Después de que había logrado terminar con todo lo relacionado con Furgues, Julia ahora se encontraba más tranquila de no tener que lidiar con él nunca más y, sobre todo, el ver que ya no tendría que estar buscando una forma de poder evitar que el compromiso se diera era lo suficientemente bueno para ella.
Pero, en este momento no podía bajar la guardia, aunque había demostrado tanta valentía y ser capaz de descubrir una conspiración como la de Furgues, no significaba que ella iba a estar completamente a salvo de futuros compromisos a menos que encontrara una forma de hacer que sus padres cedieran a esta idea tan vaga que se tiene sobre el matrimonio en este tiempo. La manera de tratar de hacer esto realidad era consiguiendo que ellos se dieran cuenta que no necesita de nadie y que es lo suficientemente capaz como para dirigir el reino desde el momento en que le tocara tomar el trono.
Julia, que ahora se encontraba en su cuarto contemplando el paisaje de un hermoso amanecer, estaba tomando un poco de té mientras decía – sabes algo Saluo – Saluo – diga mi ama – Julia – creo que será un buen día para poder planear una forma de hacer que mis padres cedan el estar comprometiéndome con personas que realmente son lo peor que hay para este reino – suspiro – si tan sólo hubiera una persona lo suficientemente digna como para estar dirigiendo el reino a mi lado, no tendría que preocuparme por nada de lo que sucede. Pero... – tocaron la puerta. Saluo, dándole paso a Julia quien se dirigía a ver de quien se trataba, estaba totalmente en alerta por si algo pudiera ser considerado una amenaza para Julia.
Julia, al abrir la puerta, tuvo que dar un paso atrás para esquivar a una señorita que apareció de la nada y termino cayendo en el suelo. Saluo, mirando con un poco de precaución sobre esta persona, no quito la mirada a lo que Julia iba hacer. Mientras la señorita se hincaba y colocaba sus piernas como si fuera una "V", se frotaba la frente donde se golpeó, luego dijo – no puedo creer que me hayas rechazado tan fuertemente Julia. ¿Cómo puedes ser tan cruel conmigo? – Julia – Yo no fui quien te rechazo, pero creo que ya no eres una niña como para mostrar un comportamiento como el de hace un momento – la señorita – Pero... pero – Julia le extendió la mano para que se pudiera levantar mientras la señorita continuaba diciendo – no es justo que creas que soy todavía una niña. Incluso soy un año mayor que tú – Julia – el que seas un año mayor es algo que debes de considerar antes de poder realizar cualquier cosa. No te estés abalanzando sobre todo sin siquiera pensarlo por lo menos dos, no... en tu caso... bueno, debería de ser unas cinco veces, al ser que en ocasiones empiches a pensar al llegar a la tercera vez – la señorita – oye, yo no soy quien se lanza sobre las cosas sin pensarlo – Julia, con una expresión de no saber cómo procesar la afirmación de la señorita, concluyo con – si lo dices así, no estaré en tu contra. Es mejor que puedas ser alguien muy brillante si lo crees. Es por ello que no he de interferir en que puedas cumplir ese propósito – la señorita, muy entusiasmada, respondió - ¡En serio! No creí que llegaría a escuchar algo así de ti – luego Julia se acercó a Saluo y se sentó en su cama mientras miraba como tontamente sonreía la señorita. En ese instante no se podía decir que de verdad ella usara la cabeza para algo más que estar en un mundo de fantasía en su cabeza. Pero, Saluo viendo el rostro de Julia que no demostraba tener algo de desconfianza en esta señorita, le indicaba que debe de haber algo decente en ella que les haga valer la pena el encontrarse con Julia y que ella no la sacara del de su cuarto.
Julia, parpadeando ligeramente, dijo – muy bien, ya es hora de que empieces hablar, si es que has venido desde muy lejos hasta en contarme, debe de haber una razón para ello ¿O me equivoco? – la señorita, reaccionando – cierto – se dirigió precipitadamente hacia Julia y comenzó a decir – es hora de que dejemos los juegos por un momento – poniéndose sería – te quería felicitar en primer lugar por haberte dado cuenta a tiempo de las intenciones de Furgues y evitar que llegase a causar un grave problema al reino – Julia, algo orgullosa – gracias – la señorita – pero espero que no llegues a bajar la guardia por tan sólo haber ganado una vez en contra de alguien como él – Julia le llamo mucho la atención a lo que ella le estaba diciendo en ese instante por lo que le respondió – dime los detalles de lo que esta pasando y que no me haya percatado de tal incidente – la señorita – puedo ver que todavía te falta madurar en varias maneras, si no fuera porque he estado al pendiente de lo que esta sucediendo en este momento en todo el reino, no podría contarte nada de lo que te traigo en este momento – Julia – deja de alardear y ve directamente al punto – la señorita – muy bien. Bueno, veras que en estos días todo ha estado tranquilo a los alrededores a pesar de encontrarnos aún en guerra – Julia – en eso tienes razón, me parece que ha sido muy pacifico todo este tiempo – la señorita – eso tiene un motivo del cual has dejado de lado – Julia le dirigió la mirada con sumamente atención – debes de tener cuidado mientras te encuentras caminando en los lugares lejanos del castillo pero nadie te dirá que debes de tener el mismo cuidado mientras te encuentras en el propio castillo – Julia – interesante. Creo que ya te estoy entendiendo. Así que dime de una vez donde se encuentran estas personas o grupo y como poder identificarlos para contraatacar – la señorita – en el caso de esto, sólo diré que están mucho más alejado de lo que podrás llegar, así que si consideras mantenerte bien y sin involucrar a nadie que no deba – por un instante dirigió su mirada a Saluo – te recomiendas que no te entrometas hasta donde no puedas controlar – Julia – si sólo venias a decirme esto para que no me involucre, entonces estas en lo incorrecto. El decirme algo como esto hace que tenga un mayor interés por descubrir la verdad detrás de toda esta conspiración y, si hubiera una posibilidad de no serla, tenerlos de mi lado – la señorita – yo he venido como una buena amiga para que no te involucres y sé que eres capaz de procesar esta información como para no tener que meterte donde eres completamente incapaz de hacer algo. Así que, a pesar de saber que lo sabaras tarde o temprano, me pareció mejor decírtelo para evitarte la fatiga con cosas muy triviales – Julia – de acuerdo, tratare de estar siempre al margen de todo aquello que no pueda controlar, pero... pero si tan solamente encontrase que puedo tener, aunque sea una pequeña posibilidad de hacerlo mío y ganar esta apuesta, lo daré todo y no diré nada sobre esto. A pesar de que seas mi amiga, ni siquiera a ti te llegaré a informar – la señorita – no creo que eso suceda, así que me mantendré siempre al pendiente de cualquier ayuda que necesites en el momento que lo desees – Julia – gracias, eres una gran amiga – la señorita – bueno, creo que es tiempo de irme, ya que no puedo quedarme el día de hoy por mucho tiempo aquí – Julia – no me digas que... – la señorita sonrió antes de salir por la puerta.