La primera vez que lo vi, juro que nunca imaginé que me llegaría a gustar de esta manera, es un ser totalmente insoportable, extremadamente engreído y sobre todo un absoluto dolor de cabeza, desde su manera de convertir todo en un ridículo chiste, hasta su constante intento de sacarme de quicio, ¿de verdad no tiene nada más que hacer que molestarme?
Ni siquiera entiendo por qué lo hace, es decir, no le he hecho nada además de existir y compartir salón de clase, supongo que ser la nueva tampoco ayudaba mucho y por alguna extraña razón algo en él siempre me ha resultado ¿intrigante? ¿molesto? ¿irritable? creo que aún no existe una palabra que me ayude a definirlo correctamente.
¿Saben que es lo peor de todo? Que me gusta ... o eso creo, ¿Cómo es posible? Supongo que para que me entiendan un poco, debo comenzar desde el primer día que lo vi.
Mi nombre es Ariana Flores y a mis escasos 16 años puedo decir que nunca me he enamorado verdaderamente de alguien, si me ha gustado uno que otro chico, tampoco soy de piedra, pero digamos que solo han sido pequeños flechazos juveniles, ustedes me entienden ¿cierto?
Sin importar que tan lindos sean pierdo el interés rápidamente en cuanto hacen algo que me parece estúpido, pero ¿que puedo hacer?, en cuanto el interés abandona mi cuerpo, no importa que tanto lo intente, simplemente me deja de gustar y listo, eso sí nunca me han gustado dos chicos al mismo tiempo, soy fiel en todo sentido, aunque no seamos nada.
Es extraño, pero estoy bastante bien con eso, no me puedo quejar, me gusta esa parte de mí misma, ahora volviendo al tema principal, me siento obligada a decir que jamás me imaginé que mi primer amor de verdad sería: Peter Williams, .
---------------------------------------------------------------
Esa no era una mañana como cualquier otra, ingresaba al salón de reuniones de mi nuevo colegio, el nuevo ciclo escolar estaba a punto de dar inicio, con nuevas personas y un ambiente completamente diferente al que estaba acostumbrada, y todo gracias a que mi padre y yo nos habíamos mudado apenas hace un mes.
No soy de muchos amigos, siempre he sido bastante retraída, mis antiguos compañeros solían molestarme porque practicaba Taekwondo, así que digamos que los apodos no eran precisamente lindos, podría decirse que aprendí de primera mano que es mejor estar sola que mal acompañada, es por eso que dejar todo atrás no fue tan difícil.
En cuanto llego al salón veo el imponente nombre del "Colegio Robledo" escrito en lo más alto del escenario, observo a los estudiantes con su ropa casual metidos en sus propios mundos, tratando de encontrar un asiento, para empezar tendremos la "semana de adaptación" que básicamente consiste en perder 5 días de clases con actividades de integración.
Trato de encontrar un asiento al frente, me gusta poder escuchar sin problema y observar todo lo más cerca posible, para mi desgracia todo está ocupado, así que tuve que sentarme casi hasta el final, lo cual no sería tan malo si no fuera tan pequeña, yo y mis poderosísimos 1.55 no nos llevamos bien con el tener que estar hasta el fondo de un salón.
En cuanto logro sentarme comienzo a inspeccionar los alrededores, justo al frente del salón en el escenario se encuentra la mesa, con los que imagino, serán nuestros profesores, algunos parecen tener menos ganas que yo de estar aquí y por lo que se ve no todos son puntuales porque hay varios asientos vacíos.
Mis ojos siguen unas enormes cortinas de terciopelo de color azul que adornan el escenario y se unen hasta arriba con el enorme logo del colegio, un tanto pomposo ¿No?, en fin, quien soy yo para juzgar, a cuando ya he terminado de hacer la respectiva crítica de los profesores y el escenario, paso a los estudiantes, ¿Por qué todos lucen tan animados? En verdad no entiendo de donde salen esas energías, yo tuve que salir a rastras de mi cama.
Hay murmullos por todos lados, algunos estan reunidos en pequeños grupos, otros al igual que yo solo queremos nuestro propio espacio, pero dos chicos en particular llaman mi atención, y no, no es que sean guapísimos ni nada por el estilo, ni siquiera les veo el rostro, sino que sus risas son tan fuertes que resuenan en todo el salón, uno de ellos tiene el cabello negro y rizado, mientras el otro es castaño y liso, el castaño tiene una bufanda en tonos cafés puesta.
Una bufanda ¿en serio? Este lugar casi parece un horno, ni siquiera con el aire acondicionado deja de sentirse el calor, ¿por qué usaría una bufanda? No puedo evitar imaginar que es esa clase de chicos a los que les encanta llamar la atención.
Me quedo tal vez demasiado tiempo observando a ese par, hasta que escucho a alguien gritar "Peter mira esto" lo que provoca que el castaño con la bufanda se gire y vea hacia atrás, dándome una clara visión de su rostro, así que termino topándome con un par de ojos color miel, que simplemente son hermosos.
Editado: 30.03.2025