Mi profesor 2

12

Todo el dolor que no me produjeron las palabras de Julia se multiplicó y cayó encima de mi al oír esa frase. ¿Alex estaba enfadado conmigo?

- De que estas hablando. ¿Has visto como me ha tratado?

- Sí, y también he visto como has usado algo que te conté en la intimidad para atacarla.

- ¿Atacarla?- me reí- ¿es posible atacar a esa bruja?

- Alicia eres capaz de tomarte en serio esto, sé que no te importa una mierda pero haz un esfuerzo.

Alex me hablaba como si tuviera la culpa de todo lo que estaba pasando. AL final Julia sí que influía en su cabeza, porque era incapaz de ver que había sido ella quien había empezado todo.

- ¿No te das cuenta? Ella ha venido aquí solo para atormentarme, para atacarme y atacarnos. Es una bruja.

- Sé de sobra como es Julia. Lo que me importa a mi es como eres tu, y te has rebajado a su mismo nivel.

- ¿Entonces debo quedarme callada y dejar que me ataque?

- ¿Sus palabras te afectan en algo? ¿Acaso crees algo de lo que te ha dicho?

Lo pensé durante unos segundos, la verdad es que no. Sabía el daño que era capaz de hacer el orgullo herido y Julia estaba pasando por el peor de todos.

- No pero no voy a quedarme atrás, si me ataca la ataco.

- Me parece de puta madre, defiende bien tu super orgullo mientras me buscas más problemas con ella.

- ¿Y que más te da tener problemas con esa mujer?

- Esa mujer es la madre de mi hijo, hijo del cual puedo perder la custodia si Julia decide contarle a un juez que su marido le ha puesto los cuernos con una alumna de la cual sigue siendo profesor mientras estábamos casados. Encima tu vas y le atacas con lo único que te dije intimo y personal suyo, por si no había suficiente leña en el fuego. Pero tu tranquila, no pretendo que pienses en mi hijo ni en lo que yo necesito. Defiende tu orgullo que es lo más importante.

Me quedé callada, sin poder articular palabra. Alex tenía razón, tenía mucha razón. MI enfrentamiento con Julia iba a tener consecuencias para él. A mi me daba igual lo que esa mujer pensara de mi pero Alex tenía algo que le ataba a ella y yo ni quiera era capaz de pensar en ello. Es más, nunca pensaba en su hijo ni en lo que representaba para él.
Ahora entendía porqué no me había defendido cuando Julia nos pillo juntos. Por si fuera poco Alex había accedido a no vivir más con ella para hacer que me sintiera más segura de sus sentimientos hacía mí aunque supusiese estar lejos de su pequeño.

Me sentía mal, avergonzada, con ganas de llorar y huir corriendo de ahí, pero Alex me seguía mirando esperando una respuesta y huir sería de todo menos maduro.

- Lo siento.- logré responder.

Era lo único que realmente sentía en ese momento. Alex me miraba confundido. Se esperaba otra respuesta por mi parte, se esperaba que rechistara o que intentara defenderme. Su expresión se ablandó un poco. Me acerqué a él y agarré sus manos. Sus ojos azulados-grises estaban más apagados que nunca.

- Alex te quiero más que a nada en mi vida y por tanto, a tu hijo también porque es una parte de ti, así que voy a hacer todo lo que sea necesario para que no te lo quiten aunque eso suponga estar lejos de ti. Te lo prometo. No sabes cuanto lo siento.

Agarró mi cara con sus manos y depositó un suave beso en mis labios. Mi mundo volvió a girar otra vez.

- Esta es la Alicia de la que estoy tan enamorado. Lo único importante aquí es que sigamos juntos. Se bien que ella no lo va a poner fácil, por eso necesito que estés poro encima de todo.

Se me escapó una sonrisa que se contagió en él. Enamorado de mi. Alex enamorado de mi y mirándome con ternura. No necesitaba más. Tenía claro de que no quería perder eso por nada del mundo, aunque para ello tuviera que aceptar los ataques de Julia.

- Lo estaré. Ahora será mejor que me vaya a la próxima clase. Creo que el profesor va a llegar tarde y voy a aprovechar para adelantarme.- le dije intentando cambiar de tema.

- Creo que ese profesor tenía cosas que hacer.- respondió con una sonrisa

- Bah, siempre pone la misma excusa.

Me volvió a besar, esta vez más lento.

- Lo mejor es que evitemos besarnos en el instituto ¿no, crees?- le recordé muy a mi pesar.

- Cierto Reina, pero a veces me cuesta mucho.- contestó depositando un último beso en mi mejilla.

No sabes lo que me cuesta a mi querido. Alex había vuelto a la normalidad y yo también, la conversación con Julia ni siquiera la recordaba. Tenía todo lo que quería tener.

- Me voy.- me dijo dirigiéndose a la puerta- una última cosa, esta tarde voy a empezar a buscar piso y necesito el consejo de una mujer con buen gusto ¿te gustaría acompañarme?

Ahora entendía porque estaba tan desesperada Julia por recuperarlo. Era el hombre más maravilloso que había conocido. Lo que no tenía tan claro era hasta donde estaba dispuesta a llegar por conseguirlo.




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