Mi Princesa Omega (trilogía trillizos, Libro #2)

Capítulo 17

Un año de tortura.

P.O.V. FÉLIX HAMILTON.

Abro los ojos asustado, la cabeza me duele, me llevo una mano a la frente, siento algo y al observar veo que he llenado mi mano de sangre, mi sangre, desorientado me siento en el frío suelo como pueda.

Observo el lugar, es una celda oscura, por los barrotes sólo se ve la pared, una que está llena de mugre ¿Dónde estoy?

Una presión en una de mis pie me hace verla, tengo una esposa de metal que está enganchada en el suelo, observó más mi cuerpo, mi camiseta está llena de tierra y de sangre, la levantó para ver una herida a un lado de mi abdomen aunque no siento dolor.

Esto es muy extraño, la cabeza comienza a doler más a intentar recordar por qué estoy aquí o como llegué aquí.

La carretera.

Camino hacia el aeropuerto.

Una camioneta golpeó en la que yo iba.

Cristales volado a diferentes direcciones.

Mi pierna atrapada entre los asientos impidiendo salir.

Intento defenderme.

Alguien golpeadome con demasiada fuerza.

La puerta de la celda abriéndose hace que me olvidé de todo nuevamente, mis ojos comienzan a cerrarse pero intento no hacerlo, no puedo ver con claridad la persona que está frente a mi, el dolor de mis heridas las comienzo a sentir y debo decir que siente como el infierno.

Todo esto es muy confuso, me dejó caer de espalda al suelo y escuchó la risa de la persona.

-- No eres a quien buscaba pero tendrás valiosa información -- dice la persona pero por más que trado de no cerrar los ojos me es imposible -- Bienvenido alpha -- dice con burla y rie -- Yo seré quién te hará hablar.

Ya no aguanto más y terminó cerrado mis ojos, cayendo en un profundo vacío.

¿Dónde estoy?

***

Una semana.

Una semana llena de tortura.

Una semana sin verla…

Y a sido mi semana más eterna.

Estoy demasiado débil, no tengo las fuerzas suficiente para buscar una salida a penas y puedo mantenerme se pie. Siempre que alguien entra me inyecta algo y eso hace que me ponga más débil.

No se donde estoy, mi lobo no se comunica conmigo por más traté de hacerlo yo.

Y lo único en lo que no puedo dejar pensar es ella ¿Cómo esta? ¿Estará bien? ¿Estar enojada conmigo? ¿Estará preocupada? ¿Estará llorado?

La puerta de la celda se abre, estoy sentado en una esquina.

-- ¿Hablará ya? -- pregunta el vampiro de brazos cruzados y una sonrisa burlona.

-- Pudrete -- murmuró y él niega con la cabeza.

-- Eres difícil de hacer hablar. Pero que bueno que soy el mejor para toturarte y tener la información que quiero.

No digo nada y eso lo hace enojar, se acerca a mi y me patea el rostro, mi cabeza se golpea con la pared y el dolor no tarda en parecer, cierro mis ojos con fuerza, los vuelvo a abrir cuando siento una punzada en el cuello.

Él sale de la celda y comienzo a sentirme mariado, dejó caer mi cabeza en la pared y llevo una de mis manos a mi nariz, está sangrado y duele mucho, ya era de esperarse. Las herida a tardar en sanar, casi el tiempo que un humano.

Emely… su sonrisa, su ojos azules, su dulce voz… mi princesa.

***

Despierto asustado pero no logró moverme, estoy atado a una silla, meneo mi cabeza buscado algo y sólo logró ver una mesa a metros de mi con muchas cosas afiliadas sobre ella y eso sólo significa una cosa, tortura. La puerta se abre y nuevamente veo al vampiro. Este sonríe.

-- Ya era hora que despertará -- no respondo aunque ya es una costumbre en mi durante este mes.

Él vampiro se acerca a la mesa y mira las cosas que está ahí con diversión, es el tercer que vine a hacerme una adorable visita.

Él que me dio la bienvenida ya se rindió y desde entonces han venido otros.

Por fin toma algo y se acerca a mi a pasos lentos, miro cada uno de sus movimiento aunque la cabeza me duele y no he conseguido ninguna comunicación con mi lobo, sólo un par de gruñidos.

-- Será mejor que realidad mis preguntas de una maldita vez.

No respondo y eso sólo hace que se enoje, de una sola vez con fuerza clava el cuchillo que traía en su mano en mi pierna, grito del dolor, respiro entrecortado.

-- ¿Cómo se puede entrar a esa manada? -- No respondo y sólo entierra más el cuchillo y aprieta mi muñeca que está amarrada, grito del dolor -- ¿Te seguirás mateniedo leal ante él? Ante tu alpha, uno que no a hecho nada por buscarte.

Es mentira, me repito, es mentira, es lo que me repito cada día en esta sala.

-- Uno que no le importó que desaperecieras. Uno que no le importa si estás muerto por que es lo que más desea él.

No respondo nada y sólo cierro mis ojos.

Ojos azules.

Cabello claro.

Sonrisa contagiosa.

Mejillas rojas.

Emely.

-- ¿Qué clase de lealtad estúpida esta? -- saca el cuchillo y abro mis ojos, no tarda en volverlo a clavar en mi otra pierna -- Sólo eres un inútil.

Vuelve a sacar el cuchillo y se da la vuelta, este sólo es el comienzo de un largo día...

***

Nunca en mi larga vida había desiado tanto morir, nunca he deseado morir pero en estos momentos prefería eso pero sólo hay algo que me hace olvidarme de eso y tal vez no la vuelva a ver nunca más, no tengo la fuerza suficiente.

Sólo quiero eso, sólo quiero volverla a ver, quiero ver su sonrisa, sus mejillas rojas y sus ojos cuando se le iluminan, sólo la quiero ver una vez más para poder estar en paz, sólo una vez más pero no creo que llegue a verla.

Intento como puedo mantener los ojos abiertos, no se cuando tiempo a pasado pero a sido los peores días de mi vida, no se por que no se da por vencidos de una vez y me matan, yo ya lo hubiera hecho pero ellos se empeñan en que hable algo que no haré por que si hablo sólo podré los poseen en peligros a los tres y no quiero eso. Los tres son importante para mi.




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