Pude ver como poco a poco me alejaba, tal vez necesitaba un psiquiatra, no sé qué era lo que me pasaba, era esa bella chica a la que desde pequeño adoraba. Todo comenzó desde aquel día en la escuela, yo me encontraba solo en un rincón sin mencionar una palabra al mundo solo miraba a mi alrededor buscando escribir en un cuadernillo que guardaba, pequeñas prosas o poemas, intentando incrustarme al mundo de la poesía, por lo general escribía cuentos, como pequeñas historias inconclusas pero esta vez quería algo diferente, me encantaba y aun me encanta escribir, aunque hay que tener en cuenta que era cierto eso que decían de que sin motivos o inspiración, no fluían las palabras, busque en todas partes pero no sabía cómo, muy tarde después me toco ir a las clases y sin darme cuenta el tiempo salió volando, no me di cuenta en que momento había pasado, guarde mi cuadernillo, y salí. En un instante mientras no era como cualquier chico, eso ya me lo habían dicho. ¡Así! desde aquel momento en el que había dejado que el tiempo pasara sobre mí y todos ya no se encontraban allí, fue cuando salí a la puerta cerrando mi bolso y sin mirar a adelante, en mi camino note unos pies que se habían atravesado frente a mí, no preste mucha atención solo intenté moverme pero fue algo irónico, pues esos pies al mismo tiempo y al mismo lado se movieron también. ¿Fue casualidad? ¿Cosa del destino?, en verdad no lo sé, simplemente así pasó, cuando por primera vez la pude notar, siempre había estado allí, pero esta vez fue algo distinto como si el destino nos hubiera unido.
Ella estaba allí. Alce mí mirada algo confundido y ella me miro un poco apenada, y así la vi con su mochila y una bufanda a su cuello, tenía unas trenzas hermosas, ella era esa niña tierna, queriendo ser mujer. Fue algo inexplicable pero estábamos los dos sin saber qué hacer. Luego un poco apenado, le pedí perdón por aquel incomodo momento pero al igual especial para mí, mientras me retiraba.
Iba recordando cada uno de aquellos momentos en los que nos habíamos topado, así como si estuviera viendo a través de los recuerdos nuestro álbum de fotografías inexistente. Mientras tanto mi viaje al aeropuerto se había retrasado, la vía de transito nos detuvo para una revisión que hacían siempre en su control. Y allí estaba de nuevo, como siempre sentía esa presencia cerca de mí, persiguiendo mis pasos, así como en el sueño me seguía. Pero bueno, quien lo diría, nadie podría imaginar que “el amor a primera vista” existía. Belén siempre había sido mi vecina, pero tal vez por ser un niño inocente no la había notado alguna vez, sino solo en ese momento de pubertad, la pude notar. La mayor ironía de esta historia, era que no fue la única vez, siempre parecía que el destino nos quisiera unir, o tal vez como si “Dios la quisiera para mí”. Además sin mencionar, cada momento más incómodamente. Podía verla al salir a la tienda a comprar, al momento de asomarme a la ventana de mi casa verla pasar por aquel lugar, hasta en la escuela desde aquel día, la veía en todos lados. ¿Cómo podía soportar tanta belleza? ¿Cómo no podría meterse en mi mente, si siempre me la pasaba pensando?, fue todo inexplicable, sin entender como paso. Así fue como todo comenzó.
¡Por fin! allí estábamos frente al aeropuerto, podía sentir como mi corazón se agitaba, era como un detector, cada vez que cerca de mí estaba Belén aquel detector se activaba. Baje del taxi y pague, mientras podía ver aquella puerta y sin más, fui corriendo desesperadamente, deseaba verla sin importar nada más, estaba dispuesto a hacer lo que fuera por volverla a ver, me acerque y desde la puerta la mire, allí estaba Belén, no tan lejos podía verla al lado de sus padres y del otro lado a Miguel, todos juntos esperando el vuelo de salida, allí sentados simplemente esperando irse por fin, pero había algo que me decía que ella no lo quería igual, quizás se quería quedar, aunque yo no quería hacerme la ilusión de creer que fuera por mí, aun así lo notaba en su mirada, quise llamarla pero creo que solo basto una mirada, cuando vine a ver dirigía su mirada hacia mí y pude igual verla venir. Le dijo a su padre el cual se encontraba a su lado, que iría un momento al baño, mientras se dirigía hacia donde me encontraba, había mentido solo por mí, me sentí importante pero al mismo tiempo sentía que podría perjudicarla, sus padres eran un poco complicados, tal vez aceptaron a Jackson por ser hijo del alcalde, pero mírenme a mí, un pobre chico de poco estrato, por ser huérfano de un padre comerciante que no tuvo el tiempo suficiente para enseñarme lo necesario para sobrevivir en esta vida, Belén sabía muy bien que sus padres desde aquel momento en que todo a mi madre y a mí se nos había acabado, ellos siempre nos han mirado como una vil desgracia. Pero detrás de tanta desgracia podría que llegara algo mejor, ¡ella! esa era Belén, no por su dinero, sino por ser pronto mi felicidad, mi razón de ser, mi razón de vivir. Mientras tanto, allí estaba yo esperándola, literalmente así era pues ella se acercaba a donde me encontraba, hasta poderla tener allí, frente a frente nuestras miradas estaban conectadas una a la otra. Fue sin evitarlo cuando mis ojos se iluminaron nuevamente, creo que no era el único en ese momento con esa alegría que sentía, ella igual parecía feliz por lo menos en aquel momento, pero un poco confundida preguntándose qué hacía yo allí…
- Vine a decirte lo que anoche no te pude decir… -Dije sin más, sin dejarla preguntar o siquiera decir una palabra.
- Tú me gustas, desde el primer día que te vi no quise dejar de mirarte, con ojos de recelo, desde aquel día en el pasillo de la escuela de mi mente no te pude sacar, eres hermosa y le he pedido mil veces a Dios que me conceda el deseo de que tú decidas estar conmigo, para que algún día tú puedas ser mi princesa y este amor que llevo dentro pueda ser liberado y amarte como nadie aun te ha amado. –Así lo dije inspirado por su belleza.