Mi Primer Amor

11

///NARRADO POR MARINA///

Justo al salir de la ducha tocan la puerta. Pensé que era Alison o Ximena. Porque me dijeron que tal vez vendrían pata relajarnos un poco luego de esta semana de estrés, pero no, fue grande mi sorpresa al ver que era Dylan. Ninguno dijo nada, solo noté un leve sonrojo en su rostro. Tardé en entender el por qué se puso así hasta que recordé que estaba sólo en toalla. Corrí a cambiarme y luego, bajé avergonzada.

—Disculpa por lo anterior. Sólo no me di cuenta.—hablé totalmente avergonzada—Bueno, ¿qué te trae por aquí? — no quería ser descortés, pero estaba confundida.

—Bueno... yo… venía a disculparme por cómo te traté la otra vez, en el parque y por todo lo demás, y te traje esto...

—Oh por Dios. Esto es hermoso.—chillé de emoción y salté a abrazarlo. Siempre me emocionaba cuando me regalan algo, me vuelvo como una niña pequeña.

—Tranquila, Mar. Es sólo un regalo.—me devolvió el abrazo. Usé la razón y entendí lo que estaba haciendo. Me solté rápidamente de él, por lo anterior que había pasado, pero al hacerlo nos caímos.

Nuestros rostros quedaron demasiado cerca.

Nuestra respiración se mezclaba.

Sin esperar nada, Dylan pegó sus labios a los míos.

Era un beso lento y completamente tierno. A diferencia de la primera vez, este era todo lo contrario, hasta que la maldita necesidad de respirar nos interrumpió.

—Dylan—fijé mi mirada en sus ojos.

—Mar, yo... No sé qué pasó... yo me dejé llevar.—bajó la mirada con su rostro levemente ruborizado.

—Descuida.—desvié la mirada sin importancia—Será como la otra vez, un error— me levante y lo ayude.

—Mar, esto...—habló Dylan dándome un beso corto—No es un error.—continuó el beso.

—suficiente, Dylan, tú tienes pareja.—dije después de que terminar el beso y separarme de manera brusca—Yo no quiero destruir un noviazgo y cuantas veces debo decirte que soy Marina, solo mis amigos me llaman Mar.

—Oh cierto—dijo el bajando la cabeza—mil disculpas, Marina, uhmm bueno, adiós.—me dio un beso en la frente.

—adiós, Dylan.—hablé casi en un susurro.

Después de irse, mi cabeza se hizo un lío enorme.

¿Qué diablos pasaba? ¿Por qué se comportaba así?

// Esa misma noche //

—Marina.—habló Alison entrando a mi cuarto—¿Qué tienes? Me llamaste y sonaste tan nerviosa.

—Estoy tan confundida.—respondí rompiendo en llanto y le conté todo lo ocurrido con Dylan.

—Marina, estás enamorada y por primera vez.—me abrazó quedándose conmigo para dormir junto a mí.

El sábado y domingo me la pase como alma en pena, solo comía pizza o jugos, no tenía ánimos de cocinar o de limpiar o de no hacer nada.

Si así era el amor, si así se sentía, no lo quiero, ya no.

 A la mañana siguiente, el lunes llego, sin ánimos, me vestí con una falda y una blusa para ir a la Universidad.

Al llegar, me topé con un chico que no había visto por aquí.

—Hola—saluda nervioso.

—Hola—respondí.

—Disculpa, soy nuevo, soy de intercambio, Me llamo Matthias Bustamante.

—No hay problema, soy Marina Alvitez, bienvenido a esta universidad—respondí con una sonrisa o al menos debía intentarlo.

—¡MAR!—se escuchó a lo lejos.

Era Alison, corría hacia mí y continuó:

—¡Mar, Mar! Te tengo que decir algo... Hola, guapo soy Alison, un gusto— le hablo un poco coqueta, algo raro en Alison, mayormente era recatada.

—Uhm... Hola.—dijo un poco nervioso, aunque se quedó medio embobado mirándola.

—Alison por favor compórtate, en fin, él es Matthias Bustamante— observé como se saludaban

—ok, mejor yo me voy— ninguno me hizo caso, tomé la decisión de empezar a retirarme en silencio, tipo espía hasta que los perdí de mi vista. En ambos visualice un brillito, ese famosos brillito que tienen las personas al estar enamorados, algo tendrían estos dos y mis intuiciones no fallan.

Fui a la biblioteca para estudiar un poco, tenía una exposición importante. Seguro se habrán preguntado ¿y el trabajo con Dylan? Pues lo logramos terminar y es el trabajo que expondré.

—buenos días.

—hola, señorita ¿Cómo esta?

—bien gracias.

—la otra vez vino un joven uy guapo preguntándome por usted, me dijo que estaba mal.

—¿por mí?

—si, creo que se llama Dylan.

—¿Dylan?, oh si, no pasa nada, todo bien, permiso.

—adelante.

¿Por qué había preguntado por mí y aquí en la biblioteca?, después le preguntaría o haría el intento. Luego estar estudiando mejor dicho repasando algunos minutos y suena la campana del inició de las clases, es hora de sacar lo mejor de mí, apresure mis pasos y llegue antes de la maestra.

—Bueno jóvenes, saquen sus trabajos para la exposición...Los primeros serán Alvitez y Solari.

—hola— salude tímidamente.

—hola, empecemos— me respondió y se coloco en el centro para presentar.

—Buenos días, magister, compañeros , el día de hoy...—empezó hablando y yo di por terminada la exposición.

—Muy bien jóvenes, Dylan estuviste excelente, buen trabajo, tienen un excelente calificativo.

Al terminar las clases me dirijo al estacionamiento en busca de mi auto, pero Matthias me interrumpió mi caminata.

—Hola, Mar. Quiero pedirte ayuda.—dijo muy nervioso.

—Claro, dime. ¿En qué te puedo ayudar?—mostré una sonrisa.

—Pues... sé que recién la conocí hoy, pero, creo que me gusta Alison y me gustaría cortejarla.

“Oh por Dios, acaba de decir cortejarla”

—Pero...—no pude terminar la frase. Apareció alguien que me hacía enojar con sólo escuchar su voz.

—Matthias, ven ahora mismo.—habló Sandra.

—¿Qué quieres ?—la observó molesto.

—Escucha bien.—Sandra miró a mi dirección—¡Aléjate de mi hermano!—gritó.

Eso fue como un balde de agua fría. Ahora entendía todo... Sandra Bustamante... Matthias Bustamante.




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