El sábado llego junto a mi papá y mi hermano Alex a la eliminatoria de karate, muchos de mis compañeros ya están preparándose, papá luce asustado, pero Alex me anima antes de ir a buscar un asiento.
A lo lejos veo a Peter conversando con dos hombres, ambos en ropa demasiado formal para un evento deportivo, el mayor luce completamente serio y sin expresión alguna, mientras el más joven luce muy parecido a Peter, pero con unos cuantos años más encima, intuyo que son su padre y hermano.
Mi vista se dirige un poco más arriba de ellos, a las gradas, en donde veo a Claudia junto a una mujer castaña muy hermosa y una rubia que por su parecido es su hermana mayor, también logro ver a la señorita Dafne junto a Fran y el que creo es su esposo, al parecer toda la familia ha venido a apoyarlo, aunque los gestos de Peter mientras habla con su padre y hermano no son precisamente de consuelo.
La competencia inició con la categoría femenil de kata, mi primera partición fue bastante reñida, logré clasificarme primera, en cuanto al kumite, logré clasificar segunda, pero en la pelea final no cubrí bien un puñetazo que terminó impactando directamente en mi rostro, no hubo sangre, aunque imagino que tendré un lindo hematoma mañana.
Mientras tomo mis cosas para ir con mi padre, inicia la categoría masculina de kata, las primeras rondas pasan, Peter se clasificó primero en Kata y ahora estamos esperando la final de kumite, estoy en mi asiento moviendo la pierna sin control, apretando la orilla de la grada con mis manos.
- Cálmate, por lo que he visto es bastante bueno, así que no te preocupes, tu novio estará bien – me susurra mi hermano
- ¿De que hablas?
- ¿El castaño no es tu novio? – niego con la cabeza – por la ansiedad que traes encima creí que sí
- No seas ridículo – me levanto de mi lugar – iré a comprar agua, ya vuelvo.
La pelea da inicio, por un momento se me olvida a qué he bajado, así que me quedo observando la pelea cerca del área de competencia, Peter va ganando la palea por dos puntos, Fran aparece repentinamente a mi lado y me entrega una botella con agua.
Le agradezco y nos quedamos observando el final de la pelea, en un movimiento repentino Fran posa el lateral de su dedo sobre mi rostro, mi primera reacción es alejarme, él tiene su ceño fruncido y es entonces que me doy cuenta que estaba revisando mi golpe.
Veo de reojo como Peter parece haberse distraído un momento, porque en el ultimo segundo le han marcado una patada a la cabeza de tres puntos, la frustración se nota completamente en su rostro.
Fran y yo nos sorprendemos porque solo quitamos los ojos de la pelea por unos segundos, no podemos creer que Peter haya perdido la final, aunque logró clasificar en ambas categorías no se veía nada contento con el resultado final del kumite.
Ni siquiera pude verlo o hablar con él luego del evento, tan rápido como termino, su padre lo abordó y se veía muy molesto, cuando terminó de recoger sus cosas salió del lugar sin voltear a ver a nadie, ni siquiera esperó a Fran o a Claudia, solo se fue.
El lunes en el colegio, me debatía entre si debería hablarle o no, pero pasó todo el tiempo libre con audífonos, de cierta manera se veía aislado del grupo, aun tendré oportunidad de hablar con él en la clase de karate, antes solo nos reuníamos los sábados porque él está en la clase avanzada, pero a partir de hoy los que clasificaron entrenarán juntos.
Llego al dojo más temprano de lo normal, con un humor pésimo, mi papá al parecer cree que haber recibido un solo golpe es motivo suficiente para que deje de practicar y quería que luego de la clase de canto regresara directamente a casa, a lo que me negué y terminamos discutiendo por teléfono.
Me encuentro a Peter golpeando enérgicamente el saco, con el pantalón de karate y una camiseta, luce frustrado, golpea el saco sin piedad y suelta pequeños gruñidos.
- Parece que alguien madrugó – digo imitándolo y comenzando a golpear el saco a su lado.
No me responde, solo me observa de reojo y sigue golpeando el saco, ¿qué le pasa? ¿Por qué se está comportando así?
- Puedes creer que mi padre dice que debería dejar de entrenar karate, porque cree que esto no es para mí – digo tratando de sacarle conversación
- Tal vez tenga razón – no ha dejado de golpear el saco en ningún momento
- No seas tonto, no importa que no sea para mí, a mi me gusta y eso debería bastar.
- Con las ganas no basta Ariana – nunca me llama por mi nombre – necesitas más que eso, si él cree que no eres suficiente para esto, tal vez deberías hacerle caso.
Abro mi boca ante sus palabras, él deja de golpear el saco y camina hacia su mochila por el resto de su traje de karate, la clase está por iniciar.
- ¿Cuál es tu problema conmigo?
- ¿Por qué debería tener un problema contigo para decirte la verdad? – su voz no tiene emoción y luce ajeno a todo.
- Tu no eres así, no entiendo que pude haberte hecho para que me trates así
- Resulta que no necesito distracciones ahora mismo – se coloca su chaqueta y comienza a ponerse su cinturón
- ¿Yo soy una distracción? – bajo la mirada sin querer ver su rostro
- Si no hubiera sido por ti y Francisco, no me habría distraído en la final
- ¿Fran y yo? ¿qué tenemos que ver nosotros en todo eso? – me pasa de largo y camina hacia el tatami, su actitud está comenzando a molestarme
- No me interesa saber nada de ustedes dos, hazme un favor y deja de ser un estorbo para mí
Ni siquiera me dirigió una mirada cuando dijo eso, solo puedo observar su espalda mientras camina hacia su lugar en la línea del saludo inicial para la clase, aprieto mis puños y mis dientes, esto es sin dudas es lo peor que Peter Williams me ha hecho hasta el momento.
Editado: 20.01.2025