Mi Primer Amor

09

/ Narrado por Marina /

Sentí unos labios encima de los míos. Es una sensación nueva, antes me habían besado o al menos eso me hicieron creer y era algo horroroso, algo desagradable y asquerosos, pero esto era algo nuevo, algo tan sencillo, maravilloso, especial, romántico, como subir y saltar por las nubes. Era mi primer beso de amor, pero como todo no dura para siempre nos alejamos por la falta de oxígeno. Y recién reaccione que me estaban besando. Y no tenia ni idea de quien era.

—Mar, no hagas eso.—dijo la voz de un ángel.

—¿Dylan?—pregunté muy asustada.

—Dime, Mar.—habló él, de lo más tranquilo, como si nada hubiera pasado.

—Esto fue un error. Tú… tú tienes pareja y yo… yo no quiero estar o ser como la manzana de la discordia, para que al final se separen y por enésima vez ya te dije que soy marina para ti— hablé y sentí como se rompía mi corazón, aun mas de lo que ya estaba.

—Hey, cálmate, estas alterada y no estas pesando bien, además de que ella no está aquí, de hecho, no hay nadie aquí y ella no lo sabrá. Tu no se lo dirás y yo tampoco será como un pequeño secreto y no digas que esto fue un error porque sabes que no fue así, además no lo niegues, sé que lo disfrutaste.

Su atrevimiento me dejo anonadada y sobre todo estúpida.

—Además yo sólo vine a dejarte tus llaves.

—eres un idiota, ¿quién te crees que eres para besarme?

—cálmate mujer solo fue un beso, estabas mal y quería ayudarte, y tú no reaccionabas, no sabía que hacer y no es nada del otro mundo, además no es si hubiera abusado sexualmente de ti.

Sintiendo una opresión en el pecho por sus ultimas palabras, sabía que lloraría en cualquier omento , debo ser fuerte, me trague ese estúpido nudo en la garganta y continúe —eres un miserable, por dios santo tienes pareja, estas siéndole infiel y conmigo.

—marina sabes muy bien que Sandra es de todo menos fiel.

—ay cállate, eres un infeliz que seguro juegas con las mujeres y que crees que toda gira a tu alrededor.

—querida es solo un beso, no se va a acabar la vida en el planeta. Y si te sientes ofendida, pues lo siento.

Dicho esto, él se marchó. Dejándome sola con muchas lágrimas.

Mi primer beso fue un error, sólo un error. Pero sus palabras me hicieron más daño “no es como si hubiera abusado sexualmente de ti” porque usar esas palabras, aunque el n supiera lo que pase, todo lo que sufrí no debería expresarse así, me senté en el suelo y me di un auto abrazo y deje las lágrimas salir debía liberarme de este dolor. Después de unos minutos me puse de pie, respiré hondo y empecé a caminar sin fijarme a donde iba. Entonces, me cruzo con alguien a la que casi hago caer.

—Hey, fíjate por donde caminas, no estás en tu ca… ¿estás bien?—dijo una voz muy aguda y demasiado conocida.

Al levantar mi mirada me encontré con Ximena, mi mejor amiga de la infancia.

—¿Ximena, eres tú?—pregunté asombrada mientras la abrazaba—Oh, Dios. Cuánto tiempo sin verte.—mis ojos mostraban una emoción inmensa.

—¡Marina, a los tiempos!—sentí un fuerte abrazo—Oye, ¿estás bien?, ¿estás llorando? Mi cielito lindo ¿Qué te pasa?

—Es una larga historia—la volví a abrazar— Ven, vamos a casa, estoy segura de que nana Micaela estará contenta de verte.

Caminamos a casa contando algunas anécdotas que pasamos durante este tiempo sin saber la una de la otra. Ximena seguía siendo la misma, divertida, sarcástica y sonriente.

¡Qué bueno haberla encontrado otra vez!

—bien esta es mi nueva casa, adelante. ¡Nana, mira a quien traje!—grité desde la puerta.

—Mar, ya te dije que no me gusta que hagas escandalo ¿y qué son esos gri...?—no pudo terminar la frase, ya que fue corriendo a abrazar a Ximena.

—Nana Micaela, te extrañé mucho.—habló Ximena.

—Ximenita, tanto tiempo sin verte cariño.

—ay me harás llorar, yo te extrañe mucho y a esas galletas.

—te prepararé cuando quieras, a las dos.

Se detuvo un momento y nos quedó mirando

—Mis niñas, por fin juntas.

—¡Abrazo de koala!— grité juntándonos en un abrazo.

—Voy a preparar su plato favorito— hablo al separarse de nosotras.

—¡Pasta!—gritamos las dos mientras corríamos subiendo las escaleras. Al llegar a mi habitación, le conté todo lo sucedido con Dylan.

—Hijo de su mamá, ¿Quién carajos se cree para tratarte así?—habló Ximena muy enojada—Pero, espera que lo vea, nombre el día que lo vea, le romperé su carita de muñeco y sobre todo le gritare todas sus verdades mientras le doy un golpe.

Después de decir eso, empecé a reír como una loca desquiciada junto con ella. Ella todo soluciona con violencia, a los minutos recibió una llamada muy misteriosa porque tuvo que salir del cuarto y regreso hasta después de media hora.

—¡Mar, mañana iré a la misma Universidad que tú!—gritó de la emoción.

Salté encima de ella y no paramos de reír.

—¿pero como? — no entendía nada de nada.

—nena, olvidas que mi padre tiene amigos donde sea, ya pues, si bien antes de que nos encontremos ya iba a ir a tu universidad, le mande un mensaje y agilizo los tramites y en un santiamén ya estoy inscrita.

—bendito tu padre— ella empezó a reír y fue inevitable no reírme con ella hasta que mi nana nos llamó para la cena, la cual pasamos charlando de todas las ocurrencias de esta mujercita.

—me alegro de hacer esta pijamada de reencuentro— me hablo mientras yo ponía música —¿aun te sigue gustando la música clásica?

—si me ayuda mucho, ahora dime, ¿estas saliendo con alguien?

—bueno, se puede decir que tenía algo con un chico rubio de ojos color avellana, pero el idiota solo quería sexo sin compromisos y conmigo es todo o nada, y al final lo mande a la China sin pasaje de retorno.

—tu no cambias.

—ni lo hare.

Luego de horas de charla, contándonos secretos y más finalmente, nos dormimos hasta el día siguiente.




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