Mi profesor 2

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- Bienvenidos a Historia del Arte. Me congratula ser el encargado este año y por primera vez de dar esta asignatura tan enriquecedora. Yo me llamo Alex y algunos ya me conocéis del año pasado...

No era capaz de procesar lo que estaba oyendo ¿Que algunos ya te conocemos cabrón? No podía ser verdad. Tenia que estar en otro de mis tantos sueños, bueno, pesadillas. ¿Alex profesor de historia del Arte? ¿¡ALEX!? No era justo, no estaba bien que el destino me hiciera esto. Mi mente no podría aguantar otro año igual, no podría aguantar verlo, oírlo, mirarlo.

Alex seguía hablando y dando su bienvenida de mierda. Sentía una rabia creciendo dentro de mi con cada latido de mi corazón, con cada palabra que salia por su boca. Su boca. Como se atreve a volver, después de TODO.

- Ali, ¿estas bien? .- Andrés sonaba preocupado.
- No me hables ahora, necesito procesar lo que esta pasando.
- Estas roja, no dejes que el se de cuenta y relájate porfa.
- ¿Relajarme? Como coño lo hago, dime, porque estoy abierta a sugerencias.

- ¿Algún problema ahí atrás? .- Preguntó Alex mientras me miraba directamente.

JÁ. No tendría tantos cojones.

-Aún no. ¿ Y ahí delante?- Le miré desafiante.

Mi respuesta le gustó tan poco como a mi su pregunta. Solo que él lo disimulaba mejor. En ese momento toda la clase me estaba mirando.

- Que graciosa. Eso te va a costar a ti y a tus dos amiguitos la separación, cada uno a una punta de la clase. Tú a primera fila.- Casi sonreía.
- No me da la gana.- Andrés y Marc ya se habían levantado.
- ¿Perdón? .- Alex no podía creerlo.

Yo tampoco.
Ahora los de clase estaban mirándose unos a otros con la misma expresión de incredulidad con la que me miraban mis dos amigos. No hablaba yo. Hablaba mi rabia. Como se le ocurre venir a reñirme, delante de toda la clase. Aunque en realidad no era eso lo que me dolía, sino el hecho de que después de lo sucedido esas fueran sus primeras palabras.

- Que no me da la gana sentarme a primera fila. ¿Algo más? Andrés me pellizcó disimuladamente.

Ya sabia lo que intentaba decirme, me estaba pasando. Estábamos delante de toda la clase y no podía perder los nervios. Tenía que controlarme.

- Se acabó la presentación. Todos fuera menos la señorita a la que sus padres al parecer no han sabido educar.
-Mira...
-Alicia ya basta.- Me susurro Andrés tirandome del brazo.

Será prepotente. Tenía una expresión de victoria en la cara, era consciente de que yo no tenía elección. Quería irme, quería salir corriendo de ahí y quería insultarle, mucho, durante horas y con todo tipo de adjetivos, pero debía parar. No dejaba de ser un profesor y yo me estaba jugando una falta en mi expediente académico o algo peor, soltarle algo comprometedor para ambos delante de toda esa gente. Me senté resignada y sin dejar de mirarle con odio e indignación. Él tampoco se quedaba corto.

-¿Qué no habéis entendido de fuera todos?

De repente todos huyeron de clase como si sus palabras hubiesen activado un botón de "salir corriendo, peligro inminente". Era comprensible, todos esperaban una buena reprimenda y nadie quería ser un daño colateral, aunque eso no evitó que mientras salían oyese comentarios de "has visto lo que le ha dicho" y " de que va esa tio, hay que ser tonta" o "se la va a comer con patatas".

La clase se quedó vacía en segundos y fue cuando me di cuenta. Estábamos solos. Alex y yo estábamos otra vez solos. La última vez fue en Valencia, en la cama, abrazados y besándonos. Él me decía que me quería pero que eso no era suficiente. Luego se fue. Luego su hijo. Tenía que alejar esos pensamientos o rompería a llorar. Le miré otra vez, estaba pensando en lo mismo que yo.

- ¿Tienes alguna explicación a lo que acaba de pasar?.- También alejó sus pensamientos de eso.
- ¿Yo te debo alguna explicación? Como se puede ser tan imbécil.
- ¡Alicia!
- ¿QUÉ? ¿¡QUÉ?! Dime , que quieres que te diga Alex ¿Por donde empiezo? Ni lo sé. O mejor sí, PAPÁ.

Agachó la cabeza y cuando volvió a mirarme ya no había tanta rabia. Estaban esos ojos azulados-grises tan bonitos, pidiéndome algo que ni ellos sabían que era. Entonces empezó a caminar hacía mi, todo mi cuerpo se tensó y casi empiezo a temblar si no fuera porque se dirigía hacía la puerta que hasta entonces estaba abierta. La cerró y se quedó de pie en la mesa de al lado de la mía. Sabía guardar las distancias cuando quería.

- Yo no te tengo que dar explicaciones de mi vida, meteté eso en la cabeza de una puta vez.

Ahí estaba la rabia otra vez.

- Pues deja de perseguirme, dejame en paz. Olvidate de mi. Me sueltas esa grosería cuando tú un hombre casado, perdón, un padre casado le envía capitulos románticos a su alumna. Que hipócrita eres. Yo ya ni pensaba en ti.

Mi rabia también estaba otra vez. Se río cinicamente.

- Entonces ¿porque leíste el capítulo?

Cabrón. Cabrón. Cabrón.

- Mira Alex estos juegos tuyos ya me traen sin cuidado, tu ya me traes sin cuidado .- buena dosis de mentira.
- Mira Alicia me parece genial. No estoy aqui para hablar del drama que te montaste conmigo el año pasado.

Eso me había dolido de verdad.

- Eso ha sido un golpe muy bajo.- Aparté la mirada para no llorar.

Suspiró, se dio cuenta de que se había pasado, pero yo también lo había hecho minutos atrás y el usaría eso para escudarse.

- Estoy muy cabreado contigo. Lo que has hecho hoy no puedo volver a pasar. No soy tu amigo, ni tu colega, ni nada parecido. Soy un profesor y me debes respeto y más delante de toda la clase. Parecías una niña mimada y maleducada. ¿Sabes que te hubiera dicho si no fueras tú?

¿Que yo era especial entonces? Una mierda. Empecé a sentir un nudo en mi garganta. Quería irme de allí. Le miré.

-¿Que quieres? ¿Que te pida perdón? ¿Que no te falte al respeto? ¿Que olvide todo lo que ha pasado entre nosotros? Puedo hacer las tres cosas si quieres, pero tienes que dejarme en paz. No me hables, no me mires, no te dirijas a mi para nada.




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