unos cuantos pasos.