Mi primer amor

Capítulo 35. ¿Qué se responde a eso?

─Una hamburguesa, sin jitomate ─Le sonrío a Matias mientras termino de leer el menu del auto-servicio─. Y papas extras.

Puedo observar su diversion en sus ojos, pero se que no dice nada por el poco respeto que según eso me debe de tener. Y como se muy bien que le da risa, también quiero pedir una bebida.

─Y un refresco de lima-limón ─No me gustan los refrescos oscuros, excepto a que sea de uva.

Matias se voltea a la bocina y empieza a ordenar, cerca de la playa hay unos cuantos  lugares de comida, y una cafetería, pero según Matías este era un buen lugar.

Mi celular vibra, creo que es un mensaje de WhatsApp, lo saco en lo que Matías sigue pidiendo.

Es un mensaje de Alexandra, frunzo el ceño en el momento en que siento que el carro se está moviendo.

—¿Todo bien? —Pregunta el chico que está sentado junto a mi.

Sacudo la cabeza levemente para despejarme de esa mensaje y solo asiento de una manera muy despacio, cuando avanzamos a la casilla para que Matías pague sigo Tan concentrada en el mensaje que se me olvida darle algo de dinero para que no pague todo el solo.

El mensaje tan más raro, "Aranza se ha dado cuenta que te has ido con Matías, y de lo único que habla es que has sido una mala amiga... y ha usado otras cosas para describirte con la la letra "p", si querías afrontarla creo que será más pronto de lo que crees".

No solo la idea de Matias había estado dándome una espina, la idea de Aranza había estado rondando por mi cabeza no de las mejores maneras.

Yo también me había vuelto en cierto modo un tanto... Perra, por el hecho de que no obtuviera lo que ella quería. Porque quería lograr que por lo menos una vez en mi vida, ella no se llevara todo lo que anhelaba.

Así que también me he comportado mal, y no me había dado cuenta de aquello.

Una bolsa de papel color café con un logo con tonos pasteles aparecen frente a mi nariz, Matias me esta pasando mi bolsa con la comida que pedí. Salgo de mis pensamientos por unos instantes.

─Pide mayonesa extra, por favor ─Mi reacción es casi voluntaria.

─¿Mayonesa? ─Asiento con la cabeza y el le pide a la chica que le esta dando los refrescos mayonesa extra─. ¿No quieres catsup?

─No me gusta ─Me encojo de hombros mientras le doy una mordida a mis papas─, no me gusta el jitomate ni lo relacionado con el.

─¿No te gusta el sabor? ─Pregunta mientras me pasa mis sobres extras.

Muevo mi cabeza de un lado a otro en modo de decision, mientras achico mis ojos.

─Una mala experiencia con la catsup, es todo ─Rio por lo bajo recordando esa anécdota.

Él asiente mientras sonríe un poco, pareciera como si supiera de lo que hablo, pero no sabría, digo... ¿Como el podría saber de que estaría hablando?

Matias maneja con una mientras que con la otra sostiene su malteada de chocolate, es algo curioso verlo ya que muerde su popote mientras le da tragos a este. Y parece tan concentrado en el viaje que ahora no se ha volteado a observarme.

¿Por que hace todo esto?

Me encuentro realmente cansada, que es una de las razones por la que no he reclamado su pequeño secuestro, y la otra razón es porque quiero saber que es lo que quiero realmente. Pero entre mas lo observo, menos lo se. Mucho menos se que es lo que quiero.

Así que aquí esta la pregunta, ¿Como saber que es lo que quieres y que no es un capricho tonto?

No lo se, todavía no lo descifro, pero como me dijo mi mamá lo tengo que hacer pronto. Al igual que Frederic que es poner en juego los sentimientos de todo. Aunque la única diferencia es que a Alexander no le gusto, no de la manera en como desearía. Así que muchas personas me dirían lo mas lógico, quédate con el chico que si le interesas.

Pero la vida no es así, o en todo el caso el amor no es así. Amas a quien debes de amar, sin importar de que es correspondido o no, y no amas porque debas de hacerlo.

Es complicado el amor, y es a lo que se referían mis amigos, a que debía de parar de huir de mis sentimientos, y aunque creo que lo hice... No se cuales son estos, los desconozco por completo, y es ahi cuando me llego el odio hacia a mi y provocó que no pudiera dormir.

Matias se me ha preguntado si no lo odio, aunque lo cierto es él debería de odiarme por la manera en como lo he tratado... No siempre fue de una manera amable y aun así sigue aquí... Comprándome comida.

Así que sin mas regresamos a la playa, a unos carros o bueno... varios jeeps estacionados, pero el lugar en el que nos encontrábamos hace rato seguía vacío, así que sin pensarlo se estacionó ahi.

Cuando apago el carro, el chico tomo su bolsa de papel y salió de este sin decir nada, lo imite tomando los lentes, supongo que son de él, e imitando su acción.

Se sienta en el borde del pequeño acandilado que hay, las escaleras están a lado pero aun así no bajamos, me siento junto a él, el mar se ve exactamente igual desde aquí que desde el cofre del carro. Matias saca su waffle con chocolate que le pusieron en un cono de carton, de esos que se utilizan en las crepas. Desenvuelvo el papel que cubre mi hamburguesa.

Gruño, ¿Por que hacen esto? No me molesta en quitárselo, pero si dicen que sin jitomate, ¿Por que lo hacen y le ponen? Odio esas dos rebanadas que veo ante mis ojos. Escucho la risa ronca de Matias y eso provoca que ponga una mueca.

Matias no dice nada, pero toma el jitomate sin que se lo pida y lo coloca dentro de su bolsa.

─Pude haberlo hecho yo ─Le reclamo al instante, no estoy acostumbrada a que nadie haga algo por mi... Excepto Adam que me hace mi tarea.

─Lo se, estoy muy seguro de que te gusta hacer las cosas a tu manera ─Voltea al mar mientras sonríe de lado─. Y a mi también me gusta hacer mis cosas a mi manera.

Cierro mi hamburguesa con la tapa del pan y le doy una mordida. Gimo internamente de placer, la hamburguesa está muy buena.




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