Mi primer amor

Capítulo 28. Miedo

—... y sin más la regla de la cadena si la aplicamos de esta manera nuestra respuesta será... —Esta esperando a que yo le dé aquella respuesta.

Observo el ejercicio una vez más y me doy cuenta que aunque Matías lo trato de explicar de la manera más sencilla... Simplemente es demasiado... Aunque si puedo responderle a su oración debido a que me ayudo con todo el ejercicio.

—Sería dos equis menos nueve —Mi respuesta suena más a pregunta que a respuesta.

—Si, correcto —Sonrió mientras anotó la respuesta, si Matías seguía ayudándome podría terminar los ejercicios de tarea.

—Ya no puedo más —Y era cierto.

Habíamos estado tanto tiempo haciendo ejercicios que no me había dado cuenta de la hora, ya era más la siete de la noche, ya casi las ocho.

—No tenía que haberte quedado... —Lo miró fijamente, nos encontramos en la mesa de la cocina—. Has sido muy bueno conmigo.

—Al final de todo, esto se pasó por mi culpa... Tenia que de alguna forma medio repararlo —Suena un tanto serio mientras lo dice que provoca escalofríos.

—No era necesario... Son cosas que no podemos saber qué pasarán —No estoy del todo segura, pero parece que se siente mal respecto a mi.

—Apare no podía dejar pasar la oportunidad de estar un rato junto a ti —Ahí está de nuevo, el Matías que trata de ligar conmigo.

—¿Por que te aferras en intentarlo? —Mi respiración se había vuelta un poco más agitada.

Al final de todo me había rendido, porque mis amigos tenían razón le gustaba. 
Si quisiera jugar con alguien, podría hacerlo con Amber y ella estaría encantada con eso. Pero qué tal si ¿Él solo lo hace por qué sabe que no me interesa? 
Debo de aceptar que esa era una gran posibilidad. 
Pero no deja de verme en ningún momento, lo he visto en clases mientras me observa... Mientras me observa de una manera indescifrable. Él como me sonríe mientras trata de hablar conmigo, no he visto que le sonría a las otras chicas así. 
Y si aquella tinta palabra "Lindura" ¿Solo me la dice a mi? Lo cierto es que no es un apodo común, pero Matías tampoco es alguien común. 
Y sobre todo su manía en preocuparse por mi, es un tanto fuera de lo normal... Adam se preocupa por mi, pero no de esa manera. 
¿En serio esto es real para él? 
¿No soy una broma realmente?

—Porque me parece interesante —Su respuesta que no me dice nada.

Y así es él, tan misterioso y tan abierto una extraña combinación que no logro comprender del todo.

—Ya entendí que te atraigo —Supongo que por fin lo acepto, pero eso me lleva a mi otra pregunta—. Lo que no llego a comprender es... ¿Por que entre tantas chicas qué hay, tengo que ser yo?

¿Por que debe de ser la chica que lo ignora? Y se lo deje en claro, que el que me interesaba era Alexander.

—Tu no me atra... —La frase queda incompleta en el aire ya que mi madre entra.

Y nos observa a ambos sentados en la cocina con papeles regados en la mesa.

Matías se levanta.

—Buenas noches señora McNath —Tan respetuoso.

—Hola mamá —Ella le sonríe muy amablemente a Matías, así que trato de llamar su atención—, estábamos estudiando.

—Buenas noches Matías —Supongo que se presentó el fin de semana cuando llegó a mi casa sin previo aviso—, me alegra que estudies con mi hija, ya que está no tiene las mejores calificaciones del mundo.

Para que quiero enemigas si con mi mamá tengo.

—¡Oye! —La risa de mi mamá no me calma en lo más mínimo.

—Vamos Alison, no es algo de lo que debas de avergonzarte, yo tampoco era buena en el instituto —El suspiro de mi mamá recordando una época lejana me sorprende—. Es bueno que alguien se preocupe por ti Alison.

No se si fue una indirecta muy directa. O está tan despistada como siempre.

—Yo ya iba casi de salida —Comenta Matías un tanto apenado—. Por cierto señora McNath, Alison tuvo un problema hoy y está un poco lastimada, la lleve a la enfermería donde le recetaron pastillas para que por favor cuide de ella.

Debo de aceptar que esto último me dejo completamente helada... Tan serio y a la vez aquella aura de preocupación hacia conmigo.

—Deja te acompaño —Me detiene con una mano sobre mi hombro mientras sonríe de lado.

—No hagas esfuerzos por mi —Hago una mueca de disgusto—. Se donde está la salida, no te preocupes. Hasta mañana.

Me guiña un ojo y con ello veo a mi mamá salir con Matías de la cocina, ella si lo acompaña. Y yo por mientras me quedo esperando... ¿Esperando a que? A que reaccione. Porque si, ni si quiera sé como reaccionar exactamente en la presencia de Matías.

Mi madre regresa a la cocina, y me observa de una forma divertida mientras recojo mis cosas de la mesa.

—Así que solo estudiaron... —Aquel tono de diversión se nota demasiado.

—Debería de estarme regañando por dejar pasar a un chico sin permiso a la casa en lugar de que parezcas feliz porque un chico estuviera conmigo —Esperaba más aquello.

Su risa suena por toda la cocina y provoca que yo sonría, mi mamá no sonríe mucho... Y eso se debe a la presión que siempre carga.

—Si... Debería de haber dicho aquello —Se sienta junto a mi, donde estaba Matías hace unos instantes—, pero me parece interesante aquel chico, ¿A ti no Alison?

—¿Interesante en que sentido? —Me muerdo mi labio inferior, no se a que viene todo esto.

Termino de guardar mis cosas a mi mochila, mi dolor de la espalda ya disminuyo considerablemente mucho. Y eso me alegra, no era tan grave... Solo que... Bueno a nadie en su sano juicio le gusta salir lastimada por una loca.

—En el sentido en que parece ser serio, la vez que llegó se presentó de una forma muy formal... No me desagrada como madre que deja a su hija ir con alguien que no conoce, pero vaya su forma de comportarse es de alguien educado —Ella también se dio cuenta—, pero al ver que te ayudó con tu tarea y a la vez con lo de la enfermería... Parece preocuparse por ti.




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