Mi Princesa Omega (trilogía trillizos, Libro #2)

Capítulo 33


 

El lugar indicado.

P.O.V. FÉLIX HAMILTON. 

Entró a la habitación con algo de nervios, no se como se vaya a tomar de que me tengo que ir, no me he separado de ella desde que nos volvimos a ver después de ese terrible año y dudo que ella quiera estar lejos de mi, ni yo quiero estar lejos de ella.

Además mi alpha me pide que no me aleje de mi omega, no quiero hacerla sentir mal y la dilatación puede que no le haga bien.

-- Holi -- saluda sonriente desde el suelo con un libro en sus manos. Está acostada boca abajo, se apoya en sus codos para poder leer mejor.

-- ¿Por qué estás en el suelo?

-- Es cómoda.

-- Tienes una cama -- señaló pero ella niega con la cabeza y sigue leyendo el libro.

-- A veces el suelo es más cómodo. Ven -- señala su lado,  no rechino y hago lo que pide, me acuesto a su lado, sobre mi espalda y mirando el techo.

-- Tengo que irme -- suelto.

-- ¿A dónde? Creí que ya había terminado con las cosas. -- responde aún con su vista en el libro.

-- Tengo que regresar a mi manada, Oscar ya hizo mucho por mi y ya es hora que me tengo que presentar. No puedo dejar ya más trabajo a Oscar, además él necesita más tiempo con su familia.

Ella no dice nada, volteó a verla y tiene la vista fija en mí, la tristeza es lo primero que noto.

-- ¿Ah? ¿Cuándo?

-- Sabes que también tienes que venir, eres la Luna de esa manada y…

-- Félix. ¿Cuándo?

-- Mañana. 

-- ¿Qué? -- se sienta -- ¿Y me lo dice hasta ahora? ¿Un día antes de que te vayas? ¿Es enserio, Félix?

Trago saliva -- No sabía cómo decírtelo -- excusó aunque suena una típica excusa.

-- Y lo mejor fue dejarlo hasta el último momento ¡Que genial idea!-- se cruza de brazos, no está enojada por que se lo dije hasta hoy, está enojada por que me voy.

Me siento pero manteniendo la distancia, no quiero que me tiré algún objeto a la cabeza, ya lo ha hecho y le da bien con la puntería.

-- Emely, ya es hora que me tenga que ir y tú también. Ambos tenemos que hacernos cargo de la manada.

 Baja la cabeza -- Lo sé -- murmura -- pero no quiero dejar sólo a Chris.

-- Puede llamarlo todos los días.

-- Eso no es lo mismo.

-- Pero es lo único que puedo ofrecerte.

Lo piensa un momento -- Lo vendremos a visitar ¿Verdad?

-- Siempre que quieras, sólo que no todos los días.

Ella ríe, se que eso estaba pensado, todos los días.

-- La próxima vez dímelo con más tiempo, para enojarme al menos un día -- hace un puchero y yo río.

Tomo su rostro con mis manos y dejó besos en sus mejillas, ella ríe por mi acción.

Hay algo que quiero hacer antes de irme, he estado pensado en miles de maneras de como darle el anillo pero no encuentro la adecuada, estuve a punto de que me explorará la cabeza.

Hasta le pedí ayuda a Chris, aunque primero discutimos de que no le pedí permiso, fue una discusión de una hora, ni con Emely he llegado a discutir tanto tiempo. Al final quedamos que va a ayudar y todo está listo, por suerte, Emely no salió hoy porque estuvo entretenida con el libro que se lo di el día ayer. Es mi manera de distraerla y funcionó, mi opción B era comida y películas.

-- Antes de que me vaya, tengo algo para ti -- le hago saber y ella sonríe emocionada.

-- ¿Qué cosa?

Me levanté y la ayudó a ella, salimos de la habitación.

-- ¿A dónde me llevas? -- pregunta con diversión.

-- Ten paciencia princesa -- escuchó que reí.

Bajamos la escaleras y la llevó afuera de la casa, caminamos un poco más donde hay unas flores en todo el lugar, Luna las había puesto hace años y Chris creyó que este sería el mejor lugar para hacerlo.

Nos paramos en medio del camino, Emely mira feliz todas las flores.

-- ¿Qué hacemos aquí? -- pregunta.

-- Emely… no soy bueno con estas cosas.

-- ¿Con que?  -- pregunta confundida. 

-- Déjame hablar -- ella ríe.

-- Habla bien, entonces -- dice con burla.

--  Emely, estoy intentando ser romántico.

-- Entonces me callo -- hace con su mano como si cerrará su boca como si fuera un cierre.

--  Te amo mucho y no se como decirlo de miles de manera, te conozco tan bien que al final me enamoran más tus defectos, me hubiera gustado hacer esto hace un año pero ambos sabemos que me fue imposible, no te lo he dicho pero el día siguiente que fuiste al hospital no pude dejar de pensar en cómo perdiste perdón aún cuando no tengo la culpa pero sentía que debía de discúlpame pero tú sólo decías que te alegraba de verme y no te alejabas de mi -- Emely baja su cabeza un poco sonrojada -- Eres mi pensamiento durante todo el día y la noche y la razón por lo que hago todo. Le hice una promesa a tu papá una vez, que te cuidare de todos y todo, que nunca te dejaré sola, no he fallado en mi promesa. Por eso, quiero preguntarte aquí, un lugar que significa mucho para ti, para tus padres.

Dejó caer una de mis rodillas a la tierra y sacó de mi bolsillo la pequeña caja donde está el anillo.

-- ¿Me harías el honor de poder llamarte mi esposa?

Emely se queda mirando el anillo y debo de decir que nunca en mi maleta vida he sentido tanto miedo y nervios como siento ahora.

¿Acaso no le gusta el anillo? ¿O no quiere casarse conmigo? ¿O lo hice todo mal?

Emely se arrodilla enfrente de mí y sostiene mi rostro con sus manos para poder besarme. 

-- ¿Eso es si? -- pregunto al separarnos y Emely rie.

-- ¡Si! -- responde con emoción -- Siempre será que sí.

 

 

 

 

 

 

 

 

Poco falta para el final ;)

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