Mi Princesa Omega (trilogía trillizos, Libro #2)

Capítulo 8

La letras que este en curva son recuerdos de Felix. Gracias .

 

Recuerdos.

P.O.V. FÉLIX HAMILTON. 

Me despierto por el sonido de la maldita alarma de mi celular, busco a ciegas el celular y lo encuentro a un lado de mi rostro. La apagué y me levantó de la cama perezosamente.

Doy un suspiro y me doy un baño rápido, no tengo ganas de hacer nada, me siento de un pésimo ánimo, creo que se debe que no he visto a Emely desde hace un mes, he estado tan ocupado y ella entro para hacer una obra junto a Chris, aunque a este último fue por castigo y Emely por que quería.

Así que mi tiempo y el de ella siempre está mal, se que tiene once pero, por favor ¿Quién no la extrañaría? Solo hemos hablado por celular unos minutos antes de que llegue su hora de dormir.

Ella no debe de sentir el mismo efecto que yo siento en ella, sin verla por un tiempo, normalmente cuando un lobo encuentra a su mate solo quiere pasar el resto del tiempo con esa persona pero en mi caso es difícil, solo era una bebé.

-- Oh, ya sabe dónde está el despacho, iré iré buscar el alpha -- dice el guerrero.

Se da la vuelta y se ve por otro lado, en cuanto entró a la casa un aroma a vainilla y fresas llega a mi nariz, mi corazón comienza a acelerarse, me es difícil saber de quién es el olor porque está por todas partes.

-- ¡Es nuestro mate! búscala -- ordena mi lobo.

-- No podemos, estamos en la manada del alpha -- bufa y cierra la conexión conmigo.

Torpemente camino hasta el despacho del Alpha, mirado a todos lados para poder encontrar a la persona que tenga ese aroma. Comienzo a sentirme nervioso.

Llegó al despacho y me siento en la silla enfrente del escritorio, comienzo a mover mi pie de manera impaciente y no es por que no venga todavía el alpha. El aroma está por todos lados y las preguntas llegan.

¿De quién serán? ¿Será de un familiar del alpha? ¿Una empleada? ¿Una amiga? ¿Un extraño? 

Pasan unos minutos hasta que la puerta detrás de mí se abre y el aroma se vuelve más fuerte. Quiero voltear pero me asusta, hasta que veo al Alpha con un bebé en sus brazos, supe que tiene tres hijos, es un asunto que no le tomé mucha importancia ya que no me convenía cuando realmente si me lo hacía.

Y es cuando todo hace clic, es de ella, es del bebé que proviene el aroma pero eso debe ser imposible. ¡Es una bebé!

¿Y lo peor? Qué es lo que dirá el alpha.

-- Buenos tardes -- saluda pero no respondo, mi vista sigue en la pequeña bebé.

Tiene una piel blanca, lleva un bonitos traje completo de color gris haciéndola ver adorable. Sonríe, como si no hiciera falta nada y su sonrisa me tranquiliza. 

Mi celular me vuelve a la realidad, lo recojo de la mesa de noche, una foto de Emely sonriendo y sus mejillas rojas aparecen provocando una sonrisa en mi. Contestó la llamada y me llevó el celular a la oreja.

-- ¡Holaaaa! Buenos días Felix -- saluda con alegría y mi sonrisa se engancha más.

-- Buenos días princesa. ¿Qué es lo que te tiene tan contenta? -- me siento en la cama, aun ando la toalla rodeada en la cintura.

-- Más tarde te lo diré, solo llamaba para saludarte ya que ayer no pudimos hablar -- y fue un largo día -- aunque a papá no le gusta que te hable -- río.

-- Hazle caso a tu papa.

-- Le haré caso en las demás cosas y no de que te deje de llamarte todas las mañanas para desearte un feliz día, Felix.

-- Gracias princesa.

-- Ya me tengo que ir, hoy es ultimo dia de clases y Nethan no quería despegarse de la cama, solo eso hace, dormir. -- me la puedo imaginar con una mueca -- así que, un feliz dia, Felix -- sonrió.

-- Que tengas un feliz día princesa -- ella cuelga la llamada.

Con mas animo dejo mi celular a un lado y me lavnto de la cama para ir al closet, me pongo una camiseta roja y un patalon negro. Salgo de mi habitación pero antes guarde mi celular en mi bolsillo, si es el último día de clases de Emely eso quiere decir que sale más temprano de lo normal.

Bajo las escaleras y voy a la cocina, Osca ya está comiendo junto a su mate, Celeste, ella es una mujer muy educada, hasta más que mi amigo, pero quien soy yo para criticar, mi mate tiene once años apenas. Laura está enfrente de ellos hablando.

-- Buenos días -- saludo mientras me siento a un lado de Oscar.

-- ¿Y eso que hoy estamos alegres?

-- Por nada -- respondo.

-- Aquí tiene Alpha -- Larga me pone un plato de comida enfrente.

-- Gracias -- comenzó a comer pero siento la mirada de Oscar y Celeste en mi, me volteo hacia ellos -- ¿Qué? -- pregunto.

-- Estás feliz… -- dice Celeste.

-- Si ¿Y que? 

-- Que hace dos días estaba que nos arracaba las cabeza -- responde Oscar y yo lo miro mal.

-- ¿Qué te tiene feliz?

Una linda niña de once años que ne ilumina el día con tan solo enviarme un mensaje y aun mejor cuando es una llamada.

-- Nada -- respondo simple y sigo comiendo.

-- ¿Ya te llamo Emely? -- pregunta Oscar, no digo nada y él ríe.

-- Si duda alguna te llamo Emely -- le sigue Celeste.

-- No es cierto -- miento.

-- Felix, lo que llevo vivido aquí solo sonríe cuando te llama Emely.

Si, Celeste sabe de Emely pero Emely no de Celeste, no se lo he dicho. Y si, también vive aquí, aun recuerdo el día que la conocí.

-- ¡Felix! -- entra Oscar a mi despacho.

-- ¿Qué pasa?

-- Es qu-que… mmmm

-- Dilo de una vez Oscar -- me recuesto mejor mejor la silla.

-- Invite a Celeste… para que la conozcas -- lo miró sorprendido, pensé que tardía más en presentarla, se que le da miedo que diga algo inapropiado o que la rechaze como alguien para mí mejor amigo.




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