El tiempo pasa volando sin darnos cuenta, para cuando queremos detenernos a apreciar el paisaje ya es demasiado tarde, sin embargo, en retrospectiva, podemos apreciar todos aquellos detalles que no logramos ver en su momento.
- Quieres por favor ayudarme y no solo estar viéndome como tonta – Iris está molesta, pero yo solo me río.
- Es que te ves tan adorable que no puedo dejar verte
Tiene una cantidad abismal de harina por todo su rostro, su cabello y mi cocina, porque sí, mi pobre cocina está sufriendo del desborde de amor que Iris quiere hacerle a su novio Fernando por su cumpleaños.
- Solo ayúdame – dice desesperada
- Dijiste que querías hacerlo sola – le recuerdo para molestarla
- Pero tu dijiste que sabías hornear
- Sé seguir una receta – me río – ayudaba a mi mamá a hornear porque le encantaba y tomé algunas clases después, pero no soy una experta
- Por favor – pone ojos de cachorrito y un puchero
- Ash – digo rodando los ojos – bien, pero más te vale casarte con él porque aun no te perdono lo de la capilla del año pasado.
Ella sonríe completamente y da pequeñas palmadas de felicidad, sabe que solo bromeo con lo del año pasado, como dije en retrospectiva podemos apreciar muchas cosas que en su momento no notamos y ese día pese a la pésima broma de Claudia, todo salió bien, conocí una parte de Peter que no había visto antes y comenzó la gran amistad que tengo hoy con Fran.
Durante el receso del siguiente día, observo atentamente como Iris se acerca a Fernando llevando muy orgullosa los cupcakes que preparamos ayer, sonrío para mis adentros mientras que Fran, Peter, Claudia y Amelia, la observan curiosos.
- No les parecen una pareja inusual – dice Peter
- ¿Por qué? – Pregunto
- Son muy .... Diferentes – Fran mantiene sus ojos puestos en la pareja
- No coinciden – Amelia como siempre con sus comentarios tan "asertivos", sigue sin caerme bien – él es demasiado serio y ella demasiado de todo
- Para mi son adorables, son tal para cual – defiendo a mi amiga
- Los opuestos se atraen – dice Peter encogiéndose de hombros
- Se complementan – dice Claudia mientras observa a Peter
- Una galleta – ofrezco
- Uuuu, galletas caseras – Fran toma inmediatamente una, seguido de Peter quien me da una mirada de ceja alzada, como preguntando si yo las hice, yo me encojo de hombros y el sonríe comenzando a comer
- Que asco – Amelia hace un gesto de nauseas – sabes cuantas calorías y carbohidratos tiene eso
- Solo come y ya – Claudia toma una galleta y la mete en su boca.
Amelia hace un gesto de desaprobación, cruzando sus brazos y negándose a comer, todos ignoramos su pequeño berrinche y seguimos comiendo mientras conversamos y observamos a la feliz pareja derrochar miel, mi mano y la Peter accidentalmente se tocan cuando íbamos a tomar una galleta, compartimos una mirada rápida seguido de una sonrisa.
- ¿Quieres que pasemos por ti mañana? – pregunta Claudia
- ¿Podrían? No quiero molestar, pero mi hermano y mi padre tienen trabajo extra y no podrán llevarme
- Ya deberías aprender a manejar, tienes casi 18 – el tono despectivo de Amelia no me pasa desapercibido, pero estoy de acuerdo en que debería aprender
- A mi no molesta llevarla – Fran como siempre sale en mi defensa, lo adoro
- A mí tampoco – dice Peter, yo le saco la lengua a Amelia, por que sí, soy muy madura.
Durante los últimos meses Peter, Fran o incluso Claudia en muy raras ocasiones me han llevado en sus autos, Peter normalmente a los entrenamientos del sábado, Fran me lleva a casa luego de la clase de música y Claudia solo fue un caso de emergencia cuando Fan no pudo llevarme luego de la clase, quise irme en autobús, pero él no me dejó.
- Pasaremos por ti a las 7, queremos llegar temprano para tener buenos asientos – logra decir Fran apenas con la boca cubierta de migajas, yo me río un poco y paso mi mano por su mejilla para quitarle algunas.
- Estaré lista – sonrío y luego volteo a ver a Peter – destrózalos a todos
- No puede ser de otra manera – su típica sonrisa arrogante se posa en sus labios.
Mañana es la regional, yo he sido testigo de lo mucho que se ha esforzado para prepararse, yo misma lo he acompaño durante algunos entrenamientos extras, sé que este año le irá de maravilla y aunque solo iré como espectadora, no puedo evitar sentirme nerviosa.
Estoy lista desde las 6:30, cuando Fran hace sonar el timbre de mi casa salgo apresuradamente, lo saludo a él y a Claudia con beso rápido en la mejilla y nos subimos al auto de Fran, es un lindo auto negro, ni idea la marca, yo no sé de eso, pero fue su regalo por su cumpleaños 18 de hace unas semanas.
A mi apenas me dejan usar una bicicleta, definitivamente tengo que tener una charla con mi padre sobre el enseñarme a manejar, el próximo año iré a la universidad y no quiero estar dependiendo de otros para moverme.
- Súbele a la música – le digo a Claudia, quien va en el asiento del copiloto.
"Amor del bueno" de Reily está sonando, comenzamos a cantar a todo pulmón mientras nos dirigimos al salón donde serán las regionales, recuerdo perfectamente como canté esta canción junto a Fran el año pasado, parece que él está pensando en lo mismo, porque me ve a través del retrovisor y compartimos una sonrisa cómplice.
En cuanto llegamos, veo en todas direcciones buscando a Peter, alguien me da un susto por la espalda puyando mis costillas, pego un salto y un grito, al girarme veo a Peter riendo, inmediatamente lo golpeo, pero después nos saludamos con un pequeño beso en la mejilla, que dura un poco más de lo debido, nos separamos con los rostros demasiado cerca, casi rozando nuestros labios.
- ¿Estás nervioso?
- Por favor beba, ¿con quien crees que estas hablando?
- Con un engreído narcisista – bromeo
- El mas grande de todos – ambos sonreímos
Fran y Claudia llegan, lo saludan y le desean suerte, buscamos rápidamente lugares que nos permitan observar la competencia, pasamos todo el evento apoyando y gritándole a Peter, antes de cada participación él nos busca entre el público, nuestra mirada siempre queda conectada durante unos segundos, antes de que nos dediquemos una sonrisa.
Editado: 30.03.2025