Y es que pensar en la manera en cómo sonríe me derrite. Pero debo de detenerme, ya que primera Alison el es tu jefe y segunda es mayor que tú por unos cuantos años, pero bueno no es mucho antes las abuelitas de casaban con señores que les llevaban más de diez años, que son tres años de hecho son nada. Pero Alison regresa a la realidad, no tienes oportunidad con el. Alguien como él no te notaría como tal, así como jamás notaste su presencia en la cafetería el jamás habría notado de mi presciencia si no hubiera sido por el trabajo.
Pero por lo menos lo puedo apreciar desde la distancia, o en este caso desde la cercanía.
—¡Alison! —No de nuevo, dirijo la mirada hacia mi amigo Adam.
—Lo siento —Le digo mientras me muerdo el labio.
Me recargo en la barra, el se encuentra del otro lado, en la zona de clientes.
—Por esta misma razón digo que tú plan va a salir mal —Sigue insistiendo que es una mala idea.
—¿Por que me distraigo fácil? —Y yo sigo sin comprender porque sería una mala idea.
—Ni si quiera lo entiendes.
Me encojo de hombros. Mejor dicho no lo entendía a él, pero me resigné sin más.
—Tal vez no desde tu punto de vista —Acepté—. Pero explícamelo para que yo te pueda entender.
Su risa de insuficiencia hace que me enoje un poco, pero a quien quiero engañar no puedo pasarme demasiado tiempo enojada con Adam por todo lo que ha hecho por mi y sigue haciendo. Aparte es Adam y un ser que no sabe que está haciendo con su vida.
—Tal vez no lo hayas notado Alison —Veo que traga saliva, como si aquello significara que esta por contarme un secreto que no debería de ser rebelado porque es peligroso—. Y te lo digo porque te conozco desde hace poco más de un año, por lo que se como actúas.
—Supongo que yo también se como actuó —Contraataque.
—No, no sabes a veces —Niega con la cabeza despacio, muy seguro de si mismo—, no cuando estamos hablando de chicos.
—¿Que tiene que ver todo esto con mi plan? —Ahora si estoy cansada, no entendía a donde quería llegar.
Suspiro. Nos quedamos unos cuantos segundos mirándonos fijamente, puedo decir que el estaba incómodo ante esta situación, por lo que no se porque quería continuar hablando de esto si lo ponía incómodo. Pero aún así lo veo continuar.
—Te he observado por si lo has notado, es la única forma de comprenderte —Hace una mueca—. Y lo que he observado... Bien mejor empecemos por algo más fácil, recordemos a Billy.
Me rio ante su nombre tan tonto, ¿Como pude salir con alguien con un nombre así?
Pero su seriedad me dice que mejor me calle, que será lo más apropiado.
—¿Que tiene mi ex novio? —Le preguntó sin más.
—¿Como fue que empezaste a salir con él? —No tiene sentido su pregunta pero aún así se la respondo.
—Un día se acercó a mi diciendo que yo era guapa y que deberíamos quedar algún día —Recuerdo haberme sonrojado el año pasado por eso—, al día siguiente volvió a pasar enfrente de mi y me dijo el lugar y la hora.
Siempre me habían gustado los chicos directos, que sabían lo que querían. Billy era un nombre tonto, aunque el no era tan feo. No de mis mejores chicos, pero estaba pasable. Adam había estado a mi lado desde entonces.
—¿Y que más pasó? —¿A donde quería llegar con todo esto?
—Salimos varias veces, hasta que me pidió ser su novia —Ya no se si reír o ponerme triste—. Ni si quiera llegamos al mes.
El asiente tranquilamente, como si tuviera miedo de provocar un efecto negativo en mi por hablar de uno de mis fracasos amorosos. Como si me fuera a romper de nuevo como lo hice después de esa ruptura. Adam estuvo ahí también en eso, me llevo nieve casi dos Semanas hasta que dije que era suficiente y que no tenía caso continuar así. La vida tenía que continuar y su vida continuaba a la perfección sin mi. ¿Y por qué la mía no debería de ser así?
—Ahora cuéntame de Dylan —Otra trágica historia.
—Jugaba tenis y una vez sin querer me había golpeado con una pelota mientras pasaba no muy lejos de la cancha de tenis —Ese golpe me había dejado un gran morete por dos Semanas—, él había notado el daño que me había hecho y se veía muy apenado.
Dylan si que era guapo, suspiro ante eso.
—¿Y que fue lo que hizo?
—Me invitó a salir a modo de disculpa —Dylan era todo un caballero eso lo debo de aceptar—. Salimos varias veces, hasta llegue a pensar que podríamos ser algo más y sin más se esfumo. Bueno no se esfumo como tal, pero ya no llegábamos a frecuentar tanto, hasta que un día ya no sabíamos nada del uno del otro.
—Pero vaya que te gustaba Dylan.
—Vaya que me gustaba —Después de que dejamos de hablar también estuve muy triste mucho tiempo, duré colgada por el casi dos meses más después de que dejamos de salir.
—No se si hayas salido con más chicos antes de que te conociera —Lo cierto es que no suelo hablar de eso—. Pero esos dos chicos en el último año me han dado una idea... Una idea de que podría pasar si continúas con tu plan.
—Mmm... no le veo problema aún a mi plan —Veo salir del almacén a Alexander.
—Matías te lo ha dejado muy en claro —No del todo para mi—. Le interesas en el sentido de que le llamas la atención... De atraer.
Me quedo unos cuantos segundos callada tratando de comprender lo que me está diciendo. Tiene que ser una broma, ¿No? Porque digo, si Dylan era guapo, a mi gusto Matías es más guapo. Y chicos como Matías se fijan en chicas como bueno deberían como Amber, por más que lo odie admitir. Luego empiezo a reír.
—No me tomes el pelo Adam, por un segundo si lo llegue a pensar —Me cruzo de brazos—. Matías se fijaría en alguien como Amber o Bethany.
—Bethany está con Samm —El idiota de Samm, este instituto tiene puros tontos.
—No están juntos —Le Suelto.
—¿Tu como sabes eso?
—Porque Samm está tras de mi prima —Ruedo los ojos, al igual que Ian, idiotas—. ¿Como no lo has notado? Por lo que Bethany estaría dispuesta a saltar con alguien como Matías. Hasta escogería a Aranza antes que yo, que también odio aceptar.