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De todas las veces en las que Alex me miró, aquella fue mi favorita. Me analizó de arriba abajo con una expresión de sorpresa, alegría y deseo. Yo aproveche para analizarlo también. Iba vestido con un traje azul oscuro realmente bonito. A mi me encantaban los trajes y verlo con uno era casi una fantasía sexual. De tener unas ganas locas de irme pase a tener unas ganas locas de comerle entero. Solo ese hombre podía hacerme sentir eso.

- Pensé que no ibas a venir.- me dijo rompiendo el hielo.- Pensé que tus padres no te dejarían salir de casa.

¿Era posible que incluso su voz sonara mas sexy?

- Entonces porqué has venido tú. - le contesté sin pensar mucho.

- Para comprobarlo.

Me sonrió tímidamente. Dios como lo quería.

- Necesito salir de aquí.- le pedí desesperada.

Me miró unos segundos confundido.

- Tus amigos estarán esperándote...

- Sácame de aquí Alex.

Cuando le miré suplicante, me agarró la mano y me llevó con el. Estaba caliente y junto a su inolvidable olor, me sentí por fin reconfortaba. Puede que Alex no fuese bueno para mi y que nuestro amor no tuviese posibilidades de salir bien, pero era mi noche y le necesitaba a el. Necesitaba su olor, su voz, su calor y su sabor.
Fuimos a su coche que no estaba muy lejos, mi corazón iba a mil por hora. Había dejado a Andres y Marc en la que era nuestra fiesta de graduación con solo un mensaje de Whatpsapp diciendo "me tengo que ir va todo bien".
Encima, estaba en el coche de Alex, con Alex y yendo a saber donde. Todo había pasado en apenas unos minutos y en ese momento, era mucho mas feliz de lo que había sido durante toda la noche, incluso todo el mes.
El viaje fue corto y en silencio, yo no me atrevía a decir nada después de suplicarle que me llevara con el y él, parecía que tampoco tenía nada que decirme. Aparcó delante de unos edificios nuevos en la parte mas elegante del pueblo.

- ¿Donde estamos? - pregunté sin apartar la vista del exclusivo bloque de pisos.

- En mi nueva casa. - contestó orgulloso.

Claro, después de tanto tiempo Alex ya tenía su propia casa. Recordé la tarde que estuvimos buscando un piso que cumpliera con sus expectativas y lo bien que lo pasamos, antes de la fatídica conversación con el simpático de Dereck ¿le habría dicho Alex algo a su hermano?

- ¿Quieres que subamos?.- preguntó interrumpiendo mis pensamientos.

¿En serio me había llevado hasta allí para preguntarme si quería subir? Este hombre era un caso aparte.

- Claro.- le dije sonriendo.

Alex parecía algo avergonzado, como si esa situación le pillase por sorpresa, lo que me divertía mucho. Pocas veces podía verlo así. Decirle que me sacara de allí quizás había sido demasiado. Él ni siquiera me había dicho que había ido por mi, puede que simplemente fuese a saludar a sus compañeros y despedirse de sus alumnos, y yo como una loca le había dicho que se fuera. La avergonzada había pasado a ser yo.
Pensé en decirle que me llevara a casa, pero de entre todos los lugares del pueblo y del país, mi casa era el ultimo al que quería ir. Cruzamos la calle hasta uno de los portales y subimos sin apenas dirigirnos palabra. La situación empezaba a ser algo incomoda. Era mejor que sacara algún tema de conversación. Ni que nos acabáramos de conocer.

El piso de Alex era completamente distinto a su antigua casa. Las paredes eran de un color azul marino suave que junto con el suelo de madera, daban un aire de tranquilidad y equilibrio que te hacia sentir como si estuvieras frente a una playa. El sofá, en cambio, era de estilo vintage y marron envejecido. La decoración era aun mas barroca que en su antigua casa y las estanterías llenas de libros (lo único que al parecer había sacado de allí) hacían que sorprendentemente el conjunto fluyese a la perfección. Su salón parecía una biblioteca antigua y una de las habitaciones del Palacio de Versalles al mismo tiempo. Desde el centro podías ver cada una de las puertas que daban a una cocina que nada envidiaba al salón, un baño y una habitación. Era pequeño, pero también el apartamento mas bonito en el que había estado jamás. ¿De donde había sacado tiempo para comprar y decorar todo eso?

- Es precioso. Valió la pena buscar tanto supongo.- le dije dando vueltas y mirando a todas partes intentando captar cada detalle.

Él aún estaba de pie y me miraba de arriba a abajo.

- Estas espectacular Alicia.

Frené en seco. Había olvidado la habilidad que tenía Alex de cambiar bruscamente de tema.

- Gracias.- tragué saliva.

Él también estaba espectacular, pero decírselo ahora sonaría como a agradecimiento y no como cumplido.

- ¿Que pasó con tu padre?

Había tardado mucho en preguntármelo y todo.

- No tienes de que preocuparte. Esta controlado.- le respondí zanjando el tema.

- Creo que tenemos una conversación pendiente. - su voz era firme y tranquila.

Al oírle decir eso, me di cuenta de lo poco que me apetecía conversar con el. Ese traje le quitaba la concentración a cualquiera.

- Creo que tenemos demasiadas conversaciones pendientes. -murmuré.- Es el día de mi graduación y he tenido lo que podría considerarse un mes difícil. ¿No podríamos hacer otra cosa?

Levanto las cejas ante mi respuesta inesperada. En sus ojos vi que entendió el doble sentido. De repente mi temperatura subió considerablemente.

- No vas a poder huir toda la vida a hablar de nuestro futuro.

"Nuestro futuro" ¿Acaso había algún nuestro?

- Te digo que ahora no. - contesté con dificultad, irritada.

- No creo que sea una buena idea.- respondió decidido.

Suspiré mirando directamente sus preciosos ojos. Joder que guapo iba. No estaba huyendo de hablar de nada, simplemente no quería tener que despedirme de esas vistas.
No estaba estable emocionalmente para poder hacerlo. Aunque la verdad, para despedirme de Alex creo que jamas lo estaría.
Le volví a mirar esperando una reacción, pero el simplemente me devolvía el silencio. Me dirigí a la puerta pasando por su lado pero el cogió mi brazo frenando mi avance. Su tacto hizo que me estremeciera.