—... Y eso fue lo que hicimos en el campamento —Le termino de contar a mi mamá que se tomo el tiempo de recogerme.
Mi mamá parecía estar muy atenta a mi conversación y eso me agrado ya que por su trabajo a veces no tenemos tiempo de hablar.
Era la tarde del domingo, y ya para el regreso pude sentarme junto a Alexa a Matías no pareció darle importancia, por el contrario parecía que quería darme mi espacio. Y mamá ofreció en llevarlo pero dijo que tenía que pasar a otro lugar antes al otro lado del vecindario, pero que le agradecía mucho el gesto. Por el contrario yo le agradecía el gesto de darme mi espacio y tiempo.
—Matías es un buen chico, ¿Ya has pensado lo del otro chico? —Ahora todo mundo sabía, ya no soportaba esto, y no me soportaba a mi.
—¿No nos podemos cambiar de ciudad? —Sonrió un tanto incómoda.
—Debes de aceptar tus problemas y enfrentarte a ellos, no puedes seguir huyendo siempre y cuando algo se te sale de control —Volteo a la ventana y veo el paisaje que tanto conozco como la palma de mi mano—. Siempre has sido así, cuando algo te asustaba no lo decías pero simplemente tratabas de evitarlo. Y es lo que quieres hacer evitar tus sentimientos.
—No es que quiera evitarlo, es que no se como controlarlos para decir a él quiero.
—Si sabes cariño, lo qué pasa es que no quieres lastimar a ninguno de los dos —Me toma la mano mientras que con la otra conduce, volteo a observar nuestras manos—, lo más seguro es que ya sabes a quien quieres y por miedo de perder al otro no lo quieres aceptar. Eres inteligente pero te haces la que no sabes para evitar problemas. Pero así es la vida te encontrarás con tantos problemas que tú sola tendrás que manejar y que nadie más puede decidir por ti. Y aunque no siempre las cosas salen como uno lo planea de eso se trata vivir de cometer errores y aprender de ellos.
—Tengo miedo mamá —Le susurro con un nudo en la garganta.
—Claro que lo tienes Alison, y el miedo nunca se va siempre esta ahí en todo momento pero depende de uno de como lo quieras afrontar y controlar —Suelta mi mano y ahora me acaricia el cabello—. Conoces a ambos un poco mejor, entonces empezarías a saber que es lo que quieres, porque dime Alison ¿Que es lo que te gusta? Y cuando lo sepas pregúntate ¿Podrás compartir tus gustos con ese chico? Al final de todo, se trata de que tu te sientas a gusto estando en la compañía del chico. Cuando te cuestiones estas cosas podrás saber la respuesta aún cuando tu subconsciente ya la conoce.
Asiento con la cabeza despacio y con ello se va la mano de mi madre.
¿Qué es lo que me gusta? En un inicio pensé que me gustaba Alexander pero también me termino gustando Matías. Así que ahora viene la preguntas relacionadas conmigo.
Para cuando llegamos a la casa mi mamá tiene una llamada que atender y se va a su oficina, estoy apunto de subir cuando recuerdo algo.
Necesito verlo si es que todavía existe.
Así que me acerco a la oficina que tiene mi mamá, hay muchos papeles regados por todos lados, se encuentra sentada enfrente de su laptop. Se detiene al instante que me ve pasar la puerta.
—¿Que paso cariño? —Tapa con la mano su celular para que la otra persona no escuche por completo nuestra conversación.
Observo por varios segundos el desastre que tiene, y me da un poco de tristeza mi mamá antes era muy organizada pero como han pasado los años se le nota que cada vez le cuesta más, le cuesta mas la vida en general.
—¿Sabes donde se encuentran la caja de las fotos de cuando era Niña? —Se muerde el labio.
Parece que quiere preguntarme el motivo por el cual las estoy buscando, pero sabe bien que no puede preguntarme muchas cosas porque tiene a alguien en espera. Así que se dedica a darme la respuesta que quiero.
—En el closet de las cobijas en la parte de hasta abajo, hay dos cajas, es la pequeña —Le doy las gracias bajito y con ello me voy.
Ahora si subo las escaleras lo más rápido que puedo, en la planta de arriba el cuarto de mi mamá y el mío se encuentra divido por dos puertas, la primera que está junto a mi cuarto que es la del baño y la segunda es un closet no tan pequeño donde se encuentra en su mayoría cobijas y artículos navideños, de halloween también. Abro la puerta y me agacho al instante, debe de estar por aquí. Nuevo varías cosas hasta dar con las cajas, hay varias no solamente dos como había dicho. Pero en efecto hay un pequeña de un material más resistente. Se muy bien que es esa la caja de las fotografías.
Mi mamá se encontraba también un poco incómoda ya que en varias de estas fotografías sale mi papá antes de que nos dejara. Supongo que por ese motivo la caja se encuentra aquí abajo en lo más oscuro.
La saco del closet y cierro la puerta. Paso al baño por un pedazo de papel y le quito el polvo que tiene la caja. Después de eso me voy a mi cuarto, dejo la puerta abierta porque se muy bien que mi mamá estará ahí por varias horas. Y si un domingo en la tarde noche trabaja. Es triste pero es la verdad.
Retiró la tapadera de la caja, es de tono verdoso claro pero con el tiempo parece casi café. Sonrió de lado está repleta de fotos de diferentes tamaños. En la primera que encuentro se trata de una imagen donde me encuentro con mi mamá, mi cumpleaños número siete me encuentro llorando porque alguien me pegó con el palo de la piñata. Papá había tomado aquella foto decía que era un momento tan real y vivido. Supongo que por eso mi mamá no había abierto esta caja en muchos años. Las fotos que teníamos en la casa eran de los últimos cuatro años. De los cuatro largos años que habían pasado desde que papá se fue y dejó a mi mamá a cargo de todo por si sola.
Buscando más fotos encuentro más de ese mismo cumpleaños, el de otros cumpleaños, jugando en el jardín con Kate en el jardín, hasta eso hay pocas de con Eliot, en navidades. Y una con Eliot y mi tía, es muy triste ver como a ambas hermanas las dejaron, supongo que por eso me identificaba un tanto con Eliot varios años después, la familia White jamás había tenido suerte al parecer tratándose de parejas.
Había otras de cuando estaba en la primaria, recuerdo bien que Matías y yo íbamos en diferentes primarias. Y es ahí cuando la encuentro una foto un poco doblada de las esquinas Matías con su bicicleta roja y yo con mi bicicleta amarilla. Y poco a poco empezaron a salir varías fotos de ambos, cinco años juntos o quizás más. Unas cuantas lagrimas se asomaron por mis ojos pero no se corrieron.