Damon y yo estábamos en nuestro lugar recostados en el césped tomados de las manos, viendo las nubes.
—Damon alguna te has preguntado ¿porque el cielo es azul?
—No, pero sé que se debe a luz y los colores que esta contienen y la manera en que la atmosfera absorbe cada color.
—Me encanta en cielo.
— ¿Por qué?
—Porque cada vez que veo al cielo me acuerdo de ti, y de tus ojos.
—Como dice una frase: no importa donde estemos, siempre compartiremos el mismo cielo.
—Damon ¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si terminamos?
—No, ni se te ocurra volver a decir eso, porque eso no pasará, al menos yo no permitiría que pase, no sé como si quiera piensas eso — dijo Damon incorporándose y soltando mi mano.
—Es que no es muy loco, piénsalo, todas las personas dicen que lo amores de infancia nunca funcionan, que al final van a terminar rompiendo y olvidándose, ¿y si eso nos pasa a nosotros?
—Estoy cansando de oír a mi madre diciéndolo y ahora tú, ¡fantástico esto es fantástico!— exclamó Damon un poco molesto.
—Ya, lo siento, no te enojes, sólo era un idea, no estaba diciendo que eso va a pasarnos — Lo abracé y le di un beso en la mejilla — Sonríe para mi, ¿sí?
—No puedo enojarme por mucho tiempo contigo — dijo Damon devolviéndome el abrazo.
— ¿Y si algún día hago algo que enserio te haga enojar?, algo que logre que no quieras saber de mí nunca en tu vida.
—Lucy , entiende, yo te amo, te amo, te lo vengo diciendo desde que éramos niños, sé que para ti lo que vale son las acciones y no las palabras y lo mucho que te costo decirme te amo , pero yo nunca me cansare de repetírtelo, nada de lo que hagas me enojara tanto, y si lo hago, bueno estaré siendo un idiota al dejar ir una mujer como tú y no luchar por ti, lo que tú y yo tenemos se ha construido con largos años de dedicación, no se puede olvidar un amor como el nuestro así como así .
>Si por algún motivos nos separamos ten por seguro que nuestro caminos se volverán a unir porque tu siempre serás la única e irreemplazable dueña de mi corazón, un corazón que sólo late por ti, si un día te fueras de mi vida, sería como si todas las cosas buenas desapareciera de ella, hemos pasado varios un semestre separados ¿acaso algo ha cambiado?
—No.
—Exactamente, el amor que siento por ti ha ido creciendo más y más.
—Lo que pasa es que separarme de nuevo de ti me pone triste, cada vez que te vas siento que un pedazo de mi alma se va contigo, aunque hablamos todos los días, no es lo mismo que estar frente a frente y siento temor que uno de esos viajes no vuelvas, ¿entiendes?, temo de que encuentres a alguien mejor que yo, y nuestra historia se termine.
—Te prohíbo decir frente a mí que hay alguien mejor que tú, odio cuando te comparas con otras personas y piensas que no eres suficiente para mí, cuando es al revés, yo temo no ser lo suficiente bueno para ti, ¿Cuando vas a lograr entender que tú eres mi mundo Lucy? , Tú y nadie más, eres única y si alguna vez me enamoró de alguien, cosa que no va a pasar, no la amaré con la misma intensidad que te amo a ti, eres mi primer y único amor.
—Tú también lo eres.
—Aún nos quedas un mes para estar frente a frente antes de que yo tenga que volver, y prometo aprovechar cada segundo a tu lado. — dijo Damon volviendo a tomar mi mano y entrelazando nuestros dedos.
— No dejo de pensar en lo que paso en la playa—Damon sonrió y bajo la mirada.
—Créeme que yo tampoco—yo sonreí y sentí el calor subir a mis mejillas de nuevo.
— ¿Crees que estamos listos para ese nivel?
—Sabes que no te presionaré y estaré listo para cuando tú lo estés — Dijo Damon mirándome a los ojos.
—Me alegra que estés aquí el día de mi cumple — dije cambiando el tema.
—A mi también, ¿Qué quieres que te regale?
—Tu perfume.
— ¿En serio?
—Sí, me has regalado tantas cosas que me recuerdan a ti, pero no tengo nada que tenga tu aroma, sólo tus abrigos, pero con tanto que los uso se le pegó mi aroma.
—Pues devuélvemelos para que así yo tenga tu aroma.
— ¿Qué tal si tú me das algo que tenga tu aroma y yo te doy algo que tenga el mío? , además de mi cumpleaños también tenemos que celebrar nuestros 4 años y 5 meses.
— ¿No son 4 y 6 meses?
— ¿Estás seguro que no son 5?
—Sinceramente no me acuerdo bien, pero nunca olvidare ese día en que me dijiste que sí.
—Debí decirte que no, si te hubiera dicho que no ahora no tendríamos esta confusión con las fechas.
—Si me hubieras dicho que no hubiera seguido insistiendo hasta que digieras que si — dijo Damon mi cuello.
— ¿Ah sí?
—Uju — el celular de Damon sonó, me mordió el hombro y contestó el teléfono. — Alo, ¡Que! , Voy enseguida—dijo Damon poniéndose de pie.