Mi primer amor

11 - Salvada por ...

Eso me lleva a este momento, estoy parada a mitad del escenario, con nada más que un micrófono y una luz demasiado potente iluminándome, comienzo a ver en todas direcciones buscando ayuda, hay un silencio sepulcral en el salón, todos están atentos esperando.

Estoy a punto de salir corriendo, no me importa que nos quiten los puntos a todos, simplemente no tengo nada preparado y me rehúso a ser el hazme reír de todo el colegio por hacer algo ridículo, me giro con intenciones de huir, cuando veo que alguien coloca un banco atrás de mí.

Noto a Francisco con una guitarra comenzando a acomodarse en otro banco junto al mío, me invita a tomar asiento, veo como otros compañeros acomodan otro micrófono y los colocan a la altura.

Francisco me susurra el nombre de la canción y la reconozco al instante, porque la hemos practicado varias veces en la clase de canto, asiento con la cabeza, y él comienza a tocar la guitarra.

- Como cuchillo, en la mantequilla – comienza él – llegaste a mi vida cuando me moría

Su voz resuena en el salón y mientras continua la canción me quedo absorta en el sentimiento que Francisco transmite, es absolutamente hipnótico verlo.

- Y así te fui queriendo a diario, sin una ley sin un horario .... – me uno a la canción

Para cuando llegamos al coro, la forma en la que nuestras voces se adaptan provoca vítores entre le público, imito a Francisco y cierro los ojos por un momento, sintiendo verdaderamente la canción, para el final del ultimo coro, él deja la guitarra, se pone de pie, yo lo imito y terminamos la canción acapela.

- Y nadie le apostaba, a que yo fuera tan feliz, pero cupido se apiadó de mi... pero cupido se apiadó de mí

Terminamos la canción y el salón entero estalla en aplausos y silbidos, no sé como terminé tomada de la mano con Francisco, pero he de admitir que no se siente incómodo, nos giramos hacia el publico y hacemos una pequeña reverencia, luego salimos del escenario.

No puedo evitar saltar de emoción en cuanto salimos del ojo publico e inmediatamente me lanzo a abrazarlo.

- Muchas gracias Fran – digo con emoción

- Me llamaste Fran – se separa del abrazo y me ve – ¿eso significa que ya somos amigos?

- Siempre lo hemos sido, pero ahora te tengo la confianza suficiente para llamarte así ¿te parece bien?

- Me parece perfecto – ambos sonreímos

Fue extraño recibir las felicitaciones de los compañeros, sobre todo porque antes me obligaron a subir aún sabiendo que no tenía nada preparado, de no haber sido por Fran, eso habría sido un desastre.

Realmente le agradezco que se haya atrevido a hacer eso por mí, sobre todo porque sé que no le gusta que los compañeros sepan que sabe tocar y cantar, sonrío al pensar en lo buen amigo que es y en como definitivamente tengo que hacer algo para agradecerle.

- Lo ves, al final no te fue tan mal – Claudia aparece junto a mi con un refresco en la mano

- Definitivamente no fue gracias a ti – no puedo evitar mi hostilidad

- Supongo que las feas siempre tienen suerte – elevo mi ceja hacia ella, porque nunca me había hablado así antes

- ¿Disculpa?

- Mira, creo que es hora que pongamos las cartas sobre la mesa – se acerca más a mí – haznos un favor a todos y mantente alejada de Peter y Francisco

- Y ¿por qué debería hacer eso?

- Francisco está enamorado de mí – su revelación me deja sorprendida – no es que tenga una oportunidad, porque sabe que yo estoy enamorada de Peter, pero aún así me parece justo hacerte saber que no tienes oportunidad con ninguno de los dos.

Estoy a punto de responderle cuando sin previo aviso me arroja su refresco al vestido, mi sorpresa es tanta que repentinamente me enfurezco

- ¿Pero que te pasa?

- No por favor Ariana, no me golpees, fue un accidente – grita

- ¿De qué estás hablando?

- ¿Qué pasa aquí? – pregunta Peter acercándose a nosotras

Ella corre a refugiarse en su pecho y él se tarda un poco en sujetarla por los hombros y separarla un poco de él, le pregunta de nuevo qué pasó, y ella inventa una historia disparatada en donde tropezamos y ella accidentalmente derramó su bebida sobre mi vestido, no bastándole con eso, también dijo que luego yo intenté golpearla.

¿Pueden creerlo? Ahora resulta que soy una violenta sin control, lo peor de todo es que Peter le creyó, cuando me pidió que le ofreciera una disculpa, exploté.

- No pienso disculparme por algo que no hice, no puedo creer que seas tan idiota para creer una historia como esa

Salí del salón echa una furia, no puedo creer que le haya creído a ella, lo escuché llamarme, pero no me importó, me siento herida y lastimada, como pudo creer que yo sería capaz de hacer algo como eso.

Me detengo en un grifo del jardín para intentar quitarme lo pegajoso del refresco, hasta que alguien me ofrece un pañuelo.

- Tú también piensas pedirme que me disculpe – cuestiono enfurecida

- No, yo mejor que nadie sé lo manipuladora que puede llegar a ser – sonríe con desgana

- De verdad no puedo creer que Peter le haya creído, en serio Fran ¿por qué son amigos de una chica así?

- Bueno, cuando creces con alguien aprendes a soportar algunas cosas, sobre todo si estas enamorado

- ¿Te refieres a que Peter está enamorado de ella? – pregunto limpiando con el pañuelo sin verlo directamente

- Me refería a mí – nos vemos por un momento y no entiendo como no pude notar su tristeza hasta ahora – él no siente lo mismo, pero no encuentra como decirle que no sin lastimarla y provocar un problema en su familia

Suspiro porque tengo muchos pensamientos ahora mismo, pero prefiero no decirlos porque estoy segura que un poco de mi furia por lo que acaba de pasar se podría colar y terminaría diciendo algo que no quiero.

- Aún así, me molesta

- Lo sé – sonríe más animado y me pasa una sudadera

- Gracias – este chico es increíble




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