Mi primer y último crush

1.- ¡¿Qué?!

—Entonces... ¿qué eliges?

—¿Cómo qué... qué elijo?—tartamudeo camuflándome con mis mechones de pelo, Danna enarca una de sus negras cejas, mientras yo estoy viendo a nuestros compañeros corrieron las vallas de la cancha, el entrenador me mira raro por unos segundos hasta volver a ver a los otros.

—A los chicos...

Mi mirada vuelve a caer entre los cuerpos de chicos que siguen entrenando lejos de nosotros, debo ser sincero, demasiado sincero, estoy perdidamente enamorado de mi crush, pero no perdido como que un 50%, ¡NO! Te estoy diciendo que estoy jodidamente jodido por mi crush.

Es que es tan guapo...

Tan talentoso...

Tan inteligente...

Tan... ¡TODO!

Su cabello chocolate, sus lunares en toda su cara y posiblemente en su espalda..., su inteligencia, su encanto, su amabilidad, como en esa vez que me prestó una pluma cuando íbamos a tener examen de Física. Todo eso me ha flechado, y eso que tengo una larga lista de crushes... bueno, la mayoría vive a unos 20 km de mi país, sin embargo, el punto es... ¡Me encanta!

—Ya—me presiona mi mejor amiga—¿A quién eliges?

Yo todo sonrojado, tímido y con una risa incómoda naciendo en mi garganta, me dirijo hacia ella para decirle lo que pienso.

—Elijo a William.

Danna me mira como si se me hubiera salido otro ojo en la cara, frunciendo los labios, y virando sus ojos.

—¡Te estoy hablando de BTS! ¡Pendejo!—me da una colleja en mi oreja, y casi, casi tirándome de las bancas donde estamos sentados.

—Lo siento...—murmuro—es que es... ¡Precioso!

Danna me desaprueba con su mirada, arreglando sus fotos de sus chinos favoritos, tarareando una de sus canciones. Yo me mordisqueo el labio, observando de nuevo a William, que se ha colocado una bandana roja entre sus cabellos, haciendo que sea vea más adorable y sexy de lo que ya es.

Ahhhh.... Estoy enamorado.

—¡Ya sé que vamos hacer!—grita emocionada la morena, dándome un susto de muerte, me relamo los labios, alzo mi cabeza para volver a ver dónde está mi crush cuando un ligero golpe en mi hombro me desconcentra.

—¿Qué hace este aquí?—me susurra Danna, es muy cerrada e introvertida, no le gusta mucho hablar con gente que no conoce y cuando estoy con mis amigos, esta se escabulle y se esconde de ellos, volviendo a salir cuando ve que estoy solo de nuevo.

—Estoy aquí ¡Te extrañé!—chilla un chico, agarrando mi brazo, tirándolo a punto de sacarlo de su lugar, no me suelta aunque intento hacerlo una y otra vez porque se aferra tanto a mi piel que me duele quitarlo de encima, sonriendo a medias, lo abrazo por el pecho.

—Holland...—susurro sintiendo el oxígeno desaparecer de mi pecho, sus garras pinchan mi espalda—Aléjate... que me muero.

Holland achina sus ojos sonriéndome coqueto, rodeo mis ojos, lo aparto y busco con la mirada a mi mejor amiga que ha desaparecido. Llamo a Danna varias veces mientras el otro chico anda tras mío, la práctica aún no ha terminado, pero no puedo observar a mi crush por ningún lado y tampoco a la morena.

Me agrada mucho mi amigo, sin embargo, a veces es insoportable que me gustaría darle un buen zape en la cabeza. No sé por qué, no obstante, piensa que pincharme tanto, abrazarme y lanzarme besos directamente es bueno, cuando... no lo es, para nada, me hace sentir incómodo.

Danna aparece de la nada sonriendo de oreja a oreja, en sus manos tiene su celular y me ve con una cara diabólica.

—Tengo una grandisima idea.—la morena evita mirar a Holland, este solo bufa por debajo. Es curioso que mis mejores amigos no se caigan bien, más bien fue odio a primera vista cuando presenté a Danna a Holland, esta me miró perpleja, intento hablar con el chico, sin embargo, este no me soltaba y emitía gruñidos como si yo fuera de su propiedad.

Al final todo terminó demasiado mal... mi cama hecha un desastre, mis almohadas destruidas, mi piso lleno de agua sucia y mi casa casi, casi en la ruina. Desde ese día no los volví a invitar a mi morada.

—Mira, si tú adivinas a los miembros, tendré que llevarme bien con...—tartamudea, bufando con cara enojada—Holland, pero si no... tendrás que confesarte a Liam.

—Eh...—mis mejillas se colorean rápidamente. No puedo hacer eso, es imposible... no puedo confesarme... él no me va aceptar como a las miles de chicas que no ha aceptado en su vida—No puedo hacerlo... tú sabes muy bien a cuántas chicas ha rechazado. No quiero ser parte de esa lista.

—Sólo ha rechazado a chicos—rebate Holland mordiéndome el hombro, le miro extrañado y asqueado, me limpio los rastros de saliva y veo a Danna suplicando a que cambie de opinión.

—Es un ofertón. O quieres que ¿vayamos a tu casa de nuevo?

Danna por primera vez en su vida cruza miradas con Holland que sonríe con una sonrisa gatuna. Tiemblo de miedo, nunca los he visto unidos, y si separados son huracanes andantes... no me imagino unidos.

—¿Para qué quieres que me confiese? Es solo un crush, nada serio podría salir de eso.



#29072 en Novela romántica
#18377 en Otros
#2835 en Humor

En el texto hay: humor, romance, drama

Editado: 24.12.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.