Julia, sabiendo que no podría escaparse de forma inmediata del castillo, justo antes de irse, había estado estudiando y analizando la situación en la cual podría verse envuelta en el momento en que se debía de ir y escaparse, no, en este momento era consciente que ya no era escaparse y regresar nuevamente a su casa, sino que era más bien decirle adiós a todo lo que antes fue su hogar.
Julia, sin tener más opción que irse, aun con unas lágrimas en su rostro, las secó y luego vio directamente en la puerta de su armario para luego decir – Sé que estas ahí, no es necesario que te escondas – en ese momento la puerta del armario se abrió y de este salió Saluo quien respondió con una reverencia – aquí me encuentro princesa – Julia, un poco dolida al escuchar estas palabras, respondió con una voz un poco más suave y triste – la verdad, a partir de ahora ya no seré más una princesa, así que no será necesario que hables de esa forma… – con una pequeña sombra melancólica en sus ojos – ya no es necesario en lo más mínimo, ya que yo… yo… ya no soy una princesa y nunca lo seré otra vez – apartó la mirada de Saluo mientras en su corazón pedía que él pudiera seguir estando a su lado como lo había estado durante este tiempo que había pasado, pero a sabiendas que eso no sería posible, ya que Saluo sólo la seguía por ordenes de sus padres de ser su guardián – mis padres… no… los reyes, ellos te ordenaron proteger a la princesa y al ya no ser la princesa y perder en este momento todo lazo con ellos y no tener derecho de regresar, ya no será necesario que sigas con este trabajo. A partir de este momento, eres libre. En mis últimos momentos como princesa, sólo quiero darte mi última orden y luego de eso, ya no tendremos nada que ver el uno con el otro – Saluo no dijo nada y se mantuvo firme sin dejar mostrar en lo más mínimo alguna pizca de estar sorprendido en lo absoluto, Julia, a quien no le sorprendía en lo más mínimo la forma en que Saluo parecía tomar esto, continuó diciendo – a partir de este momento, has de entregar esta carta y la tiara a mis padres en la mañana, después de que yo me encuentre un poco lejos de aquí y… eso será todo con lo cual hemos de terminar por completo nuestra relación entre un sirviente y su ama – y con ello se dio la vuelta mientras una pequeña sonrisa se forzaba a hacer como tratando de convencer a los demás, no, más bien se trataba de convencer a sí misma que todo estaba bien y que esta era la decisión correcta.
Julia, teniendo en mente que a partir de ahora estaría completamente sola, se paró junto a la ventana en espera de poder conseguir en cualquier momento una oportunidad de escapar de su habitación. La fría brisa del viento soplo. Aunque la noche desprendía una hermosa vista para poder tener un buen momento para poder apreciarla, poder pasar una velada romántica, poder despejar la mente entre otras actividades, pero, en el caso de Julia, ese no era el caso.
Para ella, esta bella noche era demasiado triste y sabía que no podía llorar, debía de ser fuerte y no dejar que la tristeza llegara a apoderarse de ella estando en este lugar aún. Hasta que se encontrara muy lejos, podría perimirse lograr lo que tenía en mente.
Julia, con un nudo en la garganta, dijo en voz baja – ya es hora, así que será mejor irme – y con estas palabras, lanzó desde la ventana una cuerda que había guardado desde hace mucho tiempo, aunque en ese entonces no sabía con exactitud el motivo por el cual lo había hecho. La cuerda lo ató con todas s sus fuerzas a la cama.
