Mi Primer y Último Amor

Capítulo 24: “Dos montañas gemelas”

A pesar de las circunstancias, jamás debo dejar de sonreír, los problemas que han ocurrido, además de aquellos que están por venir, entre diversas situaciones en la que muchas veces he creído que se me salen de las manos, esos mismos que presentan obstáculos que la misma vida nos presenta para “vernos crecer”, de igual manera, como nuestro propio subconsciente es capaz de mentirnos a nosotros mismos, ¡Hey! En la realidad ni tú mismo eres capaz de saber hasta donde puedes llegar. Belén es todo aquello que yo habría anhelado tener en la vida, pero ¡vaya que ésta siempre se empeña en llevarnos la contraria!

Mientras todos en la sala platicaban sobre temas irrelevantes que surgían vagamente entre boca y boca, mi presencia fue atraída por aquella alma perdida que no se daba cuenta del monstruo en el que probablemente me estaba convirtiendo, sin embargo, me deje llevar por la tentación. Quizás el diablo no pudo llegar a tentar al creador de la vida, pero ¿Quién soy para oponerme a tal tentación que dicho ángel en mis pies dejaba caer? Fui tras las plantas que movían su alma, y me vi arrastrado ante su cuerpo desnudo que poco a poco desvestía mi alma contra la suya, era fascinante y encantador como me hacía sentir en ese momento, no podía siquiera detener sus movimientos, que me llevaron a desbordar locamente hormonas de placer, ella y yo en el baño de mi propia casa, dejando caer cada gota a gota por nuestros cuerpos desde la regadera hasta el sistema corporal que ardiendo en fuego se encontraba.

Podía saber que era lo que lo que estaba haciendo, besar sus labios y toda su piel, pero me sentía atrapado por la pasión que en el momento nos movía, me deje caer en suave piel, mientras ella ponía sus manos en mi pecho para limpiar mi sucia alma con jabón, ¿Si se quitara con jabón? Es obvio que no, pero a ver, ¡concéntrate! Mis manos estaban su espalda, recorrían el valle que en su cuerpo las montañas subían y bajaban, se mantuvieron deslizándose de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba hasta que mis labios chocaron desenfrenadamente contra los suyos, mis manos se desbordaron contra dos montañas gemelas que al borde de su cadera se encontraban, apretando con fervor y lleno de placer, la bese como si el mundo se acabara.

… Ahora que recuerdo, Tobby tiene un collar que nunca se le ha quitado ya que papá fue quien así lo adopto, sin embargo ese collar tiene una pequeña piedra, extraña a mi parecer, pues a la luz del día era una simple piedra color madera a tonos contrastados, pero en la oscuridad de la noche he podido notar en varias ocasiones que Tobby se acerca y esa piedra en cada paso que da, se refleja una luz de colores de un extremo a otro, y me ha parecido ver en una situación una pequeña frase proyectada ante ese reflejo en el collar. ¿Tendrá algo que ver en todo esto? ¿Papá me regalo a mi buen amigo con el fin de acompañarme en la soledad? O ¿Quizás tenga un papel en todo esto con algo más allá de toda conjetura?

- ¿Dónde se encuentra ahora? –Pensé en voz alta.

- ¿Quién? –Preguntó mientras ella me miraba confundida.

- Eh… Tobby…

- Tranquilo hermoso, -Sonríe Belén- debe estar comiendo, mientras tanto tú y yo sigamos en lo que estábamos –Dice con un dedo paseando mi pecho.

- ¿Sabes, Belén? –La agarre de los hombros-, no ha habido otra mujer con la que yo haya querido estar, yo a ti… verdaderamente me tienes loco y enamorado y lo que menos quiero es que sufras por mí.

- ¿Sabes, Andrew? –Me tomo del brazo mientras yo buscaba huir del lugar- Yo quiero arriesgarlo todo, así tenga que sufrir, -me tomo de ambas manos y añadió- nunca antes había sentido este loco amor como ahora, tu eres maravilloso, gentil, amable y respetuoso, no pones problema por cómo visto, ni tampoco por con quien hable, sí, está bien que los celos a veces te traicionen, pero por lo menos sabes cómo acercarte a mí, con solo que te acerques se me eriza la piel, las lombrices en el estómago se convierten en mariposa –Ríe, “me salió hasta poeta la niña”- contigo soy feliz, y que quieras huir de hacerme tuya, me pone aún más ardiente de lo que estoy.

- ¿Y qué hay de tus padres?

- Ellos tendrán que comprender, de hecho deben estar preocupados ya que no dijimos cuanto tiempo nos íbamos a quedar, sin embargo le pedí a Miguel que me acompañara así sea cinco días más.

- Es mucho, y ¿Las clases?

- Pueden esperar, Andrew…

- Está bien quédate, pero discúlpame, debo hacer una llamada… -Por más que quisiera alejarla de mí, no podía contra ella.

Tomé una toalla y me vestí, en cualquier otra circunstancia habría querido quedarme con ella, pero realmente es un dilema al que no quiero ver como por mi culpa podría llegar a perderla para siempre. Tome mi teléfono y lo pensé por unos segundos, esas olimpiadas definían mi futuro, quizás solo ese futuro que me hacía aparentemente alguien normal en la vida, estoy seguro que mi madre hubiera querido lo mejor para mí, es obvio, es lo que decimos ¿no?, la excusa perfecta de creer que el alma en pena de nuestros muertos estarían orgullosos de lo que en realidad debíamos hacer. De otra forma, es claro que ella siempre decía: “Las oportunidades hay que aprovecharlas sin importar el sacrificio que haya que pagar”, puedo imaginar su voz recitando miles de sermones en este preciso momento.

- ¿Hablo con el señor director de la escuela…?

- Sí, Andrew, mi más sentido pésame. –Interrumpe de inmediato.

- Está bien, gracias por sus condolencias, -intente ser fuerte en el asunto y no dar más vueltas- mi llamada es para ver si todavía estoy a tiempo de participar en la olimpiada de matemáticas.



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En el texto hay: misterio, aventura, el primer amor

Editado: 12.09.2020

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