Mi profesor 2

22

El camino de vuelta a mi casa fue una tortura. A la media hora de esperar el taxi se le juntó la hora entera dentro de aquel automóvil con aquel señor que era de todo menos simpático. En ese momento necesitaba una voz amiga, alguien que me dijera que lo que acababa de hacer no era tan horrible como pensaba. Pero no llegó ni iba a llegar. Me sentía sucia, culpable e idiota. Me había dejado llevar por el odio y el despecho pero esa vez había llegado demasiado lejos. Pensar en Alex era ya inevitable.

Por fin vi mi calle y le pedí al taxista que me dejara allí mismo. El aire fresco de la noche quizás despejara mi cabeza ( y mi culpa). Por delante tendría una noche muy larga en la que probablemente no dormiría. Mi habitación y llorar era lo que necesitaba. Cuando me faltaban metros para llegar a mi puerta vi que en ella una figura oscura y alta que esperaba en el umbral. Era una figura que reconocería en cualquier lugar. Joder, que noche mas larga.

- ¿Alex? - pregunté intentando controlar mis emociones.

Se giró sorprendido y esos ojos azulados-grises fueron como un cuchillo que impactó directamente en mi culpa. Mi Alex. Mi precioso Alex.

- Sé que no quieres verme y lo entiendo, pero estoy harto de estar sin ti Alicia.- me suplicó con la mirada.

Dos lagrimas bajaron por mis mejillas. No podías más. Me abalancé sobre él y le abracé con fuerza. Sus brazos no dudaron en agarrarme con mas fuerza aun y por un segundo volví a mi hogar. Era amor. Lo que sentía por el era amor y ahí es donde estaba el problema. Nos separamos. El agachó la cabeza y por su expresión entendía que las cosas no iban a arreglarse tan fácilmente.

- Maria fue una alumna mía de hace muchos años.- empezó a hablar.

- Alex no es el mejor momento para eso, estoy agotada. No puedo más.- le interrumpí.

Ya había sido bastante por un día. Y yo ya sabía lo que tenía que saber.

- Maria fue una alumna mía que se enamoró de mí.- continuó explicando como si no me hubiera oído.

- Alex.

- Alicia, nunca correspondí a esa chica. Jamas me acerqué a ella y mucho menos llegamos a tener algo.

Y esa era la enésima vez que ponía cara de incredulidad esa noche. ¿Me estaba mintiendo? ¿Había venido hasta aquí para mentirme? Su cara era de absoluta franqueza.

- Maria era una alumna con la que acabé entablando amistad, era callada, estudiosa y no tenía amigos, con el tiempo intuí que tenía muchos problemas familiares, ya que siempre intentaba permanecer el máximo tiempo posible en clase. Yo sentí lastima por ella y al ver que podía tener un futuro por delante decidí por las tardes darle repaso para que no dejara los estudios y al mismo tiempo tuviera que volver pronto a casa con sus padres. Poco a poco vi que mejoraba y no tenía ni idea de que se debía a que estaba enamorándose de mí. Para cuando quise darme cuenta de lo que había hecho era demasiado tarde.- tragó saliva y miró a la nada, como si lo que fuese a decir le afectara mas de lo que mostraba.- Un día vino a mi casa, se quito la ropa y se metió en mi cama. Yo me volví loco y la eché sin pensarlo. Al día siguiente supe que había intentado quitarse la vida y que además, me había denunciado por abusar presuntamente de ella.

- Alex por dios, que me estas contado.- le dije casi sin voz.

Estaba intentando procesar tanta información pero era imposible. No tenía nada que ver con todo lo que había imaginado. Estaba tan equivocada.

- Fui a hablar con ella, le pedí perdón y retiró la denuncia. Me di cuenta del tremendo error que había cometido y llamé a los servicios sociales, al tiempo se descubrió que sus padres la maltrataban y que vivía un autentico infierno. Cometí un tremendo error al creer que yo podía ayudar a esa chica cuando necesitaba a profesionales. A día de hoy esta recuperada, vive en otra ciudad y creo que es feliz, al menos mas que antes. Ya no sé nada de ella.- terminó con la misma mirada perdida que cuando empezó a contarlo.

- ¿Es en serio?

- Sé que es difícil de asimilar y puede que sea mucho para ti, pero en resumen fue lo que pasó. No puedo entrar mas en detalles sin exponer su privacidad. Cometí un error que no he vuelto a cometer jamas. Contigo fue completamente distinto.- una especie de sonrisa apareció en su boca al recordar como empezamos.- Intenté alejarme al principio, pero luego me di cuenta de que me intentaba alejar por mi mismo y no por ti.

No sabia muy bien que decirle. Parecía un relato de miedo y completamente surrealista. Toda la situación parecía surrealista. O mejor dicho toda la noche. Era un sinsentido que se acumulaba dentro de mi cabeza y me iba a hacer explotar.

- Alex, siento mucho no haberte escuchado. No sé que más decirte.

Y la verdad, no tenía ni puta idea. Ya no estaba enfadada ni molesta. Solo pensaba en lo fácil que podría haber sido y en todo lo que hubiésemos evitado teniendo una charla como dos adultos.

- Sé que no dejé que te explicaras pero has tardado mucho en buscarme para decirme algo que en dos minutos me podrías haber contado.- le repliqué.

- Lo sé, y sé que debería habertelo contado antes. Te pido que te portes como una adulta y al final soy yo el que no lo hace. No me gusta recordar esta historia.- me dijo con tristeza.

Me miró con ternura. Ojala hubiese podido devolverle esa mirada. Se acercó para agarrarme la mano pero me aparté enseguida.

- Por favor, no dejes que Julia nos cause mas problemas. Te contó eso para separarnos y lo esta consiguiendo.

- No fue Julia quien me lo contó, fue tu hermano.

Su mirada triste dio paso a una confusa.

- ¿Dereck? Es imposible Alicia.

- Bueno me lo contó mirándome a los ojos, así que dudo mucho que no fuera él.

Alex se quedó unos segundos en silencio mientras probablemente intentaba comprender la situación. A mi también me parecía sorprendente que fuera Dereck, al que creía que le había caído bien, el que nos hubiera hecho eso.




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