Siempre me enseñaron a ser recta, obediente, educada, a seguir las reglas pero sobre todo a ser perfecta, así debía ser una princesa, ¿Verdad? Bueno, así creía yo, así creía antes de que alguien conquistará mi corazón.
Un día, llegó mi nueva Guardia Real, Nastia, era la primera guardia mujer que tenía pero igual, no le di importancia, no creí que aguantaría mi carácter, sorpresa, sí lo hizo, y ella me dio más de una sorpresa, me empezó a parecer... ¿Bonita? No, no podía gustarme una chica, soy princesa, debo dar un heredero... ¿No?
Una noche hubo una gran cena con varios reyes y príncipes de otros reinos en el palacio, me puse un vestido morado y bajé las escaleras, acompañada de Nastia. Al estar abajo, varios príncipes me invitaron a bailar, yo acepté pero mis ojos no se desplegaban de Nastia, al igual que ella me correspondía la mirada con su típica mirada fría pero con ese toque de suavidad que siempre mostraba conmigo.
Luego de varios bailes, me alejé un poco de toda la multitud de Reyes y me dirigí a un balcón seguida de Nastia, observé fijamente la luna.
-"Nastia, ¿Crees qué algún día logré mirar más allá de estos muros, qué alguna vez lograré mirar a mi Reino, al Reino de Flores?" Pregunté, con un toque de deseo y anhelo en mi voz.
-"Princesa, ¿Usted desea salir del castillo?" Me preguntó Nastia, con una curiosidad genuina en aua ojos.
-"Si, es lo que más deseo."
No pude decir nada más antes de que Nastia tomará suavemente mi muñeca, llevándome con ella fuera del salón y escondidas de los guardias para finalmente, salir del castillo, pero no afuera en los jardines, sino afuera en el reino, veía niños corriendo con antorchas por ahí y por allá, el olor a comida preparada y muchos árboles y flores, se veía hermoso, miré a Nastia con emoción, ella me miró con ternura.
Que raro pensar que pasé 16 años encerrada en un palacio, teniendo que aprender a caminar, a mantener una postura y hasta a tomar agua con delicadeza, teniendo un palacio tan grande y lleno de personas, me sentía tan sola hasta que llegó Nastia, ella cumplió mi sueño, ella me hizo sentir felicidad.
Empecé a caminar por ahí, mirando todo con asombro y felicidad, varias señoras me detenían y me regalaban pan o dulces por ser la princesa, yo los recibía con gusto. Nastia me iba diciendo varias cosas sobre el reino, hasta que se detuvo y me señaló un árbol, empezaban a brotar rosas de el.
-"¿Sabés por qué el reino se llama El Reino de Flores?" ---Me preguntó, yo la miré con intriga y negué con la cabeza- "Se llama el Reino de las Flores por una antigua leyenda, hace muchos años, en esos tiempos donde se dice que existían dragones por acá, se decía que los dragones sy humanos éramos muy amigos, sobre todo dos, un humano llamado Xiao y una dragóna que se llamaba Luz, Xiao era muy amante de la naturaleza y, al morir, se dice que la dragones no soportó el dolor de perder a su amigo, así que ella termino muriendo de tristeza pero no sin antes esparcer su poder por todo el reino, permitiendo que hayan flores frescas todo el año, sin importar si hace mucho calor o frío, siempre habrán flores aquí." -Admito que no conocía de esa leyenda, la miré con gratitud para luego seguir caminando-
Luego de una hora regresamos al castillo, nadie se enteró.
Hola, soy Marie, la princesa del Reino de las Flores.