Tic ... tac ...
Tic ... tac ...
Tic ... tac ...
Eso es todo lo que puedo escuchar en mi habitación, son cerca de las dos de la mañana, pero desde que volví no puedo dejar de pensar en todo lo que sucedió, me parece irreal toda la situación que vivieron esos tres.
Cuando cierro los ojos recuerdo la cara de dolor en el rostro de los Davies al comprender todo lo que tuvo que haber sufrido Miranda en silencio, el enfado en el rostro de los Avellaneda por todo el show que se armó frente a personas importantes para ellos y sobre todo el enojo de los hermanos Williams dirigido a su padre.
No puedo dejar de pensar que Aaron sacrificó el amor que sentía por Miranda para complacer a su padre, la madre de ambos se soltó en un llanto tan desgarrador cuando se enteró de que su esposo, prácticamente lo obligó a casarse para mantener las buenas relaciones con los Avellaneda, me parece horrible que haya tenido que renunciar a su propia felicidad con tal de complacerlo.
Me pregunto si Fran se está sintiendo igual al dejar que sus dos mejores amigos salgan, aun cuando él está enamorado de Claudia, suspiro profundamente mientras ruedo en la cama ¿por qué el amor tiene que ser tan complicado?
Una semana después sigo sin comprender muy bien qué debería hacer, siento que debería disculparme, porque al final fui yo quien le contó todo a Aaron, sin embargo, no sé cómo hacerlo, decido salir a caminar un rato porque el encierro en mi casa hace que me atormente aún más.
La plaza se siente un poco solitaria, observo el dojo, no puedo negar que extraño mucho ponerme mi karategui, cierro los ojos y me permito recordar brevemente todas las cosas buenas que viví aquí ... el recuerdo del beso con Peter me invade y llevo las manos hacia mis labios.
Siento como mi piel se eriza, aun puedo recordar perfectamente cada sensación, cada movimiento y cada emoción que recorrió mi cuerpo cuando él y yo nos besamos, abro mis ojos y decido seguir caminando, tengo que alejar ese pensamiento de mí, porque él ya la tiene a ella.
Llego cerca de la academia de música y me sorprende ver la puerta abierta, ya que las clases inician hasta dentro de un par de semanas, siendo imprudente decido entrar, tal vez pueda encontrarme a Fran y preguntarle como está.
En cuanto entro el sonido de un violín me invade por completo, suena tan bien que incluso me enchina la piel, llegó hasta el cuarto de donde proviene el sonido y veo a Miranda, parada en medio del pequeño escenario con los ojos cerrados y dejándose llevar por el sonido.
No me pasa desapercibido el hecho de que unas pequeñas lagrimas se resbalan por sus mejillas, me giro para tratar de salir, pero accidentalmente golpeo un platillo que provoca un estruendo, ella rápidamente reacciona y se gira para secarse las lágrimas.
- Lo siento, ya me iba...
- Tranquila Ariana, está bien, ven aquí – se sienta en el borde y me hace una seña para que me siente a su lado.
- De verdad lo siento – me acerco apenada
- Está bien, solo estaba practicando – sonríe y por un momento me recuerda tanto a Fran, siempre con una sonrisa, aunque ahora me pregunto si tal vez algunas veces es fingida.
- Tocas hermosamente – me siento a su lado
- Gracias, supongo que cuando estas sensible tocas mucho mejor
- Lo siento
- Eso ya lo dijiste – suelta una risa baja - ¿Qué pasa? No es para tanto interrumpir una práctica ...
- No es por eso ... – respiro hondo – yo ... lamento todo lo que pasó en la cena
- Nosotros somos quienes deberíamos disculparnos, como podría ser tu culpa la disfuncional relación que tenemos
- Es que ... fui yo ... quien le dijo a Aaron sobre el embarazo de Hanna – ella abre los ojos con sorpresa
- Bueno ... eso tampoco es tu culpa – ella suspira – como ibas a saber que Hanna mentía cuando delante de todas dijo que él estaba muy emocionado por la noticia, tal vez no lo sepas, pero ella siempre ha sido muy buena manipulando todo a su antojo
Hay cierto rencor en su voz que despiertan mi curiosidad por saber qué tipo de relación tenían ellos tres en su juventud.
- Recuerdo que Fran en algún momento mencionó que Claudia era un poco así
- Bueno Clau solo ha trato de imitar a su hermana, tristemente eso incluye sus peores cualidades
- Eso no justifica que se comporte como una tonta – digo enojada y ella eleva una ceja
- ¿Qué te ha hecho? – inquiere
- Nada ... - giro mi rostro, avergonzada
- Ha ya veo – me giro hacia ella y una sonrisa juguetona se forma en su rostro – es por Peter, cierto
- Q-que ... no para nada ... Peter ... Peter no tiene nada que ver
Ella se suelta en una gran carcajada y yo solo alcanzo a cubrirme el rostro con ambas manos.
- No te rías, no es gracioso
- Lo siento – dice tratando de mantener el rostro serio – es que me parece gracioso que al parecer la historia se está repitiendo.
- Creo que yo no me incluyo ahí, de ser así creo que la historia sería de Peter, Claudia y ...
- ¿Mi hermano? – alza una ceja y yo asiento – a decir verdad, a mí me preocupaba que eso fuera a pasar, pero he notado un cambio bastante significativo en mi hermano estos últimos días.
Mi rostro se contrae en confusión, para mi Fran sigue siendo el mismo, pero antes de que pueda preguntar a qué se refiere, él entra por la puerta, observando las hojas que lleva en sus manos.
- ¿Miranda has visto mi guitarra acústica? – ella carraspea y él levanta la vista – oh, no sabía que tenías compañía, hola Ariana – me dedica la misma sonrisa de siempre, se acerca a nosotras y me saluda con beso en la mejilla
- Hola – sonrío igual que él y veo a Miranda hacer un gesto divertido
- Tu guitarra está en el auto
- Ya veo, bueno iré por ella entonces – se despide de nosotras y sale a buscar su guitarra.
- Me pone realmente triste pensar que ambos amigos tengan que enfrentarse por el amor de Claudia – digo sin pensar, en cuanto lo veo salir
Editado: 17.02.2025