Mi profesor 2

4

- ¿Y ahora qué Alex?

Me sonrió.

Aún estábamos abrazados recuperando el aliento de nuestro último beso. Todo lo malo se había esfumado. Todas las dudas. Todas MIS dudas. Quería estar con él y podría hacerme la dura durante días pero ya había esperado mucho y él tenía razón, me estaba comportando como una niña por no querer perder ese momento en clase, cuando me decía que quería estar conmigo, porque cualquier otra cosa me haría daño.

Tarde, yo ya estaba a su merced y algo que significase estar separada de él me dolería mucho. Había vuelto al principio, y esos sentimientos enterrados estaban ahora desbordando en mi corazón. Que cursi. Estaba enamorada.

El timbré tocó y los dos nos sobresaltamos. Acarició mi mejilla.

- Este no es el sitio ni el momento de hablar de esto. Ven mañana por la tarde a mi casa y hablamos.

De pronto noté un cosquilleo en la barriga. Ir a la casa de Alex. Me había imaginado muchas veces como podría ser, y si algún día tendría el placer de descubrirlo. ¿Como era posible que todo me estuviera saliendo bien? Algo fallaba.

- ¿A tu casa?- le miré desconcertada.- en la que vives con tu mujer...

Puso los ojos en blanco.

- Ella no va a estar obviamente. Ha ido con Alex a pasar un tiempo con su familia, ya te dije que las cosas no iban bien entre nosotros y pedirle el divorcio no ha mejorado el ambiente sabes.

Demasiada información en esa frase. Vaya. Su hijo se llamaba igual que él. Eso me provocó una punzada de rabia y celos.

- Espera, ¿ya le has pedido el divorcio?

- Alicia tenemos que ir a clase ambos, te contaré todo con más detalle mañana, en mi casa. ¿Vale? - Parecía impaciente.

- Claro, vale.- solo la curiosidad de saber más sobre lo que estaba pasando entre Alex y su mujer me valía para ir a su casa.- Espera, yo no puedo salir, mi madre me ha castigado un mes.

- Esa mujer sabe educar .- Otra vez esa media sonrisa estúpidamente sexy.

- Pues eso te va a costar no verme.

- Eres una mujer con pocos recursos.- Fue directo a su mesa y cogió un folio rosa que estaba en un montón del mismo color y que yo nunca había visto.

Escribió unas palabras y firmó rápidamente. Era sexy hasta escribiendo. Me lo entregó. Era un justificante que decía que durante un mes tendría que estar castigada de 16.00 a 18.00 en el instituto haciendo ejercicios debido a mi expulsión disciplinaria.

-"Mira Alicia yo me tomo muy enserio mi trabajo y no utilizo mi cargo para acercarme a ti, bla y bla".

- No hagas que me arrepienta ¿quieres? Vete ya que llegas tarde.- Y me besó. Otra vez.

No podría estar más feliz.

- Osea que después de todo resulta que estáis juntos.- La expresión de shock de Andrés no había desaparecido desde que le enseñé la nota rosa y le expliqué su significado.

- ¡No hables tan alto!

Estábamos en el patio, sentados en la mesa de la cafetería y rodeados de gente entrando y saliendo, lo último que necesitaba era que alguien oyera esa conversación, me decidí por contarles las nuevas cuanto antes, por un lado porque si quería en un futuro tener posibilidades de salir para ver a Alex necesitaba el apoyo de ambos y por otro tampoco habría podido ocultarles mi felicidad a ninguno de los dos durante mucho tiempo, a ellos no.

- Madre mía...- Marc parecía más preocupado que sorprendido.

- Mirad sé que parece algo loco, pero lo he pensado más de lo que creéis y él también. Yo le quiero, habéis sido testigos de lo mal que lo he pasado pensando que nunca estaría con él y de repente todo ha cambiado. ¡Me quiere! - Sonaba eufórica, y lo estaba.

- Ali claro que lo sabemos y por eso mismo no entiendo como has podido volver a caer, ¿no crees que te ha hecho daño suficiente?

- Andrés las cosas para él tampoco eran fáciles, pero ha dejado a su mujer por mí, osea ¿sabes lo que es eso?

- ¿Y cómo sabes que eso es cierto?.- Intervino Marc.

- Pues mañana me va a llevar a su casa, dudo mucho que fuera a arriesgarse a que ella llegara de repente.

- No, digo que como sabes que la dejo por ti.

- Me lo dijo él.

Marc me miró como si fuera una niña pequeña creyendo a sus padres cuando le decían que el regalo lo había traído Santa Claus.

- Mira tenéis dos opciones, o me apoyáis y lo intento, o no lo hacéis y lo intento igualmente.

Ambos se miraron y Andrés suspiró.

- De acuerdo Ali, sabes que siempre te vamos a apoyar, por muy cabezona que seas.- Al fin sonrió, aunque Marc seguía igual.

- Marc porfa, necesito tus consejos amorosos

- Lo siento pero sigo sin estar de acuerdo, no conoces a Alex prácticamente y ya estás creyendo que vais a vivir el resto de vuestra vida juntos, no sé me parece todo muy raro. Además no me cae nada bien.

No entendía porque Marc estaba mas reacio que Andrés a que yo estuviera con Alex, no sabía que le tenía esa tirria.

- No quiero que estés de acuerdo, solo que no te opongas.- Por ahora con eso me bastaba.

- Es que tampoco puedo hacerlo. Mira yo solo veo a un hombre de 40 años que no sabe lo que quiere y a una niña de 18 años que lo sabe aún menos, y que parece estar dispuesta a enfrentarse a todo por un amor que hasta hace una semana era el principal motivo de su infelicidad.

- Marc mira yo soy consciente de todo lo que ha pasado y de todo lo que he sufrido mejor que nadie, y si estoy dispuesta a pasarlo de nuevo es decisión mía. Tú sufriste mucho para estar con Andrés y te ha valido la pena, ¿por qué a mi no?

- Alex no es Andrés, no lo conoces de nada en realidad. Y vuestra situación ya es difícil de por si, piensa un poco las cosas.

- Pues en eso estoy y sé lo suficiente para enamorarme de él.

- ¿Y cuando se lo vas a presentar a tus padres? Por favor yo quiero estar delante. ¿Irá con su hijo?

- ¿Pero tu eres imbécil?

-Mira Alicia haz lo que quieras, tú sabrás donde te metes, pero te aviso, Alex solo te va a traer problemas.- Se levantó y se fue, aunque aun faltaran 10 minutos para volver a clase.




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