Mi Profesor

Capítulo dos| La primera clase.

Veo como todos salen al receso siendo la última en salir, termino de guardar mis cosas y salgo al receso.

— Oye, Ana por aquí— dijo Verónica haciendo una seña para que la siguiera.

— Voy —contesto, las alcanzo y miro a todas partes viendo a donde me trajeron — ¿Que hacemos en el kiosco?

— Estamos viendo si hiciste un buen trabajo — Contesto Melody en tono burlón, me rei.

— Aún no, nos contaste que sucedió ayer.— dijo Verónica.

— ¿En la reunión?— afirmaron con su cabeza— no sucedió nada interesante, solo que mi padre se sorprendió cuando Voldemort le dijo que era una de las mejores de la clase.

— Ya me imagino su expresión — dijo Melody riéndose.

— Es una lastima que no pase mucho tiempo contigo.— contesto Verónica.

— Aún está devastado por lo de mi madre y creo que por eso está tan concentrado en el trabajo, ya saben para distraerse un poco. Yo no lo culpo ya que yo haría lo mismo.

— Lo siento mucho por lo de tu madre.

— No lo sientas Rony, no es tu culpa— dije recordando a mi madre— cambiemos de tema, oí que Simón hará una fiesta el sábado, ¿irán?.

— Creo que si — contesto Melody.

— Yo si iré — dijo Rony.

— Entonces iremos juntas, bueno supongo— dije.

— Claro que iremos juntas.— dijo Verónica.

— Ana, el profesor de historia dijo que necesitabas un profesor particular ¿Que dijo tu padre al respecto?— pregunto Melody.

— Em, Voldemort le comento eso a mi padre en la reunión y cuando llegué a mi casa el estába hablando con un muchacho el cual me dijo que sería mi nuevo profesor.

— Espera… dijiste muchacho… entonces es — abrió los ojos como plato — es joven ¿Cuentanos está bueno?, ¿Cuantos años tiene?, ¿Cuál es su nombre?, ¿Lo podremos conocer? ¿Te gusta?— pregunto la pelinegra de Verónica.

 

Dios sabía que mi amiga era chusma pero no sabía que tanto.

 

Pestañeo muchas veces como una niña pequeña antes de contestar— Por lo que mi padre me dijo su nombre es Mássimo, tiene dieciocho años, comenzó a estudiar para profesorado de historia y buscaba empleo para pagar su universidad, así que papá lo contrato para que me ayudara, tal vez algún día lo puedan conocer y si, no puedo mentirles está bueno.

— No has contestado mi pregunta.— dijo Verónica.

— ¿Cual de todas?, hiciste como mil.

— ¿Te gusta?.

— Claro que no, apenas lo conozco.

— ¿Acaso No crees en el amor a primera vista? — pregunto

— No, para nada.—conteste.

— Y ¿cuando tienes clases con el?.— pregunto Melody interrumpiendo nuestra pequeña charla.

— Hoy será mi primera clase con el.

— ¿Y tu padre estará?.— pregunto Verónica.

— Hasta las 16:00 pm, luego se irá… — rodeé los ojos— de viaje.

— Entonces te quedarás sola con el, el resto del día.

— Creo que si.— me encogí de hombros a lo que nos reímos las tres juntas. Pero fuimos interrumpidas por el fastidioso timbre.

****

—Al fin, ya no aguantaba mas estar en ese lugar— dije saliendo de la preparatoria.

— Corre Ana que se nos va el bus.

— ¡Oiga espere!— Grita Rony.

El autobús se detiene y abre sus puertas dejándonos entrar.

— Gracias— digo amablemente.

— No me agradezcas a mi, agradecele a tu amigo, el me habíso que venían atrás.

Sonrió amablemente y me señala al chico que hizo que parará el bus.

— Ana — dijo regalandome una sonrisa encantadora.

— Gracias Simón.— dije

— No hay porque.

Me senté a su lado.

— ¿Irás a mi fiesta el sábado?

— Creo que si.

— Oh vamos ve, por favor, te divertiras.

— Tengo que estudiar, ya sabes reprobé el exámen.

— Si quieres te ayudo, pero por favor ve.

— Gracias pero papá ya contrato a un profesor particular pará que me ayudara.

— Oh genial, espero que te pueda ayudar con los trabajos extras… pero de todas formas si necesitas más ayuda ya sabes dónde encontrarme.— dijo y yo me rei, desde que llegué Simón fue un amigo muy agradable y solidario. Creo que eso era una de las tantas cosas que me gustaban de el.

— Gracias — dije besando su mejilla.

— Solo quiero que pienses respecto a mi fiesta— dijo tomando sus cosas y despidiendose con un beso en mi mejilla— adiós Ana.

— Adiós Simón.— miro a las chicas quienes estaban atras del asiento en el cual estaba sentada.

— Con que Simón, eh.

— Ya cállate — dije golpeandola levemente con mi mano su cara.—Bueno — Adiós chicas — tomo mis cosas y bajo del bus

— Adiós Ana.

Miro la carretera antes de cruzar y camino hasta mi propiedad. Llegó a casa y vuelvo a habisar que ya he llegado.

— Estoy en la cocina.—contesto mi padre.

— Voy — me acerco y puedo ver a Mássimo tan apetecible como la primera vez que lo ví.— Hola.

Miro a mi padre frunzo el ceño al verlo vestido con su traje de negocios.

— Hola cariño —se percata de como lo estoy viendo colocarse la corbata— oh esto — señala su traje y yo aciento con la cabeza.— la reunión se adelantó, por lo tanto el viaje tambien.

— Oh, ya veo.

— No te molestes cariño por favor.— dijo ignorando completamente la presencia de mi profesor.

— Papá, lo comprendo está bien solo que…— me dejaras con alguien que apenas conozco, pensé en mi mente.

— ¿Solo que, que?— pregunto. 

— Solo olvidalo.— dije.

— Okey. — miro su reloj y dijo— tengo que irme — estrecho su mano con la de Mássimo, para luego besar mi cabeza— Adiós cariño, nos vemos en una semana.

— Adiós — susurré.

— Creo que es hora de empezar — dijo Mássimo.

— Creí que eras mudo — me fulminó con la mirada— Lo siento, ¿No quieres comer algo primero?.

— No, pero si tú quieres puedo prepararte algo.— dijo serio.

— No quiero molestar, lo haré yo.

— Deja lo haré yo, de seguro quemaras la casa

— ¿Cuantos años crees que tengo?— dije molesta al asegurar que quemaría la casa.

— No lo sé, trece o catorce no lo sé, tu padre no me informo nada sobre mi nueva alumna.




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