Capítulo 39. Corazón acelerado

Y ahí se encontraba sacudiendo su cabello, como si aquello fuera lo más genial del espectáculo. Y bueno no se si lo era para lo demás, pero a mi me tenía hipnotizada.
De un lado a otro.

—Sigo confirmando —Habla Alexa—. Canta muy bien.

Asiento muy sonriente.

—"Pero no me verás caer" —Ya iba en su décima canción, por lo que pronto se tomarían un pequeño intermedio la Banda—, "Obsérvame cariño, las heridas que dejaste han sanado. Y es porque soy más fuerte que la misma tierra. Me heriste, jugaste conmigo, creí en ti. Pero no te preocupes cariño no me verás caer".

—Me gusta el tono que hace en los agudos —Acuerdo con Angy—. Lo hace más emociónate.

—Así es —Río un poco.

Pero no mucho, ya que al otro lado de nuestra mesa está Olivia, se que él no le hace caso a ella. Se que él me está haciendo caso. Pero eso no quita que tengo celos.

Celos de lo que ella sienta. Todo su amor solo quiere que vaya dirigido a una persona. ¿Y el mío a quien quiero que vaya dirigido? Por esa razón siento celos. Porque sabe lo que quiere y yo me encuentro jugando con mis sentimientos y con los de ambos chicos al parecer ahora.

—¿Como sabré cuál es el indicado y no me estoy equivocando? —Le Suelto a mis amiga, Angy voltea con ojos soñadores como si ya supiera la respuesta, mientras que Alexa sonríe de lado como si tratara de entenderme.

—Lo sabes porque quieres estar con esa persona en todo momento, porque te preguntas como estará, que estará haciendo, es menos palabras porque tus pensamientos solo giran en ella —Angy responde.

Para ser honesta, Melody fue de mucho más ayuda, pero no dire nada de eso.

Solo me queda descubrirlo a la mala, o bueno mejor dicho a la antigua. Por la experiencia.

—Tomaremos un descanso en un rato más regresamos —Informa Alex.

Camina entre las mesas que ayude a acomodar al rededor de la zona de los instrumentos. Olivia no se la piensa dos veces y camina hacia él, yo me quedo fija en mi lugar sin saber que hacer, lo qué pasa a continuación por alguna extraña razón me lo imaginaba. Y es que el cambio sucede en el momento que la mirada de Alexander se cruza con la mía. 
Y se muy bien que caminara hacia conmigo, y en efecto es lo que hace.

Es curioso como a veces puedo predecir las acciones de Alexander, como se bien que desde que tomó mi mano nuestra relación como personas iba a cambiar por completo.

Llega a mi mesa a observarme directamente, su frente está sudando un poco, y es bastante normal que lo haga ya que cantar después de un rato debe de ser algo pesado.

—Alison, hola —Llega con su sonrisa y un tono diferente a lo usual—, me preguntaba si podrías acompañarme a buscar algo en el almacén.

Ambas chicas me observan nerviosas, y mi mente sabe muy bien que no quiere ir al almacén solo a que lo ayude a encontrar algo. Pero como estoy un poco congelada, así que simplemente asiento y me levanto de mi silla.

Mis amigas me observan de reojo y yo siento como una gota de sudor recorre por mi frente o tal vez es mi simple imaginación.

Por el otro lado observo a Olivia, en sus ojos veo confusion... No es confusion mas bien aclaración, como si ya supiera lo que estaba pasando y no del todo lo quería aceptar, pero vernos juntos fuera como si ya lo supiera. Y me siento un poco mal, ya que ella se estaba esforzando por que Alexander le prestara atención.

Pero hay algo que mi mamá siempre dice, las cosas pasan por algo.

Y si ella estaría destinada a estar con él ya habría sucedió algo.

Yo tenía que apresurar a descubrir en donde estaba destinada a estar.

Me gustaba la compañía de Alexander y me ponía nerviosa estando a su lado. 
Él estaba hablando mientras que yo asentía con una sonrisa. Entonces en cuanto dimos un paso adentro del almacén se detuvo y se volteo.

—¿Está todo bien Alison? —Su sonrisa trataba de ser tranquilizadora pero se notaba que había nerviosismo en la misma.

—A decir verdad no lo sé —Agacho la cabeza, había estado tan concentrada en él en todo el espectáculo que se me había olvidado que todavía no sabía que era lo que realmente estaba ocurriendo entre nosotros.

—¿Hay algo en lo que te pueda ayudar? —Levanta mi cabeza con dos dedos para que lo vea directo—, sabes que puedes confiar en mi.

Sus ojos azules como el mar son muy relajantes. Pero eso es lo que las demás personas les gustan Del Mar, no a mi. Así que dejo de pensar en el tono de sus ojos ya que empiezo a dar conceptos idóneos que a mi no me gustan. 

—De hecho si —Suspiro lentamente mientras cierro mis ojos un par de segundos, cuando los abro le suelto la pregunta sin rodeos—. ¿Qué es lo que sucede entre nosotros?

Apuntó varias veces con mi dedo de él hacia a mi y viceversa. 
Lo veo lamer el labio de abajo, no de la manera de seducción si no más bien de duda. Como si tratara de encontrar las palabras exactas. Pero a decir verdad nunca las hay.

—He tratado de decirte algo sobre esto... O bueno lo que... Digo... Agh no soy bueno en esto —Ambos reímos un poco, necesito escuchar lo que diga a continuación, realmente lo necesito así que tomo su mano y delicadamente la empiezo a acariciar—. Tal vez no lo recuerdas ya que eres muy distraída pero antes de que entrarás a trabajar venías con Adam y la mayoría de las veces tomaba su orden, había algo en tu sonrisa despreocupada que provocaba en mi una sonrisa. Ya te había notado Alison antes de que supiera quién eras.

Trago saliva. Es cierto que Adam y yo veníamos seguido los fines de semana. Pero recuerdo alguna vez decirlo o bueno pensarlo que jamás le había prestado atención a la persona que me tomaba las órdenes que probablemente era Alexander, y ahora lo confirmo. Y me siento como una tonta por no haberlo hecho previamente.

—Cuando pediste aquella vacante de trabajo —Continúa hablando mientras se acerca más a mi doy un paso hacia atrás y chocó contra la pared—. Pensé que sólo llevaríamos una relación de compañeros de trabajo. Pero realmente me di cuenta que no podía, la forma en me veías era... Diferente a lo que estoy acostumbrado.