Saluo, que parecía estar inmóvil sin hacer nada ni intentar detenerla, en el momento en que vio que ella se paró en la ventana para irse, dijo – creo que estás haciendo todo mal – Julia, al oír a Saluo hablar de forma normal, quedó impactada. En este momento, mientras ella se encontraba aún un poco sensible ante la decisión que estaba tomando, miró fijamente hacia aquel oscuro cielo bañada con la blanca luz de la luna llena, sólo sintió que debía de continuar si no quería arrepentirse de esta decisión, pero había una fuerza invisible que la había dejado inmóvil y sin poder hacer ni una sola acción en ese momento. Es por ello que Saluo, sin moverse del lugar en el que se encontraba, levantó su mirada hacia aquella princesa que había estado cuidando desde hace un tiempo y, extendiendo su mano hacía ella a pesar de que le estuviera dando la espalda, continuó diciendo – ¿Estas segura de hacer esto? – Julia, un poco indecisa, respondió – Sí – Saluo – una vez que lo hagas, ya no habrá vuelta atrás – Julia – ya lo sé – Saluo – sin importar las consecuencias, incluso si no llegaras a obtener el resultado que esperas. A pesar de que puedas morir antes de siquiera lograr hacer algo para poder lograr conseguir tu objetivo… aún siendo un sueño imposible… estas dispuesta a continuar con esto – Julia un poco enojada, se dio la vuelta de forma frenética.
En este momento Julia parecía ser un poco sensible, es por ello que el ver la forma insensible de actuar de Saluo le hacía perder los estribos. Julia, completamente enfurecida, dijo – no me importa ya nada. Es verdad que tengo miedo de dejar todo atrás. Yo no soy alguien que pueda cuidarse por si misma. He vivido en este lugar tanto tiempo que no creo que sea capaz de poder vivir sin poder disfrutar para nada lo que es el que me sirvan, tal vez no pueda mantenerme saboreando la comida que no sea la que preparas. En cada uno de los planes que había estado haciendo, tu eres el que había estado trabajando conmigo para poder volverlo realidad. No sé que es lo que me espera allá afuera, no quiero perder a mis padres, a mis hermanos… pe… pero… – encogiéndose de hombros, desvió la mirada hacia la derecha – pero si no lo hago, no lo lograré hacer nunca. En este momento en que el reino se encuentra en un momento crítico, no creo que pueda ser capaz de seguir estando aún lado de lo que está sucediendo. No puedo seguir creciendo sin siquiera arriesgarme, ya me he decidido, sin importar nada… aunque sea como un fantasma para el reino en el cual nadie me conocerá, voy a hacer todo lo que pueda con mis manos. Mi reino no puede caer tan fácilmente – Saluo – pero si dejas de ser una princesa, entonces ¿Por qué debes de preocuparte por algo como el reino? Ya no tendrás que ver con el reino, puedes ir a cualquier otro país y comenzar de nuevo, puedes dejar de lado tu propia identidad y que nadie pueda reconocerte. Entonces, ¿Qué es lo que te motiva para hacer esto aún siendo alguien sin experiencia real de lo que es el mundo de afuera, en el cual has sido protegida durante todo este tiempo? – Julia – t... tie… tienes razón en eso. Pero no puedo seguir siendo protegida por estos muros… por siempre. No sé si siquiera podre estar viva el día de mañana pero… – con una sonrisa totalmente inocente que también mostraba los pesares que llevaba consigo y la esperanza que guardaba en este, pero con un toque de inocencia de alguien que todavía sigue siendo ingenuo de las maldades del mundo y que podría perdonar y volver a iniciar todo nuevamente a pesar de ser golpeada y herida con la cruel realidad – la verdad, me siento un poco sola y quisiera poder contar con alguien para poder enfrentar esta realidad, pero… sabes… no es necesario que me tengas compasión ni nada por el estilo… al final de cuentas, no soy nada más que una niña muy ingenua que no conoce nada del mundo, pero que quiere arriesgarse en todo… tal vez por capricho… quizás no sea por eso… pero sólo quiero soñar a partir de este momento y pensar que esto nunca sucedió, aunque al volver a abrir mis ojos la realidad regrese a mí y me vuelva a golpear, como también pueda que termine soñando eternamente y nunca despierte de este sueño, así que… – dándole la espalda a Saluo, agarro con fuerzas aquella cuerda – Adiós mi querido sirviente… mi querido amigo – y con esto se sujeto con fuerza de aquella cuerda y empezó a bajar.