—Lucy, ¿Ya estas mejor?—Preguntó María.
—No.
— ¿Qué tenía esa caja Lucy?—Preguntó Hugo
—Nada,
—Nada bueno al parecer.
—Déjenme sola—Esa nota me afectó más de lo que quería.
—Lucy llegaste muy feliz de tu cita con Gerald y ahora mírate—Dijo María.
—No fue una cita.
—Chicos déjenla tranquila, yo hablaré con ella —Dijo mi tío, ellos salieron y mi tío cerró la puerta.
—No hay que ser adivino para saber porque o por quien estas así, él te mandó él regalo ¿o me equivoco?
—Si fue él, él lo hizo otra vez, todo el esfuerzo que hice para reconstruir mi corazón pedazo a pedazo, aunque nunca estuvo completo, él lo destruyo otra vez y otra vez lo hizo por medio de una carta, unas palabras, letras, sílabas —comencé a llorar y mi tío me abrazó.
—Lucy, eres fuerte, joven y vas a superar esto de nuevo.
—Nunca lo hice, siempre estuvo en mi mente, siempre lo hará, puede ser que el haya terminado conmigo pero yo nunca lo miré a los ojos y le decirle esto se acabó, el no me dio la oportunidad —Y eso era lo que más me dolía.
— ¿Por qué no vas a su casa y lo enfrentas?
—Lo hice una vez pero no estaba, la dos cartas que ha mandado dicen los mismo «No me busques» y debe ser por una razón, que pasaría si lo busco y no me gusta nada lo que encuentro y en vez de recuperarme las cosas empeoran, ese es un riesgo que no quiero tomar.
—Estás diciendo que tienes miedo de que te haya dejado por otra.
—Sé que no fue así o al menos es algo que me niego a creer —La puerta se abrió.
—Lucy ¿ya estas mejor?—Preguntó mi padre.
—No.
—Tu madre quiere saber si quieres que cancelemos la fiesta de mañana —Había olvidado la fiesta.
—Eh...No, no la cancelen, dile que le pida ayuda a María, yo bajo en un momento —Mi padre de acercó y mi tío salió de la habitación.
—Lucy, a pesar que las cosas no hayan terminado bien con Damon, tienes que saber que el amor que sientes por él no va a desaparecer de la noche a la mañana, los momentos que vivieron juntos siempre se quedarán contigo y tienes que aprender a vivir con ellos aunque duelan, sé que lo superarás porque eres mi hija y puedes hacer todo lo que quieras, tenlo en cuenta —Besó mi frente y salió de mi habitación siempre me daba buenos consejos y le agradecía por eso. Me dormí por un rato, cuando desperté baje las escaleras y me dirigí hacia el patio donde mi mamá, mi tía y María estaban planeando como iban a poner la decoración.
—Lucy —Dijo María
—Hola, ¿En que están?
—Viendo donde pondremos las mesas.
—ah.
—Lucy hay alguien en la puerta buscándote —Dijo Hugo
—Tráelo, no me quiero mover.
—Aquí lo tienes —Dijo Hugo.
—Hola Lucy —En ese momento todas volteamos encontrándonos con Gerald.
— ¿Tú quien eres?—Preguntó mi madre
—Gerald, amigo de Lucy del colegio.
— ¿Tú eres Gerald? —Dijo María
—Eh...si —Pobre Gerald las tres lo estaban viendo como si tuviera un ojo en la frente.
—Así que Gerald —ahora me estaban mirando a mí.
Me levanté y me acerqué—Gerald ¿Qué te trae por aquí?
—Tu celular se te quedó en mi auto, iba a traértelo mañana pero supuse que
lo necesitarías —Se me acercó— ¿Te encuentras bien?—Ellas seguían observándonos
—Ven conmigo—Nos dirigimos a un árbol que había en el patio, alejados de las tres mosqueteras, nos sentamos en el césped.
—Me vas a contar que te pasa —Dijo Gerald.
—No me pasa nada.
—No, es cierto hace unas horas atrás no estabas así.
—Son cosas personales.
—Disculpa la pregunta pero ¿Estas en tus días?
Sonreí— ¿Qué? No.
—Entonces, ¿Quién es el culpable de apagar el brillo de tus ojos?
—No vale la pena hablar de él.
—Entonces es por un él—pasó su brazo alrededor de mi espalda y me acercó a él —Entonces abrazos es lo que necesitas —En ese momento no sabía qué hacer, no tenía ganas de pelear con mi conciencia ni con mi subconsciente así que me deje llevar y recosté mi cabeza en su hombro y lo abracé —Personas como tú no merecen que la hagan sufrir.
—Gracias Gerald, eres un muy buen amigo.
Gerald
Amigo esa era la forma en la que ella me veía y yo temía que siempre fuera así, Lucy me gusta, desde el primer día que la vi me llamó la atención, es linda, muy linda, lo que más me gusta de ella es su sonrisa, cuando sonríe ilumina todo, ella es especial o al menos para mí, pero había algo que no la dejaba ser feliz lo podía ver en su mirada, era un chico eso era obvio pero ella se negaba a contarme algo más.