Mi Primer Amor

05

Ya fuera de la Universidad fui al único lugar que ayuda a despejar mi mente, en el lugar que me sentía con calma, donde no había problemas o dificultades, donde podría ser yo misma sin avergonzarme de mi pasado y decir lo que quisiera sin tapujos.

El parque.

Es un parque algo descuidado, donde casi las familias no iban porque solo eran árboles y flores, no tenía nada llamativa y a mí me encanta. Podía estar horas mirando está preciosidad y no me cansaría, me da paz y eso es lo que menos tengo.

—Sabía que te encontraría aquí—habló Alison.

—Sólo quiero estar sola—intento sonreír mirando a una rosa que había por ahí.

—Mar, ¿por qué estás triste? ¿tú no eres así? Al menos ya no lo eras, hace mucho que no tienes una crisis—dijo sentándose a mi lado.

—no, no es una crisis, son cosas mías ya sabes como soy de sentimental, todo me afecta— respondí indiferente.

—Marina no me digas que ¿Tú...? ¿Papá te ha vuelvo a molestar...? — pregunto dudosa.

—oh no claro que no, el ya no, hace mucho que no lo veo— suspiré y continúe —es solo que yo creo que me gusta alguien— sentí un leve rubor—Sé que algo normal pero no puedo evitarlo y él es un imbécil.

—Mar, no me digas que es...—

—Sí, Alison. El imbécil es Dylan— Solté el llanto que había estado reteniendo durante mucho tiempo    Alison me abrazo y me sentí mal, me solté y fui corrí hasta mi auto, no me gustaba que me vieran llorar lo sentía de débiles y yo lo podía ser débil ya no más, manejé con cuidado hasta mi casa por suerte no estaba lejos.

Cuando llegue lloré y llamé a mi nana

/// llamada ///

— ¿si diga? ¿Quién habla?

— ¿nana?

—mi niña te iba a llamar en la noche como siempre ¿qué paso?

—te extraño tanto, me haces mucha falta nana

—mi niña hermosa, ya voy a volver tú tienes que estar tranquila o si no yo me pondré nerviosa y sabes que sufro de los nervios

—mi nana me resulta difícil estar lejos de ti, pero estaré bien, lo prometo

—está bien mi niña, volveré pronto, te quiero mucho mi niña

—yo te quiero a ti nana

—sé que algo anda mal mi niña, cuídate si cielo.

—lo haré nana, sabes que soy sensible.

—te quiero mi niña

—yo te quiero aún más nana.

/// fin de la llamada ///

Hablar con mi nana me tranquiliza.

Se que siempre estará conmigo, y que a pesar de mi horrible pasado ella me ama como yo a ella. Sé también que ella sabe muchas cosas que podrían destruirme más de lo que ya me siento, sin embargo, con su amor logra que vuelva a hacer esa dulce niña que fui alguna vez.

Después de hablar con mi nana, me puse mi pijama y caí en los brazos de Morfeo.

A la mañana siguiente, decidí ponerme algo no tan atrevido, pero si sexy, bueno no tanto, solo quería hacer un cambio de look. Además, quería que todos vieran que la indefensa e idiota Marina Alvitez quedará en el pasado, y desde hoy, nacería otra Marina mucho más relajada obviamente sin descuidar mis estudios y dispuesta a todo por no volver a ser la misma ingenua y que todos me respetarán para yo poder respetarles. Subí en mi auto y salí con rumbo a la Universidad.

Cuando llegué, antes de bajar verifique que todo estuviera en orden y baje, casi todo el mundo me quedo mirando y con justa razón. Me había puesto una blusa muy estrecha y corta, que hacía ver mis senos mucho más grandes de lo que eran y eso que parecían limones, también me puse un pantalón de mezclilla y unas lindas zapatillas negras, además de un abrigo casual que lo hacía ver elegante y sencillo, me gustaba lo que elegí y le mande un mensaje a Alison para que venga.

La vi llegar y se detuvo en seco realmente sorprendida.

—mujer, tú quieres matar a todos los hombres de la universidad— hablo mientras me daba un beso a modo de saludo para después mirarme de pies a cabeza.

—Ay, querida tu tampoco estas nada mal—le respondí con una mirada coqueta, tena un vestido que hacía lucir mejor sus atributos— Camina, se nos hace tarde y sabes que odio legar tarde— dije rodando los ojos.

—Pero si la idiota ahora es zorra—Sandra se acercó.

—¿Que te has visto en un espejo? —le respondí irónica—Permiso—le di un leve empujón que hizo que casi cayera y varios se rieron y otros me quedaron mirando más de la cuenta.

—Eres cruel Mar— susurro antes de irse Alison a sus clases.

Cuando llegué al salón encontré a Dylan y vi que intento de nuevo ignorarme, pero se quedó mirándome muy sorprendido. Lo miré con desprecio tal cual el me miro después de cuando yo lo había ayudado y él sólo bajó la mirada.

Toma por idiota.

Me senté en un asiento esta vez cerca de la ventana y saque mi libreta y espere al profesor más favorito de la universidad, sabia explicar bien sus clases y me concentraba de inicio a fin.

—Muy bien jóvenes, tomen asiento los que recién llegan y saquen sus cosas que— el profesor me miro sorprendido y se recompuso rápidamente. —Marina ese look te queda genial muy bien comencemos...—empezó a hablar el profesor y así empezó mi mañana

 En la hora del receso:

—Mar, esta vez te traje pizza que yo hice— hablo Ali sentándonos en la mesa del comedor.

—ya era hora niña fea.

—Marina—dijo Alberto, acercándose uno de los chicos más populares y codiciados de la Universidad. Además de tener mucho dinero fue considerado uno de los mas guapos de la universidad por 3 años consecutivos

—Hola, ¿Cómo estás? —respondí siendo educada, pero observé a Sandra con Dylan y decidí jugar un poco—Dime Mar, Alberto— dije muy coqueta o al menos lo intenté. No sabia coquetear o que hacer, tener novio nunca fue una prioridad. Y de reojo vi a Alison divertirse con la situación.

— Mar, ¿qué te parece si te hago compañía? Así nos conocemos un poco tu y yo—sonreía coqueto.

—Yo creo que no—sonreí—Pero, quizás otro día si—me despedí dándole un beso muy cerca de sus labios. —vámonos Alison— le hable para irnos, porque ya me estaba incomodando esto.




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